Donald Trump se muestra como un presidente sin ideas que ha profundizado las divisiones de un país que no acaba de entender su política interior ni exterior. La gestión de su cuenta de twitter desconcierta a los norteamericanos y al mundo entero. Se salta los medios de comunicación adversos a los que califica genéricamente de Fake News. Se pelea con la prensa crítica y pretende comunicarse directamente con su audiencia a través de su cuenta de twitter de más de 30 millones de seguidores.
Su primer viaje al exterior empezó en Arabia Saudí, un país con un régimen autoritario en el que las mujeres no pueden conducir o viajar al extranjero sin la autorización expresa del hombre que es su guardián y que, paradojas inexplicables de la diplomacia internacional, ha sido elegido como miembro del comité de Naciones Unidas para los derechos de las mujeres.
Trump firmó un contrato de 110 mil millones de dólares con los saudíes que se refieren básicamente a armas y seguridad. Su paso por el Vaticano, Bruselas y Taormina no fortaleció las alianzas que todos los presidentes americanos han mantenido desde el final de la última guerra. La sensación de que el cargo iría moldeando la política improvisada de Trump puede confirmarse en el futuro pero a estas alturas no se puede confirmar.
Hoy ha dicho que se ha acabado la paciencia con Corea del Norte sin especificar a qué se refería. Ha practicado sanciones a la banca china y la política respecto a Rusia está llena de contradicciones. Da la sensación de que los Estados Unidos de Trump han renunciado a liderar el mundo democrático como ha ocurrido en los últimos cien años. Hay que darle margen para que los pesos y contrapesos del sistema vayan acotando sus impetuosas actividades.
La falta de confianza de los americanos con la política viene de lejos. Durante décadas lo electores se han quejado sobre los tejemanejes de Washington donde los lobistas y comisionistas de todo pelaje han trabajado a sus anchas. Pero Donald Trump se presentó, como todos sus antecesores, para limpiar Washington de ineficacia y corrupción. A estas alturas parece que la situación es mucho peor que hace un año.
Sobre todo por el desconcierto que ha creado su forma improvisada de gobernar. Ha anunciado muchas iniciativas legales que se han perdido en las filas de sus propios representantes y senadores. El Obamacare no lo puede desmantelar porque no hay una alternativa que pueda suplir las necesidades elementales de más de 25 millones de americanos.
La hostilidad tuitera de Trump ha influido en los tribunales, en los servicios de inteligencia, a la diplomacia y al papel que Estados Unidos podría tener en los compromisos adquiridos sobre el cambio climático. Quedan todavía muchos cargos por nombrar. Respecto a la complicidad entre su presidencia y sus intereses personales hay una nebulosa considerable y nadie se atreve a investigar a fondo este conflicto de intereses.
La percepción de que Estados Unidos está abandonando el liderazgo democrático occidental es muy malo para los norteamericanos pero también es nocivo para el resto del mundo. Su apuesta por el Brexit no beneficiará ni a Gran Bretaña ni tampoco a la “relación especial” que ha sido una pieza clave de la política de Estados Unidos respecto a Europa y los británicos.
Es pronto para sacar conclusiones apresuradas. Pero Donald Trump lleva camino de convertir a la primera potencia del mundo en un centro de inestabilidad. Esto puede ocurrir aunque la economía vaya muy bien de momento. El populismo de su campaña y de los primeros meses en la Casa Blanca le pueden convertir en prisionero de la voz de la calle.
Sr.Foix: la elección de Trump sigue siendo un misterio…
Tal i com diu el Sr. Foix, només resta esperar que els poders esablerts del sistema parin els peus a aquest home.
……»Su primer viaje al exterior empezó en Arabia Saudí, un país con un régimen autoritario en el que las mujeres no pueden conducir o viajar al extranjero sin la autorización expresa del hombre que es su guardián y que, paradojas inexplicables de la diplomacia internacional, ha sido elegido como miembro del comité de Naciones Unidas para los derechos de las mujeres.»….
No em diguin que això no és simplement la demostració de la gran » ESTUPIDESA» en majúscules, del món de la politica.
…doncs són aquests els que en governen…..QUINA POR !!!
D´acord totalment amb l´article del Sr. Foix i el comentari d´ Albert. La mirada i gestos de la cara del President Trump em recorden a Mussolini en reportatges de l´época. Molt preocupant.
Pero, sempre i ha un pero, només sento dir que s´ha equivocat dien-li tonta a una periodista. Aquesta periodista el dia avans comentar que la capacitat intelectual del President Trump ere molt baixa.
Ara recordo cuant la Sra.Alicia Sanchez Camacho va dir al Parlament de Catalunya «El Sr. Mas ha emboxit», «El Sr. Mas es un cobard».
També fa 4 dias el Sr. Garcia Albiol va dir «El Sr. Puigdemont es un cobard».
Fins ara cap contesta dels Presidents Mas i Puigdemont. Tampoc he llegit o escoltat comentaris de cap mitjá de comunicació.
A les pelicules del Oeste Americá, cuan algú li deia cobard, treien les pistoles i es mataben a trets.
Afortunadament els temps han cambiat. Tampoc saben de cert si ere veritat o només a les pelicules.
Pero trovo a faltar una contesta com per exemple «Aixó es un insult personal, «Fins que no ho retiri i demani perdó, a voste no li penso parlar».
No deja de ser una paradoja esto que cuenta el Sr. Foix.
Os dejo mi último texto: http://bit.ly/2sZTxe5
Sr. Foix : Este hombre cree que solo él, tiene la razón. Presuntamente es de mente hitleriana y bilateral. Su cara, su mirada, sus gestos con la cara, la boca y las manos hablan por si solo.
Recuerdo la foto, donde se le veía, inclinándose, para que el rey de Arabia, le impusiera aquel collar de oro.
Si el negocio multimillonario en dolares, lo exige, pues él se inclina ante ello.
Sobran comentarios…sobre este personaje, que no nos engaña, porque se le ve venir.
P.D. Corrección de error, por un lapsus. Escribi … » bilateral » en lugar de … » bipolar » que es lo correcto y que debía haber escrito.