La victoria de Alberto Núñez Feijóo en Galicia y la de Iñigo Urkullu en Euskadi ha pasado a segundo plano dos días después de conocerse los resultados. El triunfo de dos partidos de gobierno, en territorios y circunstancias muy distintas, se ha producido con la normalidad que precede toda campaña electoral. El PP de Núñez Feijóo ha logrado sintonizar con una mayoría de gallegos en tres elecciones consecutivas. Un éxito electoral incuestionable.
El PNV de Urkullu ha aumentado votos y escaños en una sociedad con muchas heridas abiertas tras años de convulsiones y muertos por la violencia terrorista de ETA. Los dos se han instalado en la centralidad después de gobernar con las antenas puestas en las necesidades de sus respectivos ciudadanos.
Se podría plantear un cierto paralelismo entre el PNV y el Scottish National Party desde el punto de vista social. Han levantado la bandera nacional pero han gobernado con ideas que favorecen al mayor número posible de personas. En la práctica, con todas las salvedades culturales, históricas y políticas, han aplicado programas de corte socialdemócrata con la bandera soberanista por delante. Y han ganado. Sin prisas, atajos y sin calendarios dibujados en una pizarra.
Ante la inestabilidad política que se vive en España desde hace casi un año, gallegos y vascos han optado por la continuidad de gobiernos que no pretenden inventar nada y que tampoco votaron en clave española. La política es menos complicada de lo que muchos piensan.
Las dos elecciones se han convertido en un pulso inútil y estéril, uno más, entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez sobre la gobernabilidad de España.
El PSOE ha perdido votos y escaños en las dos comunidades y en las dos ha sido superado por la confluencia respectiva de Podemos. Como si el calendario de la política española no fuera ya complicado, Pedro Sánchez ha convocado un comité federal este sábado, unas primarias el 23 de octubre y un congreso extraordinario para diciembre.
No se entiende esta estrategia del líder socialista. En los tiempos adversos es cuando el liderazgo tiene que ponerse a prueba. Consultar ahora a la militancia sobre una posible abstención a la investidura de Rajoy o intentar un gobierno alternativo refleja la situación de un líder cuestionado. Es dejar pasar el tiempo para evitar lo inevitable, es decir, el abandono a corto o a medio plazo del liderazgo del PSOE.
El socialismo español ha sido clave en la gobernabilidad de España en los últimos cuarenta años. Pero Felipe González tenía madera de líder y sacó la cláusula marxista del PSOE en contra de la militancia y mantuvo a España en la OTAN, también contra los criterios de la militancia. En 1986 presidió el ingreso en la Unión Europea y la vuelta de España a las principales organizaciones internacionales de las que durante generaciones había estado ausente y en muchos casos rechazada.
Las peleas en el interior del socialismo español vienen de muy lejos cuando el liderazgo ha sido cuestionado. Baste recordar la votación que se registró en el Palacio de Cristal del Retiro de Madrid para desbancar al presidente Alcalá-Zamora y elegir a Manuel Azaña después de la victoria del Frente Popular en febrero de 1936. Se produjeron muchos altercados hasta el punto que el caballerista Luis Araquistain le propinó una solemne bofetada a Julián Zugazagoita, que representaba el sector más moderado del socialismo que lideraba Indalecio Prieto.
Pedro Sánchez admite que hay un debate en su partido, lo que cabe interpretar que lo que se está cuestionando en algunas federaciones importantes, la andaluza entre otras, es su liderazgo. En su comparecencia del lunes pasó casi por encima sobre las derrotas de su partido el domingo. No quiere que Rajoy sea presidente. Es legítimo que no lo quiera pero le falta lo más importante que son los votos imprescindibles para construir un gobierno alternativo.
Si nada lo remedia, vamos a unas terceras elecciones en un año. Es lamentable que no hayan podido llegar a un acuerdo de mínimos. Si hay tercera vuelta en un año, sería inteligente que Sánchez diera un paso al lado y Rajoy preparara su sucesión. La tercera victoria de Núñez Feijóo le otorga credenciales suficientes para convertirse en el líder de la derecha si Rajoy no consigue un acuerdo de investidura en las próximas semanas. Sánchez tiene su responsabilidad, pero Rajoy no ha conseguido apoyos suficientes hasta ahora.
Son tantos los problemas dormidos en ministerios en funciones, tanta la ausencia de España en los foros internacionales en momentos de grandes cambios y convulsiones, tanto el descuido de temas básicos para los intereses de los ciudadanos, tanto el desconcierto general, que el país necesita con urgencia un gobierno que pase por encima de las rencillas de los principales líderes. Es cuestión de responsabilidad.
