El mundo se aleja sin saberlo del principio de la seguridad colectiva que fue introducido por el presidente Woodrow Wilson en la Conferencia de París al término de la Gran Guerra. El siglo pasado está jalonado de armisticios, rendiciones y acuerdos de paz en los que vencedores y vencidos se conjuraban para no volver a recurrir a las armas. La seguridad colectiva pretendía sustituir a la razón de Estado que había provocado muchas de las guerras desde la Paz de Westfalia de 1648.
La seguridad colectiva era útil para la Alianza Atlántica y para el Pacto de Varsovia. Nada ocurría en las zonas de influencia de Washington y Moscú que no dependiera de las aprobaciones internas de las dos potencias. Desde la invasión de Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968) hasta el golpe de Estado que acabó con el gobierno y la vida de Allende y la llegada de Pinochet en Chile en 1973 eran episodios de la guerra fría.
El nuevo orden basado en la seguridad colectiva y en el respeto a la justicia y los derechos humanos es el que teóricamente sigue vigente. Pero la división es el signo de los tiempos en estos momentos de inflexión hacia un mundo distinto en el que la inseguridad genera miedos y promueve movimientos de identidad nacional muy alejados de la cooperación para promover la convivencia entre pueblos y estados.
Las sociedades democráticas occidentales están divididas. La victoria de Donald Trump y el Brexit van en la dirección contraria a la seguridad colectiva. Las fronteras ideológicas, militares y económicas de la guerra fría se han transformado en muros infranqueables que provocan acciones terroristas devastadoras en Oriente Medio, Turquía y Europa.
Las matanzas en Turquía son constantes. Estambul es la ciudad preferida por los yihadistas que con un desprecio a su propia vida destruyen la de los que les impiden avanzar en un califato universal que debería limpiar de disidentes todo Oriente Medio. Francia vive en estado de excepción. La matanza en la catedral copta de San Marcos, en el centro de El Cairo, es un ejemplo más de la persecución a la que están sometidos los cristianos en Oriente Medio. Han sido expulsados de Irak, huyen de Siria y en muchos de los estados del Golfo no tienen derecho a manifestar sus creencias.
Turquía es un miembro importante de la OTAN y el presidente Erdogan no invoca los tratados para protegerse de los terroristas. Ha implantado un régimen autocrático y estudia instaurar la pena de muerte. No veo a Donald Trump invocar el tratado de la OTAN para defender a nadie. La moneda de cambio de la próxima administración norteamericana es el proteccionismo, revisar la política con la poderosa China y establecer una especial relación con la Rusia de Vladímir Putin.
No sé si este panorama será mejor o peor, pero será muy distinto y Europa no tiene el músculo político preparado para hacer frente a estas nuevas circunstancias. El Brexit no es otra cosa que una cierta ruptura de la seguridad colectiva que ha hecho de los últimos setenta años los más prósperos y pacíficos de la historia reciente de Europa.
Rusia actúa en solitario en Siria para salvar una dictadura como la de El Asad. El Estado Islámico ha estado varias veces a punto de ser vencido, pero ahora sabemos que ha retomado la milenaria ciudad de Palmira. Alepo está siempre al caer, pero cinco mil soldados del Estados Islámico resisten a más de cien mil soldados de coaliciones varias que arrojan bombas a diario sobre la antigua Alepo.
Pero si las armas y los ataques a los distintos polvorines de Oriente Medio han venido de Estados Unidos y varios países europeos, la suerte de los que huyen importa poco en esta espiral de la indiferencia global. Nuestros políticos tienen la prioridad en las urnas y en las encuestas.
El mundo ha vivido tiempos semejantes. En 1933 subía Hitler al poder. El mismo año Franklin D. Roosevelt se comprometió a hacer viables las libertades humanas y la democracia. El país estaba desolado por la Gran Depresión y por la miseria. La democracia parecía una carta perdedora y resolvió hacer la pedagogía con tal de incluir en el sistema a los que estaban excluidos de él.
Todos los bancos del país estaban a punto de cerrar, miles de hectáreas de cultivo se convirtieron en desierto, una tercera parte de la población activa estaba sin trabajo y millones de americanos fueron desahuciados de sus casas. Había pobreza. Las desigualdades eran abismales.
