Occidente afronta retos graves que el tiempo situa en su verdadera dimensión. Se acerca un otoño caliente políticamente. Diría que como todos y en todos los tiempos. Una pérdida de la mayoría republicana en el Congreso en las elecciones legislativas de noviembre sería una bofetada política para Donald Trump, que ha recibido un toque de atención de prácticamente todas las cabeceras de diarios norteamericanos acusándole de no proteger la libertad de prensa.
Pero hacer predicciones es inútil en política o en economía. Los datos demuestran que la salud económica de Estados Unidos es muy buena y habrá que ver si el electorado se deja llevar por los excelentes datos sobre crecimiento y empleo o castigan el extraño estilo de Trump, que se ha apartado de la tradición liberal y abierta de los presidentes norteamericanos.
Estados Unidos, con todos sus aciertos y errores, ganó el siglo pasado en todos los ámbitos. Ayudó a reconstruir la Europa destruida por las dos guerras, fue decisivo para vencer el nazismo y derrotar a la Unión Soviética, impuso sus reglas en la política internacional y fomentó el libre comercio que revirtió siempre en beneficio propio.
El escenario ha cambiado y Trump ha puesto el énfasis en “América, primero” olvidándose de que el poder blando ha sido mucho más rentable para Estados Unidos que el poder fuerte. Ha reñido a Angela Merkel, tiene una relación extraña con Gran Bretaña, pone aranceles a un país aliado como Turquía, se ha desentendido de la conferencia del clima de París, ha denunciado el tratado transpacífico y ha ninguneado a México y Canadá dejando en la incertidumbre el tratado de Libre Comercio de América del Norte.
¿Cómo puede afectar a Europa esta deriva caprichosa de Donald Trump? El presidente no es partidario de una UE sólida en el escenario internacional, y el paraguas protector de Estados Unidos durante más de setenta años puede cerrarse. Europa tiene que seguir siendo la patria de los valores de la libertad y la dignidad humanas, el sueño de la inmensa mayoría de la humanidad. Tiene que ahuyentar sus viejos monstruos goyescos y preservar un gran espacio de convivencia y progreso.
Con todos los problemas que ha planteado el nuevo siglo tiene que preservar la alianza entre Francia y Alemania como motor político y económico de Europa. Los problemas de Europa central y oriental han sido el origen de los mayores conflictos de los últimos siglos. Las convulsiones sólo pueden volver por la inestabilidad en Alemania y las pequeñas naciones que gravitan a su alrededor.
Alemania no es inmune al populismo que ha penetrado en buena parte de los gobiernos y parlamentos escandinavos y que ha sido la causa principal del Brexit. El antieuropeísmo del Gobierno italiano hace más necesario el entendimiento entre Merkel y Macron.
La inesperada visita de la canciller a Doñana para entrevistarse distendidamente con Pedro Sánchez no es un gesto para conocer mejor al presidente español. Significa, me parece, una urgente búsqueda de un aliado con el que restablecer los equilibrios en una Europa en la que Polonia y Hungría ponen a sus países por encima de sus compromisos adquiridos con las instituciones de Bruselas.
España, por sus dimensiones y por su europeísmo, puede ser una tercera pata para superar las dificultades de una Europa cada vez más fragmentada. Pedro Sánchez no tiene fuerza parlamentaria para responder a este reto. Habrá que esperar, en todo caso, a los resultados de unas próximas elecciones.
Las crisis europeas son cíclicas. Hace cien años el horizonte se presentaba muy sombrío. También después de la última guerra. Jorge Semprún decía: “Mi caso es el de un antiguo leninista, que era, por tanto, antieuropeo, que descubre que con el proyecto de Europa se abre un horizonte posible para practicar una democracia radical. La transformación se produce cuando me enfrento, siendo comunista, a la realidad española y descubro que es más importante la democracia, incluso con capitalismo y mercado, que los hipotéticos logros sociales de una dictadura del proletariado”.
Más pronto que tarde se va a plantear el consenso entre las dos legitimidades: la de los estados y la de los pueblos. De Gaulle decía que Europa está compuesta de viejas naciones que llevan muchos siglos a sus espaldas, con lenguas distintas y culturas diferentes. La identidad de esos pueblos, grandes o pequeños, no se perderá. He recomendado a los alemanes, decía De Gaulle, a que sean ellos mismos, con la condición de que los alemanes respeten los sentimientos nacionales de los otros, es decir, que respeten a las otras naciones. Estamos a tiempo para preservar la más estable y más extensa democracia liberal que ha conocido la historia.
Publicado en La Vanguardia el 22 de agosto de 2018
Sr. Foix : Pienso que entre… la Codicia, la Corrupción … con su consiguiente deposito, del dinero sustraido ilegalmente, en Paraisos fiscales y ahora el aumento de los impuestos para tratar de pagar el dèficit-quiebra del Estado, …es mas de lo mismo.
Pues en realidad, lo continuaremos pagando y sumado REPETIDO, siempre los ciudadanos cotizantes, pues los poderosos, privilegiados y no controlados debidamente ciudadanos NO cotizantes, pues no pagarán ni cinco.
VERGONYA !!! …VERGONYA !!!… VERGONYA !!!…
¡ Recuerda alguien ! …¿ Quien dijo esta frase lapidaria : ¡ A un criminal se le puede perdonar, pero a un catalan separatista, NO !
EEUU necesita un lider que vuelva al espiritu de los acuerdos BW, acuerdos que crearon instituciones supranacionales, porque el riesgo del proteccionismo es letal, el riesgo de la robotización, del control de las nanotecnologias, de las manipulaciones geneticas, las nuevas energias, las migraciones, etc requieren nuevas regulaciones a nivel mundial. Un lider tipo Trump, valido para temas empresariales, con su palo-zanahoria, no es el mas adecuado en un mundo cada dia mas complejo, donde se necesita primar el bien comun.
