En los inacabables debates en la Cámara de los Comunes se aprende parlamentarismo y se valora la importancia de la palabra. Pero dar vueltas y vueltas sobre un mismo tema sin encontrar una salida acaba por atrofiar instituciones tan venerables como Westminster.
Theresa May ha perdido dos votaciones sobre su acuerdo con la UE sobre el Brexit. Quiere una tercera y una cuarta hasta que el Parlamento apruebe una opción, la suya, de salida de Europa. Un millón de personas salieron el domingo a las calles de Londres para pedir la celebración de un segundo referéndum o que Theresa May dimita por su tozuda ineptitud.
May no se va aunque la Cámara le haya tumbado dos veces su propuesta de aplicar el Brexit. Los daños causados por el referéndum del 2016 son también institucionales, hasta el punto de que se ha establecido un pulso entre el Gobierno y el Parlamento para determinar si es el legislativo o el ejecutivo el que manda en Gran Bretaña.
Se da la paradoja de que la mayoría que el Brexit obtuvo en el referéndum no se corresponde con la mayoría que vota en el Parlamento. En un país con una tradición parlamentaria tan consolidada es difícil administrar los resultados de un referéndum sobre una cuestión de tanta importancia.
El referéndum se ganó con mentiras y fue apadrinado por los conservadores más soberbios y más supremacistas del Reino Unido. Boris Johnson, Nigel Farage, Jacob Rees-Mogg y otros diputados que hablan un inglés envidiable han introducido en Inglaterra el ellos y nosotros en el debate interno y en las relaciones con Europa. Ellos están equivocados y nosotros tenemos la verdad. Es imposible la transacción o el diálogo. No hay adversarios sino enemigos.
Es el debate emocional, que en Gran Bretaña no ha tenido nunca gran relevancia porque su cultura política no ha sido hasta ahora sobre abstracciones voluntaristas sino sobre intereses reales y concretos.
El problema lo tienen los británicos, pero se ha extendido prácticamente por toda Europa y Estados Unidos. El nacionalismo populista, dos conceptos que chocan con la idea troncal de la Unión Europea, lo agita Steve Bannon desde un monasterio romano y actúa a través de personajes como Salvini, Orbán, Le Pen y otros compañeros de viaje que pretenden dar la vuelta al Parlamento Europeo en las elecciones de mayo. Puede que no ganen, pero sí que su discurso ha penetrado en prácticamente todos los partidos conservadores europeos. El caso de Theresa May es emblemático.
Quieren que Europa regrese a los compartimentos estancos, a las fronteras y a los visados, agitando el nacionalismo excluyente y el populismo que se deja arrastrar por discursos como el de Trump o el de Bolsonaro. La batalla global la gestionan agitando las pequeñas batallas locales. Percibo que Catalunya, sin saberlo ni desearlo, está en este tablero geopolítico global.
Publicado en La Vanguardia el 28 de marzo de 2019
Estoy con el Sr. Foix en la «sospecha» de que Catalunya esta como una pieza mas de un nuevo tablero global de equilibrios variados y efectivamenter sin comerlo ni beberlo nos podemos encontrar en medio de un garden de tres pares.
Tal y como escribe nuestro anfitrion, nos quieren compartimentar y en definituva quieren hacernos mas pequeños para poder manipularnos mejor.
Hay toda una mesnada de politicos de un nivel etico, politico y moral bajisimos.
Son muy cansinos y muy burros.
Sr. Foix : Estoy meditando sobre su artículo… » Nacionalismos populistas » y tomo nota de la última linea : … » Percibo que Cataluña, sin saberlo ni desearlo, está en ese tablero geopolítico global. »
Pienso en el Catexit de Cataluña. Creado, criado y ensoleado en las mentes bipolares, presuntamente al estilo Hitleriano, codiciosas, corruptas e inhumanas de los grandes poderes, que gobiernan actualmente las naciones mas poderosas del mundo.
No digo nombres, porque todos conocemos el nombre de cada uno. Y por desgracia de la sociedad humana, no son uno sino más de uno, los corruptos inhumanos criminales.
Estamos repitiendo la historia del nazismo, del fascismo y del comunismo.
En fin. No comment. Cada cual de nosostros que piense. Solo es cuestion de tiempo. Y el tiempo de años pasa rápido. Preferiría equivocarme.
A esos que me refiero …solo les importa el negocio multimillanerio de la guerra. Y por ello se inventan el Brexit, el Catexit ó lo que sea.
A los buenos entendedores ó entendedoras.
El Catexit, afortunadamente para todos, repito para todos, está muy tocado. Aunque también es verdad que sus coletazos van a durar una eternidad. Es lastimoso seguir las deliberaciones del TS. Ahora llegan los momentos crueles del «sálvese quién pueda», una especie de «tonto el último» cuya aplicación es inminente. Y es que la condición humana acaba por aflorar sin remedio, arrinconando lo que se mostraba en determinadas ocasiones como planteamientos caballerosos de falsa heroicidad.
Por desgracia, Albert, no te equivocas, sólo les importa el negocio multimillonario de la guerra .
Nos has una definición inmejorable y talentuda, crown.
¡ A ver si hay algun compañero ó compañera del blog, que sume mas opiniones al respecto, que siempre es necesario sumar más y este tema del artículo lo necesita, pues es muy importante, porque es la chispa invisible e inapercibida, que enciende el fuego devastador y no lo parece !
¡ Al tiempo. Ya lo comprobaremos en la realidad de los años, si los políticos van ó continuan durmiendo la siesta !
P.D. En la primera linea, donde dice : » Nos has una definición inmejorable…» debe de decir … Nos has hecho una definición inmejorable…