Desde su silla de ruedas ante la chimenea de la Casa Blanca, Roosevelt animó al país, se comprometió con la libertad y finalmente plantó cara militarmente al nazismo. Había una idea que enlazaba con aquella seguridad colectiva de su antecesor, Woodrow Wilson, que sostenía que la paz sólo se alcanza con esfuerzos y sistemas de seguridad conjuntos. No parece que este sea el punto de partida de Donald Trump. Europa está expectante, mirando a las urnas, levantando fronteras y olvidándose del dramatismo de su propio pasado. Todo puede ocurrir de nuevo.
Publicado en La Vanguardia el 14 de diciembre de 2016
Rusia es uno mas, no tiene ya el poder, como ahora tiene China.
Me preocuparia mas por China, ahora resulta que los de la OMC se quejan, entonces porque les dejaron entrar hace 15 años ?
“Para mí China busca un pretexto. Su economía es todavía dirigida y centralizada y los precios no fluctúan libremente”, sostiene a este diario un exfuncionario de la OMC. Un informe del Parlamento Europeo añade que “en China las empresas no están sujetas a revisiones contables independientes y hay que garantizar la certeza del derecho concursal y de propiedad”
En aquella época estaba en transición desde el modelo comunista. Así que se pactó que quince años después se revisaría su condición. El plazo caducó hace una semana.
Pero ni la UE ni EE.UU. tienen intención de cambiar su visión, porque cualquier cambio tiene consecuencias económicas de gran magnitud. En efecto, durante este periodo de transición las dos potencias occidentales han podido aplicar medidas antidumping a ciertos productos procedentes de China. Esto ha sido posible precisamente porque, al no ser una economía de mercado, la base para calcular si China vendía sus productos a un precio excesivamente bajo tenía en cuenta los niveles en países terceros.»
China invierte más en Estados Unidos que al revés, hasta los 15.000 millones de dólares. “No prevemos una guerra comercial entre Estados Unidos y China en el escenario base”, decía Zhiwei Zhang,
En 15 años, desde su entrada en la OMC, el volumen de las importaciones y exportaciones chinas se ha multiplicado por ocho y su contribución en el crecimiento del PIB mundial ha subido al 25%.
¿Es suficiente para llegar a la conclusión de que China ha dejado atrás el modelo comunista para convertirse en una economía de mercado consolidada?
En el 2014, hace sólo dos años, el presidente Xi Jinping dijo: “Los casos de corrupción y colusiones están aumentando. El abuso de la autoridad sobre el personal, también. El intercambio de poder por poder, poder por dinero y poder por sexo es frecuente. Los oficiales del Gobierno y hombres de negocio actúan en colusión, como entrelazados”.
Sr.Foix: el negocio del miedo se ha comido a ese nuevo orden basado en la seguridad colectiva…
Sr. Foix: Pienso que seguramente no hay nada peor que una persona multimillonaria, con ideas, que llega al poder supremo de una nación poderosa y que quiere ejercerlo a su modo y maneras.
Solo hay que ver a Mr. Donald Trump en la foto, llevantando el puño apretado y cerrado, con cara y mirada de determinación. Y la verdad, …pienso que muchas cosas cambiarán y que no nos gustarán.
De todas formas este hombre dice a la cara lo que hará. Nos guste ó no nos guste. En cambio todos los que prefieren el ,…» Peix al cove «, que son muchos en cada nación ó en todo el mundo, pues el mal lo hacen a la chita callando y engañando a diestro y siniestro. Dandonos incluso lecciones de moral, de ética, ect. Pero es un mal invisible pero que también mata.
Edward Mansell House, autor del libro «Philip Drue Administrator» fue el guía de la política de Woodrow Wilson.
También quien dirigió las dos campañas electorales de Wilson. Lo consiguió a la segunda y fue el cerebro a la sombra de su política hasta que un enfrentamiento con la esposa de Wilson los separó después de que sus ideas colaborativas en defensa tras la I Guerra mundial, fuera rechazado.
Preferieron cobrar indemnizaciones de guerra a ingresar’ en la Sociedad de Naciones.
Por otra parte, el libro (en inglés) valle la pena.
Gracias por el apunte del libro Josep Ramón…