Tres partidos, dos títulos

En tres partidos se juega el éxito de Luis Enrique y la temporada que acaba

Es poco aconsejable hacer predicciones sobre el futuro. Una editorial, una columna o un reportaje no consiguen títulos ni hacen caer presidentes. El periodismo deportivo, apasionado y propenso a la profecía, se sostiene sobre la incertidumbre de los resultados, los imponderables de los árbitros, el clima, el césped y el acierto o desacierto de los jugadores.

Al Barça de Luis Enrique le quedan tres partidos y dos títulos en juego. Solo puede ganar o ganar para no echar por la borda una de las temporadas mejor trenzadas por fútbol de gran calidad. El tridente Messi, Neymar y Suárez mereció el calificativo de mejor delantera del momento. La maquinaria azulgrana era perfecta.

Pero ha llegado la hora de la recolección y está fuera de la Champions y debe luchar contra los nervios para no perder ni uno de los tres partidos. Un doblete justificaría la continuación del momento estelar del club que desde los tiempos de Rijkaard, Guardiola, Vilanova y Luis Enrique ha paseado su excelencia por campos hispánicos, europeos e internacionales.

El periodismo puede tocar la cítara y el público asistir con clarines y trompetas en los siempre inciertos partidos ante el Espanyol, especialmente cuando los de Cornellà no se juegan casi nada y su objetivo es arrebatar un título al Barça.

Cada uno es como es y todas las posiciones son legítimas. Tamudo existió. La responsabilidad descansará sobre Luis Enrique y todos los jugadores que participen en los 270 minutos que quedan antes de ir de vacaciones.

No importa que Messi ande desganado por el centro del campo si da un centro como el que recibió Suárez para rematar el 0-2 ante el Betis. Busquets, Iniesta y Rakitic saben que los títulos y las victorias están en su cabeza y en sus botas. Piqué y Mascherano que no se distraigan. Pero lo más realista es pensar que el rival se crecerá para sellar el curso ganando al Barça y, en el caso del Granada, quizás para no hundirse en Segunda.

Artículo publicado en Mundo Deportivo el 3 de mayo de 2016