Publicado en La Vanguardia el 28 de setiembre de 2016
Creo que el sr.Sanchez, no lo tiene fácil, heredo una buena herencia del gran Zapatero,Solbes y compañía, con la negación de la crisis, y la falta de acciones reparadoras entre 2006-2008, allí perdió confianza el partido, después con el lió interno de federalistas, no federalistas, los abstencionistas,los que están los que están a favor de pactos, en contra de pactos, un partido con barones, con presidentes/as asegurándose su plaza de poder, con tanta corrupción como el PP y con tantas pocas ideas para hacer frente a la revolución científica actual. El dia después puede ser peor que el dia antes, en este partido si no encuentran un líder con ideas claras, veremos si el único disponible era Sanchez y el próximo aun se lía mas. No se quien se alegra de los destrozos de este partido, ni tampoco porque cae la culpa sobre esta persona, porque la realidad nos indica, que el pais necesita lideres estadistas, para acabar con la incertidumbre de las elecciones y ponerse en marcha en las acciones de política industrial. En resumen en este pais, no hay cultura política para aceptar los pactos que pueden parecer antinatura, pero que pueden hacer funcionar el país, pactos con quienes deseen, esto ya es cosa suya.
Això de Galicia no s’enten, per més voluntat que hi posis…fa po !!, molta po!! Com es pot entendre ??
El país valencià i ses illes li dona 50 voltes en coherencia…
Veure i escoltar Felipe Gonzalez, em fa venir vomitera. Tots aquests «varons» haurien de tornar a treballar una estona al camp…segur que entre ells es diuen «machos»….quina engunia, per Deu !!!
Al Centradreta galleg li ha anat bé…
Al Centradreta vasc li ha anat prou bé…
Al Centradreta català ni se li coneix el nom, i una bona part dels «unionistes» (em refereixo als d’Unió) s’han perdut pel camí per ser «només» catalanistes… Ai la mare! Que malament ho han fet si, com sembla, només han pensat en el bé del partit…
Vamos a ver Sr. Foix, el Sr. Sanchez se ha criado politicamente en el PSOE que se quito el marxismo de encima y voto si a la Otan?
Pues aqui esta el resultado, supuestos lideres sin base, lideres veleta y de carton piedra.
Lo del PP en Galicia es de alucine, la franja de edad del votante tipo de este partido en las españas es a partir de 65 años, en Galicia… de 35 años.
En cuanto a lo del PNV, no soy de su cuerda, pero de mayor quiero ser vasco.
Por lo demas estamos asistiendo a un nuevo capitulo de la secesion de la clase politica de la ciudadania. Otras pretendidas secesiones como la de Catalunya son un divertimento que ya canta un poquito.
Un poquito dices? Passsa contigo…
Galicia y País Vasco son sociedades conservadoras, no ? Población mayor, rural , pocos cambios… pregunto , es una impresión desde fuera.
http://www.elmundo.es/espana/2016/09/28/57ebd104e2704eca128c05c4.html
Lengua de serpiente manda mucho todavia.
https://www.youtube.com/watch?v=Fpo-vAE5Owc
Por Manitu!! Que actual ser todavía……
Sr.Foix: la irrupción de Podemos en la política ha conllevado un cambio en la imagen de muchos partidos, había que poner caras nuevas, quitarse corbatas y fotografiarse con mochilas colgando del hombro, rejuvenecer los partidos auqnue fuera de cara a la galería…había que parar el golpe de la novedad y la juventud…ahora, parado el golpe, toca volver a los viejos cauces…
Lamentablemente «ese» estado español no tiene remedio. Y digo lamentablemente porque hubo un tiempo que parecía encarrilado hacia un futuro esperanzador de modernidad. Pero es un lamento retórico. No creo que sea una cuestión de líderes responsables o dirigentes hábiles. No es posible un gobierno que «…pase por encima de las rencillas…» porque otros líderes tropezarán con el mismo estado corrupto, fallido, que ha echado al jefe del estado por «pringao», aunque pareciese que era por elefanticida, que ha visto tres tesoreros seguidos del partido en el gobierno procesados por chorizos, o a la senadora por Valencia de todas las mafias dormitando en su escaño mal ganado.
No va a haber un gobierno capaz de prescindir de politizar la justicia o judicializar la política, porque justicia y política la forman las mismas cabezas aún ancladas en el franquismo familiar y corporativo. Ni capaz de entender que millones de catalanes ya han cortado con el estado y sólo esperan que se materialice la separación. Especialmente si al final, las terceras elecciones dan paso a cuatro años más de la incuria del PP y su impresentable líder.
Echarle la culpa a Pedro Sánchez ni sirve para nada ni resulta justificación alguna.
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Jo conque estic a Canarias, el ratifico un 99%
Molt bona Dogbert!!!