Los comentarios sobre una nueva matanza indiscriminada en una ciudad europea son repetitivos y resignados. El historial delictivo de Mohamed Lahouaiej Bouhlel era de un perfil bajo. Un camionero de 31 años, francés de origen tunecino, con problemas familiares y una bronca en carretera como único antecedente de relevancia. Los primeros informes hablan de que tenía un escaso interés en la religión.
Causar la muerte de 84 personas en Niza con un camión que los mataba a medida que avanzaba por la avenida de los Ingleses de la ciudad de la Costa Azul no tiene precedentes en las formas del terror en Europa en los últimos treinta años.
Hemos conocido la inmolación, los ataques en trenes o autobuses, en zonas de diversión o en aglomeraciones de personas, en revistas satíricas o en lugares de descanso. El móvil ha sido siempre matar. Las formas han variado. En todos los casos se ha detectado un escaso o nulo aprecio a la vida mientras se mataba. Esta concepción sobre el valor de la vida hace más difícil combatir las distintas maneras de terrorismo que se han abatido sobre Europa en los últimos años.
El joven que amargó el fin del día de la fiesta nacional francesa recorrió dos kilómetros en un camión que había alquilado hacia unos días. Mataba atropellando a los que encontraba a su paso en una avenida concurrida. Iba armado pero no cargado de bombas como es el caso de los atentados masivos en Iraq o Siria. Llevaba dos fusiles y disparó contra los policías que al final de la persecución lo redujeron y lo mataron.
Estamos ante fenómenos de odio que se expresan de diversas maneras y que matan a inocentes. El mal causado es incalculable. El miedo se apodera de sociedades enteras que se sienten inseguras. El presidente Hollande ha dicho que habrá que aprender a vivir con el terrorismo. La reflexión es inquietante en el sentido de que el Estado no tiene la seguridad de poder hacer frente a una violencia latente que puede convivir en cualquier barrio de cualquier ciudad europea.
Francia ha sido víctima de tres ataques terroristas en 18 meses. En las tres ocasiones los atentados se han ejecutado de manera diversa. Individual o colectivamente. Estudiados con antelación o improvisados. Una visión nihilista, una cultura de la muerte, se repite monótonamente en una guerra que se cierne sobre varias partes de Europa. La religión musulmana es un común denominador en muchos de los que han protagonizado la matanza.
Pero concluir que se trata de un problema religioso me parece precipitado. Quienes matan a más musulmanes son los musulmanes como se puede comprobar en las lejanas masacres en Arabia Saudí, Siria, Iraq, Yemen y otras partes. Sunitas y chiítas se libran a batallas mortíferas.
Europa ha de reaccionar con las medidas pertinentes para hacer frente a la inseguridad que crea el miedo y promueve movimientos xenófobos en todos los países. Pero lo hará con más eficacia con la reafirmación de sus propios valores políticos, culturales, espirituales y cívicos. No tengo una solución. Pero, en cualquier caso, no sería la de una confrontación abierta con los extranjeros o a los que profesan otras creencias, proceden de otras etnias y son distintos a nosotros.
El “poder blando” europeo no equivale a una tolerancia infinita sino a una exigencia personal y colectiva para defender los trazos diferenciales, tan amplios como diversos, de nuestra civilización. Las bombas que en este siglo hemos arrojado sobre los territorios de Oriente Medio, con tan mediocre visión política, nos están llegando ahora en forma de masas de refugiados y de personajes que matan indiscriminadamente a inocentes.
Esta accion me parece espectacular, pero entiendo que es peor el goteo de muertes diarias, anonimas, de cristianos, homosexuales, por ideologia, que estan sucediendo y suman cada mes mas muertes que una accion de un descerebrado.
Sr.Foix: parece que lo de buscar cabezas de turco, Erdogan se lo ha tomado al pie de la letra…
Sr.Foix: nuestra sociedad, el llamado estado del bienestar, tiene el problema de la cantidad de frustraciones que origina, personas que, desequilibradas por la falta de perspectivas, acaban tirando por la calle de enmedio…si a esto se le une algún lavado de cerebro que otro, entonces la tragedia está servida…
Sobre este nuevo 23/F de Turquía, que ha servido para confirmar a Erdogan en el poder, ya tendremos ocasión de hablar…
Mas de 260 muertos en golpe de estado y el jueves mas de 80. Dos días. Tremendo.
Realmente terrible…
Sr. Foix: Interessant i realista article. Com sempre.
Hem quedo amb tot l’article, pero en especial amb els tres últims paragrafs. Doncs es el que tambe penso i hi estic totalment d’acord.
Penso que aquest odi… contra tota la societat del benestar i de la opulencia segurament ve provocat i ho repeteixo una vegada mes, per la cobdicia i pel comportament dels grans corruptors, corrupters i panxacontents de la nostra societat humana, que en realitat es molt inhumana amb tots els desvalguts, desamparats i sense posibilitats de lloc de trevall, ni tampoc cap esperanza.
Hem direu que, aquest boig ó terroriste, tenía un trevall, pero alguna cosa, l’hi fallava moltissim i que la societat aon trevallaba el frustraba a la seva dignitat. Com passa a moltissimas personas de totes les races i religions que es sentant frustrades i traicionades per la societat actual.
Que se puede añadir a lo que usted ha escrito, en realidad nada más. La locura de estos actos es desesperada y criminal a la vez, el deseo de acabar con todo, tanto odio encerrado se extingirá y después se deseara que nuncia hubiera ocurrido.
Menos mal que alguien como tu hoy ya duda en vincular el trágico asesinato múltiple con la religión. ¿El piloto de Germanweits que asesinó a tantos viajero tuvo el mismo síndrome?