Ahora que van cayendo figuras monumentales del mobiliario urbano y se van cambiando las nomenclaturas de los callejeros municipales por ser políticamente incorrectos, por ideología o por intereses, sugiero que conste en algún rincón de la ciudad un recuerdo, una placa, una pequeña estatua o un monolito al que durante treinta años estuvo en el epicentro de los tiempos más convulsos que ha conocido la Francia moderna.
Charles Maurice de Talleyrand lo fue todo en todos los momentos y con todos los gobernantes del antiguo régimen, de la Convención, del Directorio, del consulado, del imperio bonapartista y, finalmente, representante de Francia en el Congreso de Viena que establecería las alianzas europeas tras la derrota de Waterloo en 1815. Se ha escrito de él que consideraba la política según soplaran los vientos y que las opiniones estables y duraderas nunca fueron su especialidad.
Hizo todos los papeles, desde obispo de Autun en la etapa borbónica de Luis XVI hasta inspirador del 18 Brumario, pasando por los episodios del terror de Robespierre. Es célebre su frase de que con las bayonetas se puede hacer muchas cosas excepto sentarse sobre ellas.
Siempre se mantuvo en el epicentro del poder. Un mérito incuestionable que ha sido emulado por muchos en todas las generaciones. Cuántos Talleyrand me he tropezado en la política, la profesión y en la vida de personajes públicos que he tenido la oportunidad de conocer y de tratar.
Es cierto que todos evolucionamos de muchas maneras y no hay que cuestionar el derecho universal de que todos podemos hacer siempre lo que nos venga en gana mientras no se crucen los límites del respeto al otro y la legalidad del momento. Pero también es legítimo expresar sorpresa al comprobar cómo bastantes Talleyrand contemporáneos que he conocido han ido señalando con el dedo diciendo implícitamente a los otros lo que debían hacer, pensar o militar, mientras ellos iban girando como las agujas de un reloj hasta el punto de recorrer todos o parte de los 180 grados de la mitad de la circunferencia como soles que iluminaban las mentes y las vidas de los que tocaban más o menos con los pies en el suelo y se movían solamente unos grados como consecuencia de la gravedad, el paso de los años o la influencia de los hechos que hacen cambiar necesariamente de opinión.
Estaría bien disponer de una estatua o un espacio público para ir de paseo y visitar a cuantos han dado siempre lecciones a todos sobre todo moviéndose al compás de lo que más les convenía a ellos en cada instante.
No pienso convencer a los del callejero porque quizás algunos de ellos se sentirían aludidos. Goethe decía que cada vez que se levanta una estatua imaginaba de quién serían los martillos iconoclastas del futuro que la derribarían. Detesto la arbitrariedad.
Publicado en La Vanguardia el 4 de mayo de 2017
El Sr. Foix potser parla d’algu, pero no cal saber-ho. Al llarg de la vida ens hem trobat molts Tayllerand, i el seu document publicat es molt bo. Naturalment a la política i a l’Administració hi ha molts de Tayllerand, i jo crec que no cal anar molt lluny, veient el que hi ha, que dins de 2 o 3 anys, posem un 5, els que avui diuen A, diran B, el que diuen «procès» diran «no-procès» i els que diuen «independència» diran «unitat», sempre i quan puguin sobreviure en la dura vida politica. I en els negocis, els grans negocis, també es igual. O en el futbol, amb els mercenaris jugadors que cobren milions i milions o els propis clubs. Realment, felicito al Sr. Foix. Tots podem pensar en el nostre particular Tayllerand, no cal buscar-lo i que sigui public. Ara bé, també potser nosaltres personalment hem estat Tayllerand més d’1 cop. I si no…..perque no recordem algunes reunions a la feina…on tothom diu A…pero arriba el Cap, diu B…i tothom diu B, i això si no ve un Cap més alt i diu C…….Molt bé, Sr. Foix.
Té molta eso.
Rao copia dir.
Lo siento el teclado juega con el idioma, no identifica el cambio.
A mi modo de entender es una forma de superviviencia propia de la condición humana, que tiene sentido cuando la persona afectada no tiene recursos o medios para mantener una posición. Por ejemplo, en una guerra o una revolución muchas personas o no actúan o adaptan posiciones en las que no creen para evitar males tan serios como la muerte.
Otra cuestión es cuando por beneficio, y sin una necesidad extrema, una persona opta por lo que más le conviene en contra de sus principios anteriores, los cuales podrían ser falsos porque no eran más que una adaptación a una situación determinada en ese tiempo pasado. En el nuevo conviene otra conducta. Esa persona no parece que tenga, en realidad, principios: sería como G. Marx si estos no le gustan tengo otros.
Claro que mantener la dignidad, se piense como se piense, y los principios no es fácil cuando el viento no sopla a favor. Si esos principios son nobles no se deberían abandonar y aún siendo minoría mantenerlos, pero eso no es tarea sencilla, sobretodo manteniendo la calma y la elegancia.
Sr.Foix: el Fútbol no es el deporte nacional, el deporte nacional por excelencia es el que Vd comenta «» ir señalando con el dedo diciendo implícitamente a los otros lo que debían hacer, pensar o militar»»…eso sí, mientras uno va girando como las agujas de un reloj en función de por dónde soplan mis intereses…
Ignoro , si aquest article va dirigit , indirectament , a algú, i jo no estic prou informada o no sóc prou intel.ligent ni astuta per endevinar de qui es tracta, o bé , només es tracta d’un exercici de reivindicació dels valors de l’honestedat, la noblesa, la coherencia i la fidelitat.
Però si, n’hi han molts que es mouen sempre cap on bufa el vent i canvien de camisa segons i quan convingui.
M’agradaria saber de qui parla, si és que parla d’algú.
perque si no, és el mateix de sempre…..un article Excel.lent, però vostè no es mulla. S’amaga.
… accepto que podría dir-me, que si no ho endevino és el meu problema, d’acord, però escriure un article sense dir les coses clarament pel seu nom, a mi, no m’agrada.
Parla dels vascos i el vergonyós recolzament als pressupostos de Rajoy a canvi d’unes monedes d’ or ??
no se de qui parla….pero no crec que L F, sigui monotema
El problema de fondo, es que no debería venderse como concesiones a cambio de votos, debería ser equidad, porque un dia u otro les tocaría que el Ave llegase a Euskadi, como un dia u otro,las otras comunidades deberán tener el mismo trato:el concierto vasco, que esta muy cerca del federalismo