Lo que representan la Liga de Futbol Profesional y la Federación Española de Fútbol es demasiado importante para que Javier Tebas y Luis Rubiales muevan personalmente las pasiones de millones de fans futbolísticos. Aprovechan cualquier ocasión para descalificarse mutuamente, enfrentarse, intentar invadir competencias ajenas y comportándose como dos adolescentes descontrolados. Hay mucho dinero en juego, derechos televisivos nacionales y globales, decisiones que afectan a centenares de clubs.
Tebas preside la Liga y toma decisiones que son rebatidas al minuto por Rubiales. Se daba por cierto que el Girona-Barça se jugaría en Miami pero no ha sido así. Tebas insiste en que expandir la Liga fuera de las fronteras españolas es necesario e inevitable. No ha consultado con todos los clubs ni con los jugadores que son los principales interesados y afectados. Rubiales dice que ni hablar de ello.
Son dos gallos muy excluyentes dentro del gallinero del fútbol hispánico. Enérgicos, expeditivos y autoritarios. Rubiales echó a Lopetegui de entrenador de la selección nacional enfrentándose con Florentino Pérez, que tres días antes del Mundial de Rusia anunció el fichaje del sucesor de Zidane. No sé si lo ha consultado ampliamente pero los lunes no va a haber partido de Liga la próxima temporada. Tira en bala contra Tebas pidiendo que se cree un sistema en el que el presidente de La Liga no se convierta en el ministro de deportes. El conflicto exige más transparencia y un talante más abierto. Ninguno de los dos es dueño de nada.
Publicado en Mundo Deportivo el 26 de marzo de 2019