Sr.Foix: hemos entrado en una nueva época de alianzas… ya sabe Vd que la política hace extraños compañeros de cama…y en temas de camas ya vemos queTrump está de vuelta de todo…
Suerte que hay cosas más importantes,en este mundo.Hoy celebramos San Bartolomé ,por tanto: Feliz onomástica amigo!!
Con algo de retraso por mi parte, muchas gracias Àfrica !!!
Saludos!:)
Sr. Foix : Pienso que es casi imposible que Europa y el mundo entero, puedan llegar a entenderse con el nuevo Führer mundial, que pretende estar en posesión de la verdad suprema, solo él y dirigir el mundo a su antojo de mentalidad bipolar.
Tendremos tiempo de verlo y vivirlo.
P.D. Y cambiando de tema y refiriendonos a España.
Gobernar por decreto Ley, al mas puro estilo de Felipe V, sin pasar por la aprovación del Parlamento, no es legal ni correcto, pues prescinde y olvida al Parlamento y a sus legisladores.
Vease el decreto de nueva planta que anuló, por decretotodoslos derechos de la corona de Aragón, cuyo problema aun lo estamos sufrieno los ciudadanos de toda la corona de Aragón. Y aun no está resuelto.
Todo por culpa de un solo decreto Ley y un solo personaje ó sea Felipe V.
Una sola persona y un solo decreto Ley.
Y padecerlo Albert…
He vuelto a ver una de las retransmisiones que se hicieron el 11S y aunque han pasado 17 años aún impresiona. Los Estados Unidos fueron golpeados y fueron vulnerables. No sucedía desde 7 de Diciembre de 1941 cuando la aviación japonesa bombardeo la flota americana en Pearl Harbor. En aquella ocasión se despertó el gigante y los Estados Unidos entraron definitivamente en la 2GM, derrotando a las fuerzas del Eje, en Europa con los aliados y en el Pacifico en solitario, después de lanzar las dos bombas atómicas. Los Estados Unidos reconstruyeron la parte occidental de Europa a través del Plan Marshal y crearon las condiciones para que franceses y alemanes crearan el germen de la unión de los europeos dejando atrás sus diferencias. Tras el 11S George W. Bush inicio la guerra contra el terrorismo islámico encontrando toda la solidaridad internacional que se podía dar para intentar erradicar Al-Qaeda en Afganistán a bombazos. Pero esa unión que hubo después del desastre se esfumo cuando George W. Bush el 20 de Marzo de 2003 decidió invadir y destruir Iraq hasta nuestros días. Las consecuencias de aquello, sumadas a las guerras de Libia, Siria, Yemen, y el golpe de estado en Egipto, aún las sufren los pueblos de Oriente Medio y también las sufrimos los europeos en forma de atentados terroristas: dos de ellos en España, la masacre de Madrid y la masacre de Barcelona.
Los americanos murieron por miles en las playas de Normandía como los soviéticos hicieron lo propio las estepas rusas. Los primeros movidos por un noble ideal y los segundos para defenderse y sobrevivir. Pero estos aliados una vez iba acercándose la derrota del Tercer Reich ya se empezaron a dividir el mundo en áreas de influencia en las Conferencias de Potsdam y Yalta. De ahí que, al finalizar la guerra en Europa, y más tarde el resto del mundo, quedará dividida en dos grandes zonas de dominio directo e influencia, en la que la ayuda americana del Plan Marshal cobraba una nueva dimensión en un marcado escenario de tensión entre las dos grandes superpotencias que se vino a llamar la Guerra Fría. A los Estados Unidos le interesaba una Europa unida pero subordinada, una Europa con seguridad colectiva pero dependiente del Pentágono. Cuando los regímenes comunistas caen en cadena y poco más tarde la Unión Soviética implosiona por sus contradicciones internas los Estados Unidos han obtenido una victoria: pero lo fue por la incompetencia e incomparecencia de su adversario. Entonces los Estados Unidos acogen en su seno «las naciones oprimidas europeas» otrora comunistas e intentan extender su área de influencia incluso hacía las ex repúblicas soviéticas. Hasta que Rusia despierta y no quedando claro dónde está el enemigo islámico -aunque no hace tanto se llegó a crear nada menos que un califato- Rusia vuelve a ser la mejor adversaria.
Termino por donde empezaba los atentados del 11S me siguen impactando porque ahí fue cuando empezó, y mal, este siglo XXI, el mundo desde entonces es diferente, los atentados en Madrid y Barcelona deberían hacernos reflexionar sobre donde se encuentra una de nuestras peores amenazas. El poder de una ideología intolerable y fanática que es capaz de transformar las mentes de muchos con la propaganda gratuita que ofrecen los desastres en Oriente Medio, y una incapacidad de integración y defensa de nuestros valores.
En cuanto a Trump y su “América primero” es una vuelta del péndulo de alcance global hacía posiciones nacionalistas y tradicionalistas frente a una globalización neoliberal falta valores que es producto del agotamiento de este modelo de mundo que se inició con el fin de la 2GM: lo pobres tienen la desfachatez de querer dejar de serlo y los ricos tienen la desfachatez de no querer dejar de serlo. Está claro que esto es una abstracción porque en todas las guerras son siempre los pobres los que mueren. Cada cual defiende sus intereses.
Francesc, has descrito los hechos de la historia mundial, desde la 2GM, hasta nuestros días, de una forma talentuda, totalmente real, actual y clarividente.