El dedazo se ha acabado

Es muy positivo el debate en el seno del Parido Popular para decidir la sucesión de Rajoy. Soraya Sáenz de Santamaria y Dolores de Cospedal están separadas por la indiferencia

Las luchas fratricidas en los partidos políticos son una muestra de salud democrática. El Partido Popular ha entrado en un periodo de agitación interna para determinar quién será el candidato en las próximas elecciones generales. Ya no valen los dedazos caprichosos de Aznar, de Pujol o de cualquier líder que considera que la finca del partido es suya.
En Estados Unidos se pasan un año enzarzados en primarias que conducen a la designación del candidato a la presidencia de cada uno de los dos grandes partidos. Lo mismo ocurre en todos los partidos de derecha y de izquierda en Europa.
Rajoy ha pasado a la historia. Hay que decir que su última milla ha respondido a los criterios homologables en Europa. Ha perdido, ha abandonado el liderazgo, deja el escaño y se dedicará al registro de la propiedad. Sin estridencias ni lamentos. La política consiste más en abandonar el poder cuando toca que en alcanzarlo cuando no hay más remedio. La democracia consiste más en echar a los gobiernos que en designarlos.
Seis son los aspirantes a liderar el Partido Popular tras la retirada absoluta de Rajoy. El debate que se va a producir en el seno de la derecha española es saludable para el Partido Popular y para la sociedad en su conjunto. He observado congresos laboristas y conservadores y Gran Bretaña y he seguido primarias en varias elecciones norteamericanas. El debate es siempre saludable, una muestra de apertura, de juego limpio, a pesar de los ataques que se cruzan entre correligionarios.

Un aspecto positivo de la pugna por el poder en el Partido Popular es que el liderazgo se consigue con debates, con la participación de la militancia, con los discursos bien construidos, con la capacidad para hacer frente a las críticas internas y externas que nunca faltan. La derecha no está acostumbrada a este desbarajuste. Aznar nombró a Rajoy en un célebre almuerzo en el que los tres otros comensales pensaban que serían ungidos. Jaime Mayor Oreja, Rodrigo Rajo y Mariano Rajoy. El dedo de Aznar, sin consultar a nadie designó a Rajoy.

Lo mismo cabe decir de la hegemonía de Pujol en la política catalana. Al terminar sus 23 años como presidente consideró que había llegado la hora de nombrar a un sucesor. No hubo congreso. Una reunión familiar bastó para que Artur Mas saliera como favorito y sucediera a Jordi Pujol. Artur Mas, a su vez, nombró a Carles Puigdemont al que hizo presidente en un fin de semana de 2016. El caso de Quim Torra es todavía más singular. Es president de la Generalitat pero guardando el puesto a Puigdemont que se encuentra en Alemania. Esto no es democracia ni es nada. Es lo que William Shakespeare calificaba como la “banda de los hermanos, nosotros, nosotros felices”. Nosotros hacemos y deshacemos para el bien del pueblo catalán. Despotismo ilustrado con toques populistas.

El Partido Popular no va a salir perjudicado de la pugna por la presidencia. Más bien al contrario. El debate interno es enriquecedor y saludable. Una discusión seria y constructiva puede redimir a la derecha de sus derivas autoritarias del pasado.

  4 comentarios por “El dedazo se ha acabado

  1. En esto Rajoy, ha mostrado ser responsable y digno:
    1,Deja que se presenten, sin escoger a dedo
    2.Se vuelve a su trabajo de registrador
    ———–
    Dicho esto, y sin ser del PP, si se presenta Iñigo, podria ser el mejor preparado

  2. Sr.Foix : Tomo nota de todo el artículo, pero en especial del 5º parrafo y como dogbert, tomo nota de la frase : » Esto no es democracia ni es nada. » …También estoy de acuerdo con : » arremete el Sr. Foix a propósito del dedazo catalán. »

    Pienso que lo del dedazo, es simplemente el dedazo de la gran corrupción del poder y sus consecuencias enpobrecedoras, debido al gran latrocinio efectuado directamente en la caja recaudatoria fiscal del propio estado.

    Sin pudor, sin verguenza y sin consideración ni humanidad hacia la gran e inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas que componen el Estado, que lo viven ó vivimos, lo padecemos y lo soportamos conscientes de ello, pero inpotentes para solucionarlo.

    Esta corrupción, la falta de control, junto con la permisividad y tolerancia sobre ella, nos conduce a pensar y aplicar la frase del Sr. Foix :

    » Esto no es democracia ni es nada. »

    Y lo del proceso y Puigdemont …IDEM de IDEM.

  3. Esto no es democracia ni es nada, arremete el Sr. Foix a proposito del dedazo catalan. Estoy de acuerdo.

    No estoy de acuerdo en que sea una muestra de salud democratica, la lucha «fratricida» en el seno de un partido para dirigir el mismo, maxime si este partido ha sido declarado organizacion corrupta.

    En cualquier caso estoy absolutamente en contra de que nos llenen la cabeza con cuestiones internas de la partitocracia que nos asola.

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