Francia ha vivido meses asustada y en estado de pánico por el terror que ha sacudido París, Niza y ahora una iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray en el departamento de Sena Marítimo, en Normandía.
En los últimos ocho días se han perpetrado cuatro ataques en Alemania que han sido ejecutados por refugiados afganos y sirios. El que asesinó a diez personas en Munich era un joven nacido en Alemania de procedencia iraní.
La evolución de la práctica del terrorismo en los últimos tiempos abarca la inmolación, el uso de kalashnikovs, cuchillos, camiones que van chafando y matando a paseantes por la avenida de los Ingleses en Niza, pistolas o mochilas cargadas de explosivos.
Vivimos bajo los efectos de actos violentos muy seleccionados, muchos de ellos de procedencia yihadista, que provocan la politización interna del terror. En los asesinatos de Charlie Hebdo del 2015, las manifestaciones en París mostraban la unidad de la sociedad francesa frente al terror. Hoy, por desgracia, ya no es así. El terror se utiliza en Francia y Alemania para atacar la estrategia de seguridad de los gobiernos. Marine Le Pen acusa al presidente Hollande, y la Alternative für Deutschland, partido xenófobo al alza en Alemania, ataca directamente la política de refugiados de Angela Merkel. La identificación de terrorismo, inmigrantes y refugiados es demasiado fácil, simplista, para analizar la dramática situación en que vivimos.
Europa es vulnerable a la violencia que se incuba entre nosotros y que puede aparecer en cualquier ciudad. El ataque a una iglesia y el asesinato de su párroco tiene una gran carga emocional, ideológica y religiosa. Pero Europa es presa también del miedo lógico de los ataques inesperados que golpean indiscriminadamente a personas en varios países europeos.
Hay que combatir el miedo. F.D. Roosevelt lo decía en su discurso inaugural del 4 de marzo de 1933, a un mes de la subida del poder de Hitler: “Déjenme que exprese mi creencia firme en que lo único a lo que hemos de tener miedo es el mismo miedo”.
Publicado en La Vanguardia el 28 de julio de 2016
Somos una especie violenta, en su conjunto. Aquí en España lo hemos vivido: en el siglo XIX cuatro guerras civiles (carlistas), en el siglo XX la guerra de Marruecos, la guerra civil y el terrosimo de ETA, además de otos asociados.
Estamos en una encrucijada: nuestra especie ha alcanzado un desarrollo tecnológico que implica la necesidad de un cambio de paradigmas para poder superar esta fase sin autodestruirse, o regresar a una fase pre-tecnológica (véase la película On the Road).
Nos hemos olvidado de que poseemos numerosas armas nucleares que se usarán en caso de desesperación. Como no existe la URSS pensamos que esto no puede ocurrir, pero es un espejismo.
Además la violencia no solo es física, se puede ejercer por otras vias, o al menos provocarla. La violencia necesita un motivo, una causa; en general el deseo de venganza o de poder y dominio. En las fases iniciales las emociones son el motor que, en las condiciones adecuadas, produce la violencia física. Una vez desatada no tiene control hasta que una de las partes es derrotada por completo para a continuación iniciar la incubación de la siguiente rueda de venganzas.
La democracia y las leyes pueden generar violencia, simpre hay perdedores y resentimiento. Pero es una dictadura, claro, pero no descartemos que otros modos políticos más civlizados no puedan generar violencia. Recordemos que el terrorimo para una de las partes es patriotismo, y lo opuesto el verdadero terrorismo. Una parte de la opinión pública europea justifica el terrorismo islámico por la guerra de Irak, Afganistán (nos olvidamos de la guerra de la URSS en Afganistán, bueno la izquierda en este caso es la que no recuerda)… Somos tremendamente primarios e inmaduros para disponer de una tecnología tan destructiva, no hemos desarrollado nuestra capacidad ética y moral al mismo ritmo.
Anque no parezca tener relación el concepto del gen egoísta está implícito en todo esto. Un concepto muy discutible.
Quería decir Peor es una dictadura, no Pero es una dictadura…
José A García, observo que en este foixblog, entre todos/as los/las participantes nos complementamos admirablemente, si juntamos todas las respuestas.
