Estudiar la clasificación de la Liga el lunes por la mañana es un viejo hábito al que dedico muchos minutos. Es la foto fija de la situación. Me imagino que algo semejante les debe ocurrir a los banqueros globales cuando estudian con detenimiento los indicadores económicos y financieros de los mercados. Es incuestionable que el Barça sigue líder en la duodécima jornada con más goles (34) que cualquiera de sus rivales. Pero los 18 que ha encajado no se habían producido a estas alturas desde 1974. Ernesto Valverde no acierta a construir un sistema defensivo seguro. A Gerard Piqué lo vemos con frecuencia abandonar su espacio natural para convertirse en un atacante más. No es su sitio. Cuando juega de central-central el alivio reina en la grada que sí aplaude cada escapada de Alba y Sergi Roberto por la banda. No es cuestión de recriminar los fallos de Piqué que han facilitado goles decisivos al adversario esta temporada. Ni tampoco afear a Ter Stegen sus descuidos fatales ante el gran Betis del Camp Nou cuando ha salvado tantos puntos. Valverde ha de reforzar la zona defensiva conceptualmente y enlazarla con los Rakitic, Busquets y Arthur que son la correa de transmisión hacia el triplete capitaneado por Messi. La derrota ante el Betis debe encender todas las alarmas a la tranquila y fría filosofía de Valverde. Otra derrota en el Camp Nou le arrancaría varios puntos del carnet y pondría en peligro el título. La Liga se cuece esta vez a fuego lento.
Publicado en Mundo Deportivo el 13 de noviembre de 2018
Sr.Foix: A Valverde también le empiezan a cocer a fuego lento algunos…