Decía la vicepresidenta Carmen Calvo en una entrevista en este diario que “es inaceptable que después de cuarenta años de democracia, la política se reduzca a levantar a Catalunya contra España”. Me permito añadir que es un fracaso colectivo también que Catalunya sea utilizada en la política española como pretexto para ganar votos o para descalificar las posiciones del adversario. Es lamentable que Catalunya esté presente como coartada en la retórica electoral de los próximos meses. No tiene sentido.
El conflicto catalán ha estado latente en la política española mucho antes de la guerra de Sucesión de 1714. Los Austrias, desde Felipe II hasta Carlos II, visitaban poco el Principado y retardaban el juramento de las constituciones, como ha estudiado profusamente el historiador John Elliott en su libro La rebelión de los catalanes, que desembocó en la Guerra dels Segadors y en la caída posterior del conde duque de Olivares. Una de las causas del fracaso de la Segunda República fue el no haber resuelto satisfactoriamente la cuestión catalana, que, simplificando mucho, se resumiría en poder convivir cómodamente sin que nadie tuviera que renunciar a su particular forma de ser español.
El problema se ha arrastrado hasta hoy con una confrontación institucional, política y social sin precedentes. La política ha fracasado y la justicia no va a encauzar la solución. Parece como si la mayoría de los catalanes no tuviera otra preocupación que el desenlace del procés o que los españoles estuvieran pendientes todo el día de lo que ocurre en el Tribunal Supremo. La retransmisión televisiva completa y en directo del juicio sólo se ofrece en Catalunya.
Sean cuales fueren las sentencias, gobierne quien gobierne en España o en Catalunya, sería políticamente inteligente por las dos partes hacer un balance de lo que ha ocurrido, reconocer los errores sin renunciar a las ideas pero en el marco de la legalidad, restablecer una cierta confianza mutua y ocuparse de tantas otras cuestiones que interesan a los ciudadanos.
Me dirán ingenuo o equidistante, pero el resultado de la confrontación lo contemplamos con mucha inquietud en la sala del Tribunal Supremo, en las amenazas de aplicar otro 155 más duro si la derecha trilateral consigue una mayoría, en los desafíos de Torra y Puigdemont a muchas decisiones del Estado… Todo en nombre de Catalunya, para separarla de España o para someterla con la fuerza de la ley. Todo esto no lleva a ninguna parte ni beneficia a nadie.
Hace falta liderazgo e inteligencia política, imaginación también, para encontrar una salida en la que las dos partes aspiren cuando menos a la conllevancia orteguiana. Catalunya no tiene una mayoría social secesionista, pero puede desestabilizar al Estado. Todavía se está a tiempo de reconducir el problema y evitar un desastre.
Publicado en La Vanguardia el 28 de febrero de 2019
A mi me da la impresión de que los independentistas siempre dicen que el problema no se soluciona con los juicios y que ellos quieren dialogar; pero lo cierto es que son intransigentes y el diálogo con ellos parece necesario concluir con la aceptación de sus postulados; así, nunca se llegará a un acuerdo. Para muestra un botón, ¿qué dialogo tienen los independentistas catalanes con aquellos catalanes que no lo son?, ¿qué están dispuestos a ceder para llegar a un acuerdo entre catalanes? Las críticas a la judicatura y a la democracia española también las hizo el entorno de ETA y llamaba a los presos de la banda “presos políticos”. No quiero comparar los posibles delitos que hayan hecho los políticos catalanes con los de ETA, pero su actitud es tan parecida…
No deberia serlo pero lo es, Catalunya es la gran coartada de toda la clase politica (toda) que no tiene nada apetecible para ofrecer a la ciudadania.
Catalunya es el gran villano que necesitan los de las unidades sacrosantas para esconder su radicalidad y corrupcion.
Catalunya en el sentido opuesto es la gran excusa patriotica para otros para dirigirse a ignotos paraisos patrios. En todo ello tratan de esconder tambien, su radicalidad y corrupcion.
Unos y otros van a piñon a lo suyo tratando de hacernos creer que lo suyo es lo de todos. Mentira podrida.
Me acuerdo que hace años, para ganar las elecciones, boicotearon los productos catalanes españoles, entre ellos el cava catalan español. Luego mas tarde nos enteramos que las cavas Codorniu, de Cataluña-España, habían sido el cuartel general de Franco y que Codorniu contribuía dinerariamente con el partido PP.
