Lo más probable es que la prensa y los medios críticos con Donald Trump acaben ganando la batalla a campo abierto entre el presidente y sus críticos. Las acusaciones de “fake news” se remontan al comienzo de la campaña electoral. Si el New York Times, el Washington Post y la CNN tienen una audiencia millonaria, Trump puede llegar a más norteamericanos a través de su impulsiva cuenta de twitter. Una falacia.
Lo importante no es si lo que circula por las redes es cierto. Lo que cuenta es a cuantos seguidores se llega. La realidad no pesa. Gana la simulación. Trump ha sido discutido por una veintena de colaboradores de máximo nivel que han sido despedidos o han abandonado sus cargos. Por libros que muestran sus caprichos o su falta de preparación. También por un alto cargo de su Administración que ha filtrado un texto anónimo al New York Times que revela los disparates y el caos que dominan en la Casa Blanca.
El anónimo es un resistente, alguien que cuenta cómo Trump toma decisiones precipitadas y sus más cercanos colaboradores no le presentan documentos a la firma para evitar lo que consideran un mal cierto para Estados Unidos.
Lo más interesante de esta historia es el funcionamiento interno del New York Times. La sección de Opinión depende directamente del editor y la redacción no sabe quién es la fuente de tamaña filtración anónima. Sólo unas pocas personas conocen el autor del texto anónimo. El deporte más practicado en el Washington político es quién puede ser el autor de la filtración anónima. Más de veinte altos cargos de la confianza de Trump han negado que no eran los autores. Entre ellos, el vicepresidente Pence. Se acabará sabiendo aunque tarden años como ocurrió con la garganta profunda del Watergate.
Los periodistas del Times van a hurgar en las entrañas del propio diario, en la sección de Opinión, quién es el autor de la filtración. ¿La publicarían? Probablemente, pero no sin antes pasar por una fuerte tensión entre las dos almas de la redacción, la información y la opinión.
Trump puede condenar por twitter a los traidores que operan en la propia Casa Blanca. Tiene la batalla perdida aunque se defienda con aspavientos contra sus adversarios. Si se detecta al actual topo, saldrá otro. El fuego amigo es más peligroso que el real. Es más inesperado y más destructivo.
Sr.Foix: Lo de Trump cazando fantasmas ya es para nota…
Sr. Foix : Lo que le ocurra a ese Mister, era y es previsible. Con su mentalidad bipolar, me recuerda las formas y modos de actuar y comportarse de Herr Hitler.
Con él, corremos peligro.
P.D. Mr. Trump y su mentalidad de Democracia orgánica, aplicada desde el poder del gobierno de los EE.UU.
Esta desplazando realmente, a la democracia parlamentaria.
Las graves consecuencias de sus actos y maneras, le arrastrarán a él mismo y al resto del mundo también.