Vienen semanas de vértigo con una sensación en el Barça de que todo es posible y nada es totalmente seguro. La Liga está casi en el bolsillo pero hasta que quede sentenciada Valverde no podrá concentrarse del todo en la Champions League. Puede ocurrir esta semana y sería ya una gran temporada. Ganar diez Ligas (dando por hecho que cae), cuatro Champions que pueden ser cinco y seis Copas que pueden ser siete en este siglo es una tendencia hegemónica en el ámbito hispánico y europeo. Es incuestionable que la Champions coronaría el edificio de este 2019 en el que Messi se comprometió a conseguir el máximo trofeo europeo.
Pero, repito, ocurra lo que ocurra con el Liverpool de Jürgen Klopp y, eventualmente, en la final del Wanda Metropolitano y en la de la Copa en Sevilla contra el Valencia, esta habrá sido una gran temporada de llenazos en el Camp Nou, un fútbol de excelencia, victorias claras ante sus dos seguidores y máximos rivales madrileños, una presencia mediática en el mundo y un refuerzo de la marca Barça que pasa por encima de entrenadores, jugadores, juntas y presidentes.
Valverde acude hoy a Vitoria y el sábado espera al Levante. No queda margen para experimentos. Ter Stegen mantiene segura la portería y el triplete Piqué – Alba – Lenglet es parte del éxito formidable de este fin de temporada. Busquets y Rakitic garantizan estabilidad en el centro y si el problema es entre Coutinho y Dembélé , ya lo resolverá Messi con su talento y Luis Suárez con su voluntariosa furia. El triplete es posible para un conjunto que pretende hacer historia.
Publicado en Mundo Deportivo el 23 de abril de 2019
El cava está preparado en la nevera.
Aquí si que no hay debate.