Gestos y políticas migratorias

El barco Open Arms a su llegada al puerto de Barcelona con casi cien migrantes a bordo

El gesto del Gobierno español de acoger a los refugiados o migrantes rechazados por Italia y Malta en las últimas semanas es muy positivo por haber salvado a personas con riesgo de hundirse para siempre en las aguas sepulcrales del Mediterráneo. Las ciudades de València y Barcelona los han acogido con generosidad y compasión.

Lo importante será cómo van a ser tratados a partir de ahora, dónde se alojarán, quién les ofrecerá las indicaciones elementales para disfrutar de la convivencia cívica. No son sólo gestos políticos sino humanitarios que requieren la complicidad de la sociedad para ayudarles a integrarse. Sería un mal negocio que la llegada masiva de personas que huyen del hambre, la miseria, la persecución y la guerra fuera un pretexto para crear sentimientos xenófobos como está ocurriendo en muchos países europeos.

Solamente en el siglo pasado, millones de personas se desplazaron en el interior de Europa por guerras, persecuciones, hambrunas, revoluciones y crisis de todo tipo. Asegura el historiador Henry Kamen que en los últimos tres siglos han cruzado los Pirineos más de tres millones de personas huyendo de confrontaciones internas, de guerras europeas o de revoluciones y dictaduras de signos diversos, de norte a sur o de sur a norte.

Europa es la consecuencia de desplazamientos colectivos y de formación de identidades acumuladas que se han asentado generación tras generación. Durante más de dos siglos, el colonialismo europeo extrajo de las posesiones africanas materias primas y mano de obra para mantener la revolución industrial a pesar de que aquella ocupación fuera calificada por Rudyard Kipling como “la carga del hombre blanco”.

Ahora que llegan los nativos de aquellas colonias se les cierra el paso con argumentos identitarios y xenófobos. Hay que encontrar soluciones para regular estos flujos migratorios que tienen su base en la pobreza y en las desigualdades globales.

Europa tiene que afrontar el mayor de sus problemas de futuro, que es el estancamiento demográfico, que empezará a ser negativo dentro de diez años. Según las estimaciones de la ONU para el 2050, África triplicará la población de Europa. Levantar nuevamente fronteras no es la solución sino un problema que enfrentará a los viejos nacionalismos europeos agitados por el fantasma del rechazo al otro.

Invertir en educación y recursos económicos en los países de origen de las migraciones es más urgente y más útil que pelearnos políticamente sobre la conservación de identidades que, como saben en Estados Unidos y en Europa, no son fijas sino que evo­lucionan con el paso de las genera­ciones.

Los gestos humanitarios siempre son bienvenidos pero son las políticas a medio y largo plazo las que mejor ayudarán a evitar estas calamidades.

Publicado en La Vanguardia el 5 de julio de 2018

  6 comentarios por “Gestos y políticas migratorias

  1. Sr. Foix : Los españoles castellanos tienen pocos hijos y los españoles catalanes aun muchos menos. Este hecho real juntado a la emigración masiva, procedente de todo el mundo y que además tienen más hijos hace que poco a poco la especie catalana vaya desapareciendo ó aminorando para siempre.

    España debería preocuparse y Cataluña también.

    Acabaremos siendo un cafè con leche como máximo ó unos euroafricasiaticos. ¡ Al tiempo … generacional ! … ¡ Aunque preferiría mejor, equivocarme !

      • Pero frente a las verdades, que ya las vemos todos, BartoloméC, pues España y Cataluña prefieren afirmarse en su : » Antes muerta que sencilla » ó bien …» Pita pita, como no te apartes tu »

        Asi que seguimos en la :

        VERGONYA !!!…VERGONYA !!!…VERGONYA !!!…

  2. Es cierto que el colonialismo europeo extrajo de Africa toda la materia prima que pudo y que explotó de mala manera a los nativos. Pero, desde que, a partir de 1957 y durante la década de los ’60 se expulsó de allí al hombre blanco (por cierto, con gran satisfacción del comunismo internacional), los nativos no han sido capaces de sustituir (ni copiar) las Administraciones coloniales por otras que funcionen mínimamente y ahora la gente tiene que escapar a Europa.

    Si aquellos países no son capaces de organizarse, más valdría que pidieran ayuda a sus antiguas metrópolis para que lo hagan por ellos y así sus gentes podrían permanecer en sus tierras.

    Todo lo que está ocurriendo es muy triste, pero no creo que Europa tenga que sentirse como la única culpable de este desaguisado.

  3. Los emigrantes, o migrantes o refugiados han venido y siguen viniendo para quedarse.
    Es cuestion de un par de generaciones para que la «catalanitat de socarrel» pase a ser un exotismo y/o otra minoria mas en este magnifico pais nuestro de acogida y suma.
    Observen la procedencia etnica de los bebes que circulan en cochecitos empujados por progenitores que han venido de mas alla de nuestras fronteras, de extramuros.
    De mes enlla de un pam de nas!

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