El atacar con palabras el comercio y los negocios de Cataluña-España para ganar las elecciones, es ir en contra de la unidad de España.
Y digo Cataluña-España, para que lo entiendan los que alardean de defender a la Patria.
Pues que defiendan tambien a Cataluña-España y sus fueros, anulados por decreto Ley, dentro de todo el Reino de Aragón-Cataluña, artifices verdaderos de la Unidad de España, junto con el Reino de Castilla y Leon, cuandolos Reyes Catolicos.
Recordemos : » Tanto monta, monta tanto. »
El Reino de Castilla y Leon, por si solo, no son ni representan España, pues Aragon-Cataluña tampoco representan España, por si solo.
Por lo tanto creemos que, el reino de Castilla-Leon, España, tiene la obligación ineludible de reconocer y respetar los fueros, las leyes, las costumbres y las 2 lenguas habladas del Reino de Aragón-Cataluña, España, anuladas por el famoso Dereto Ley del Rey Felipe V de Bourbon, en el año 1714.
El estado español es un estado de derecho por esto te puedes defender. Otro tema es que algun juez se pase con no conceder la libertad provisional, en espera del juicio, como hemos visto en varios casos.
Pero lo mas importante es que los politicos TODO por la Patria (unos y otros)
Queda en evidencia en el juicio que los argumentos que mantienen en prisión a los presos políticos catalanes son falsos. Estamos ante una venganza que, como bien indica Foix viene de lejos. Es curioso que en cualquier otro tipo de conflicto quedaría al descubierto tanta arbitrariedad y nadie osaría repartir culpas entre víctimas y verdugos. Lamentablemente en Catalunya hemos aceptado este papel, aceptar nuestro pecado original, ser catalanes, y adaptarnos a todo tipo de violencia ejercida contra nosotros, asumiendo parte de la culpa. En efecto, los inocentes armados con papeletas para votar eran culpables de haber recibido los golpes de los policías españoles. Los presos políticos eran culpables de ser acusados de violentos aun sin serlo. Cualquier indicio de error en la parte catalana se transforma en grave delito. La pregunta es: ¿Qué puede ir mal en un juicio en el que no se cita el principal motivo de la prisión preventiva, la violencia, por parte de la acusación, teniendo en cuenta que es la misma justicia que mantiene a violadores ya condenados en la calle, eso si, relacionados con las fuerzas armadas españolas?. ¿Podemos confiar en la justicia que ha mantenido dos años en prisión preventiva a Sandro Rosell y lo ha dejado en libertad provisional el primer día del juicio sin fianza?. Es tanta la evidencia de que el estado español no es un estado de derecho democrático que cualquier acto de desobediencia civil pacífico contra tanta injusticia debería ser apoyado por los demócratas de verdad. Cada día que pasa los equidistantes tienen menos argumentos para mantener su posición y si siguen así les caerá la cara de vergüenza cuando las verdaderas víctimas del conflicto les miren a los ojos.
Eduard, hubiera sido todo tan distinto si nos hubieran dejado votar tranquilamente!
Vistos los testimonios de los » grandes gobernantes» todavía se entiende menos qué hacen encerrados los unos y no los otros.
Por cierto, cuando » juran» ponen a Dios por testigo,no???
Hubiera sido todo tan distinto si los partidos independentistas hubieran sabido «negociar» y ser humildes o pacientes ante el NO sobre un referendum !!!
Todo acto de desobediencia, debe tener su castigo. Sino esto podía ser el caos. Otra cosa es si está o no justificada la prisión preventiva, o la acusación de rebelión. Pero sobre esto yo diria ese cita tan catalana que dice: «qui no vulgui pols, que no vagi a l’era»
Sr. Foix : Pienso que mientras tengamos estos políticos tan jovenes, tanto los castellanos españoles, como los catalanes españoles, que no han vivido ninguna experiencia traumática ni ninguna guerra y además pertenecen a la sociedad del bienestar asegurado, pues el enfrentamiento inutil e innecesario está servido.
Presuntamente : Casado, Rivera, Puigdemont, Torra, ect,
Lo triste y lo dramático es que nuestros políticos NO VIVEN LA REALIDAD.
EL problema de Cataluña-España, tiene solución facil y beneficiosa para todos los españoles, catalanes incluidos, pero a los que NO VIVEN LA REALIDAD,…NO LES DA LA GANA.
Pues solo necesitan ganar las elecciones y aduirir el poder de gobernary sus prebendas.