Dos partidos, dos goles y seis puntos. La frialdad de las estadísticas dicen poco en el comienzo de una temporada. Se parte de cero nuevamente. Los primeros tanteos han ido bien. Pero es inútil y precipitado hacer juicios sobre la hostilidad hacia el Barça que viene de ganar cuatro títulos seguidos y espera cosechar el quinto en tierras asiáticas.
Es incomprensible que el aragonés Jaime Latre no sancionara alguno de los dos penaltis contra el Málaga. O que Carlos del Cerro Grande no frenara en seco la dureza extrema del Athletic en San Mamés el sábado anterior. Pero en este comienzo de temporada el presidente Bartomeu tiene que rehacer puentes con las instituciones internacionales y españolas.
El equipo de Luis Enrique lo ganó todo con una prohibición de fichar todavía vigente. El Barça tiene que mejorar el fondo y el estilo de comunicación con los medios, con los socios y con la multimillonaria afición blaugrana. Vivimos en los parámetros del tiempo real y la modernidad exige que se efectuen cambios en este aspecto.
Bartomeu tendrá que cumplir su promesa electoral y consultar al socio sobre el patrocinio más importante. ¿Qué pasa con los arbitrarios horarios de los partidos? ¿No se pueden negociar horas más civilizadas? El Barça, a pesar de los recelos y hostilidad que genera siempre el que gana, tiene que imponerse un código de conducta que sancione a quien pronuncie procacidades contra alguien. Bartomeu y su junta tienen que consolidar los aspectos institucionales de un club que se encuentra en la cima del futbol mundial y es conocido en todos los rincones del planeta. La Liga ya marcha.
En los próximos días, con el descanso de las selecciones, sería interesante que Bartomeu trazara las líneas maestras de su mandato. Es persona capaz y de temple probado. Ganó sobradamente las elecciones. El viento sopla a favor pero hay que prepararse para las adversidades que vengan, que vendrán.
Publicado en Mundo Deportivo el primero de septiembre de 2015
Sr.Foix: ahora sólo faltan los cambios de fondo en la federación…
…y el arbitraje contra el Malaga fue de risa…llamandose Latre el arbitro no podía ser de otra forma…
Aprovechando que estamos en familia y nadie nos escucha, no me negará que lo del traspaso de De Gea es cómo para echarse a llorar…o reir… si esto nos es «fin de ciclo» Florentino no sé que más ha de pasar…