La suma de todas las respuestas que damos los/as compañeros/as del blog, es… en realidad » la respuesta » …con más criterio de la realidad.
Sr.Foix: hoy en día conocemos de forma inmediata cualquier suceso, bueno o malo, que ocurra en el mundo…pero las malas noticias venden más que las buenas y el miedo es un negocio al que se saca muy buenos rendimientos siempre…
Creo que una forma de combatir el miedo es poner en un contexto de espacio y tiempo lo que ocurre. Probablemente nunca ha habido tan poca violencia en el mundo. En el año 2011 la población mundial alcanzó los 7.000 millones de personas . La cantidad, en números absolutos, de sucesos violentos generados por las personas habría crecido exponencialmente como la población, sin que de ello pudiéramos inferir que el mundo »es más violento». Guerras crueles e interminables, genocidios, violencia doméstica de todo tipo, etc., todas estas desgracias se han reducido en la actualidad. Esto es así y podemos incluso verlo si no nos dejamos llevar por la inmediatez y la hiperconectividad que solo destaca lo terrible. He realizado el ejercicio de trazar líneas rectas en un mapa entre los sucesos que LLuís Foix cita en su artículo. Me parece muy buena noticia que tenga que recorrer decenas de miles de kilómetros en un intervalo de tiempo de apenas dos días para demostrar la amenaza del terror global. Vivimos en una caverna informativa, de espaldas a la realidad, apenas vemos sus sombras filtradas y amplificadas a la vez por la Red. Si Platón volviera a nacer llegaría a la misma conclusión sobre la naturaleza de la realidad y el miedo.
¿Los últimos cien años no han sido más violentos que los anteriores?
Pues no, Pinker tiene un libro donde habla del tema. La humanidad es cada vez menos bestia. Claro que sigue siendolo mucho.
Potser m’ equivoco, però penso que els responsables d’aquesta onada d’atemptats terroristes de l’ estat islàmic, són els tres senyors de la foto de las Azores.
Qui sembra terror, recull terror.
La meva resposta, Rosamaría, es la mateixa que l’hi acabo de fer a el José A. Garcia.
Entre tots/es ens complementem i fem apareixa la veritat real de tot plegat. sumades totes les opinions, sense exepció.
Sr. Foix: Pienso que esta gran oleada de terror, por temor a la muerte repentina, por asesinato terrorista ó por la locura de alguno/a, posiblemente la haya ido provocando inatvertidamente nuestro sistema ó sociedad del bienestar y la opulencia junto con el …panzacontentismo, tolerancia, frescura e indolencia que ha tolerado, permitido e incluso fomentado la corrupción generalizada e institucionalizada a todos los niveles de cada estado y de la mayor parte de la sociedad.
Y en esta clase ó modelo de sociedad nuestra, tenemos un gran terror a la muerte imprevista por terrorismo, pero en cambio olvidamos que los grandes y mortiferos bombardeos tipo terremoto causan muchisimas mas muertes, terror, frustración y por ende odio a muerte contra nuestra sociedad, que ademas los rechaza a los que huyen de la muerte, de los lugares bombardeados.
A mi parecer nuestra sociedad del bienestar ha provocado involuntariamente la frustración y el odio, porque ha frustrado a los que creían en sus promesas idilicas de democrácia, bienestar y tolerancia.
Y ellos, es decir los que creian en nuestra sociedad, se han encontrado con los bombardeos tipo terremoto y el rechazo total al ser humano que huye del desamparo por el paro y de la muerte por bombardeo.
¡ No nos extrañe pues lo que ocurra ahora !
Albert, pensabamos que lo habiamos visto todo, o casi todo, pero cada día nos sorprenden con algo nuevo…
Mucha violencia e irá a más creo. Si sólo tienes violencia y palabras y te cargas la palabra queda la violencia. Es potenciar la palabras lo que puede disminuir la violencia. Lo otro es lo de toda la historia de la humanidad, violencia genera violencia. Pero no soy optimista, algunos debe ganar con este panorama. El pacifismo no está bien visto. Hay un texto muy bueno de Fuster de 1984 sobre el pacifismo, en el temps. Si lo encuentro lo enlazo. Lo tengo en un libro.