Hace 21 años escribí esta nota en La Vanguardia. Había muerto Lady Di, Diana de Gales, y se planteaba el endémico problema entre famoseo e intimidad. Igual que hoy.
Los británicos lloran amargamente a la reina que nunca tuvieron, el mundo se conmocionó, presidentes de muchos países enviaron mensajs de pésame y la atribulada família real inglesa se recogió en un desconcertado dolor mientras el príncipe heredero empredía el viaje más amargo de su vida: recoger el cadáveer de su ex exposa, la madre de sus hijos y herederos al trono, muerta en un trágico accidente de tráfico bajo un puente de París al escapar a la velocidad de vértigo de los fotógrafos que le pisaban los talones. Diana de Gales estaba e plena forma, era famosa y su belleza cautivaba a audiencias millonarias. La prensa, los célebres «paparazzi», la habían convertido en un mito fantástico. Esos mismos fotógrafos han sido los testigos y de alguna manera copartícipes de su tragedia. El hermano de la princesa acusó a los editores que persiguieron la intimidad de lady Di de «tener sangre en sus manos». La reacción de los profesionales que han traficado con su vida privada ha sido de un corporativismo cerrado. Es cierto que la velocidad mató a la princesa y que el mercadeo de las intimidades de famosos tiene una acogida universal. Pero si la libertad de informar es irrenunciable también lo es el derecho a la intimidad. También de los famosos. El debate está en la calle y en las redacciones.
Un metge de l’Hospitalet de Llobregat, ja fa temps, filosofant sobre les relacions no conyugals home-dona, em va dir que ell havía conegut de prop molts casos, perquè els seus companys i companyes tenien molt de temps per parlar en les llargues hores de guàrdia. I em va dir, doncs, que mai una infermera s’havia «enrotllat» amb el «camiller» i sí amb el metge. I, en canvi, el metge no mirava el fet social, sinó altres qualitats. La princesa Diana es va relacionar amb el senyor Lafayette, no pas amb el xòfer… Ho dic com a anècdota, però potser es podria generalitzar.
Si Lady Di se hubiera casado con el chofer la historia sería otra Magi…fue el único que sobrevivió…
Sr.Foix: al paso que vamos, la reina Elizabeth del Reino Unido los va a enterrar a todos…no me imagino a Camila Parker de reina…lo de Lady Di y todo lo que le rodeó en su azarosa vida se puede resumir en el momento en el que ella despertó del cuento que soñó vivir…¡¡cuándo despertó, Camila todavía estaba allí!!….
Ja jajaja. Yo ese verano lo recuerdo mucho. Me diverti mucho. También murió la Madre Teresa de Calcuta. Recuerdo una amiga que me decía, ya verás como no le hacen ni la mitad de caso que a Lady Di. Yo estaba en otras cosas, la verdad.
Si tal y cómo insinuan las malas lenguas, Lady Di estaba embarazada, creo que habría sido increible Francis ver a un rey Británico con un hermanastro árabe…
Es curioso, pero el papel del marido de Diana no ha recibido la crítica que merecía. Se podría escribir una tragedia, al estilo de Hamlet… No lo sé, pero algo no muy claro se detectó en el Reino Unido.
Si José algo huele a podrido…
«Si no vols pols, no vagis a l’era..» deia la meva àvia…
Hom ja hauria de saber on es posa.
Ratlla el ridicul sentir les amargues queixes de tots aquells que s’han casat o relacionat amb algun personatge famós, de falta d’intimitat, d’assatjament continu, de falta de privadesa…és que potser no sabien on es posaven ?? Que potser no van prendre ells mateixos la decició en plena llibertat ?? Algú els va obligar ??…
Pel que fa a la reialesa, sembla que pretenen la «bicoca» completa : disfrutar dels privilegis pagats pels contribuents, i obviar allò que molesta «porque somos gente normal y campechana con el mismo derecho que tiene cualquiera…» Ja ens la sabem aquesta cançoneta que per unes coses sóc famós però per unes altres, no.
Hom ha de saber on s’arramba i acceptar-ne els «pros» i també els «contres», o sigui que «de victimes» res de res….
Rosamaria: Es cierto que una persona pública tiene que aceptar las servidumbres de su cargo o estatus social. Sin embargo, no podemos aceptar que ello implique que se pueda justifocar el acoso sin límite (no digo que usted lo haga, me refiero a la sociedad). Hemos de contemplar que las revistas hacen negocio con este tipo de informaciones, y que el público compra esas revistas o diarios que las publican: existe un negocio del morbo. Lady Di lo pago con su muerte, esto es excesivo siempre, pero cuando ya se había divorciado de su marido por la infedilidad de este aún parece más fuera de lugar.
Puede que tenga razón José A., però si un personaje és público, la misma palabra lo dice, público, y tiene que cargar con lo que le guste y con lo que no.
El grueso de ciudadanos cargamos con abusos de todo tipo por parte de la administración y disfrutamos de muy pocos privilegios, quizá de ninguno ??…¿¿alguien se apiada de nosotros ??..¿¿ alguien ha visto que se armara algun revuelo por los miles de inmigrantes muertos estos dias?,,,y sin embargo muere «missis lady Di»…y se arma la de Dios es Cristo….para mi eso és estupidez elevado a la enésima potencia…
Que les expliquen cuentos de hadas a las colas infinitas de inmigrantes….Este mundo da verguenza….
En mi opinión una persona pública ejerce unas horas y luego hay que respetar su vida privada. Se puede criticar a un político pero no cuando está el domingo en la colada del cine con su mujer.
Cola