Embajador ruso asesinado en Ankara

El autor del atentado contra el embajador ruso, Andrei Karlov, en una exposición de arte en Ankara

El asesinato del embajador ruso en Turquía indica hasta qué punto es explosiva la situación en Oriente Medio y especialmente en Siria. Ha fracasado Occidente en pacificar una región tan convulsa.
Estados Unidos declaró la guerra a los talibanes de Afganistán después del 11-S de 2001. Después ocupó Iraq y derrocó a Saddam Hussein. Cientos de miles de muertos. Esas guerras se han perdido y el caos reina en esos países.
Siria es la continuación del conflicto de manera perversa. La revuelta contra el dictador Assad ha derivado en una guerra civil que se ha prolongado durante cinco años y ha causado más de trescientos mil muertos y varios millones de exiliados y desplazados.
La ciudad de Alepo es bombardeada y destruida de manera despiadada. Como lo fueron Grozny, Dresden y Gernika en otros momentos de la historia. Sus cenizas se han levantado como símbolos de injusticias irreparables. Turquía se alineó con los rebeldes y Rusia se puso al lado del presidente Assad. Estados Unidos también ha bombardeado Siria. Como Francia, Gran Bretaña, Arabia Saudí y Rusia.
La desgracia de miles de personas que intentaban huir de Alepo es una muestra de la inhumanidad del conflicto. La ciudad milenaria ha sido destruida y sus riquezas históricas musulmanas y también cristianas han sido destrozadas por bombas y por aviones.
Se sabe que el autor del asesinato es un señor con corbata, bien vestido, que sacó una pistola mientras el embajador Andrei Karlov estaba pronunciando un discurso en una exposición en Ankara sobre “Rusia a los ojos de Turquía”. El video del atentado es horroroso. Después de disparar contra el embajador gritó durante un buen rato “Alá es grande, no olvideis Alepo”. Los hechos se produjeron cerca del parlamento y de la zona diplomática de Ankara.
Es un final triste para la presidencia Obama que no ha podido ni ha sabido apaciguar los efectos de las guerras que su antecesor George W. Bush abrió en la región. Vladimir Putin ha aprovechado la incertidumbre occidental para recuperar la influencia global que tuvo en los tiempos de la guerra fría. Reaccionó contra el gobierno ucraniano que atacaba a los secesionistas del Donbass, de mayoría cultural y lingüística rusas, recuperó a la fuerza Crimea, en contra de las convenciones internacionales, y ha intervenido de alguna manera en las elecciones de Estados Unidos.
El viento sopla a favor de Putin para rehacer un imperio, el soviético y el zarista anteriormente, que se desmembró después de la caída del Muro de Berlín. Erdogan tiene el reto de someter a los kurdos, un pueblo sin estado que no ha perdido su identidad y sus ansias de soberanía, que responden con violencia y atentados.
Los kurdos habitan en Iraq, Siria y Turquía. No son partidarios del Estado Islámico ni del terrorismo. Son un problema para Turquía y para toda la región. La muerte del embajador Karlov puede pasar como un hecho violento mas o convertirse en una cerilla que prenda un gran incendio. Siria puede ser el comienzo de un gran conflicto. Mañana estaba prevista una reunión entre Rusia, Turquía e Irán en Moscú para tratar sobre Siria. La muerte del embajador condicionará el encuentro. Aires de más guerras en la zona.

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