Una de las claves del progreso de Europa Occidental tras las consecuencias devastadoras de la Segunda Guerra Mundial ha sido la seguridad colectiva construida por la alianza entre vencedores y vencidos, entre Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, Bélgica, países bálticos… El paraguas militar, económico y político de Estados Unidos era la garantía de la seguridad en la Europa que había quedado fuera de la zona de influencia de la Unión Soviética. La OTAN y el Pacto de Varsovia eran los brazos armados de dos sistemas políticos antagónicos que desde 1947 establecieron las bases de lo que sería la guerra fría.
La caída del Muro de Berlin en 1989 alteró los equilibrios hasta el punto que Moscú perdió el control remoto de los países que estaban en la órbita del Pacto de Varsovia y, además, el imperio soviético empezó a desmoronarse con la pérdida de catorce territorios que se convirtieron en nuevas repúblicas, incluida Ucrania que es considerada como la cuna cultural, religiosa y política de Rusia.
Cuando cayó el muro había todavía en Alemania Federal, con capital en Bonn, un millón de soldados norteamericanos que garantizaban la seguridad de la Europa democrática. Estados Unidos patrullaba el Mediterráneo con la VI Flota y disponía de bases en España, Holanda, Bélgica e Italia. Helmut Schmidt, ex canciller socialdemócrata de la República Federal, decía que Estados Unidos eran el aliado más poderoso pero Francia era el aliado más cercano. La OTAN venció al Pacto de Varsovia tras muchos años de tensiones que se traducían en el aumento proporcional de arsenales nucleares y de misiles que apuntaban en ambas direcciones. Cuando Ronald Reagan se plantó ante el muro de Berlín y gritó como si Mijail Gorbachev estuviera al otro lado, “tire abajo este muro”, la batalla estaba ganada. La Unión Soviética no podía hacer frente a la capacidad militar industrial de Estados Unidos.
Tras el repliegue soviético y la aparición de la vieja Rusia, despojada de sus conquistas seculares, Occidente cobijó a los estados de la vieja Europa, incluidos los tres países bálticos, en el seno de las instituciones políticas, militares y económicas impulsadas y protegidas por Estados Unidos. La entrada de Letonia, Lituania y Estonia en la Alianza Atlántica y en la Unión Europea despertó a la Rusia humillada que no ha admitido que su salida al Mar Báltico esté taponada por estas tres repúblicas que tienen personalidad y cultura propias.
Los intentos occidentales de incorporar a Ucrania a la UE y a la OTAN han removido el patriotismo ruso que contraviniendo a todos los tratados internacionales incorporó a Crimea a Rusia y ha desestabilizado al Este de Ucrania, el famoso Donbass, convirtiéndolo en un territorio prácticamente anexionado a Moscú.
Europa no tiene como objetivo dotarse de la fuerza militar para defender sus territorios ni su especial manera de ejercer las relaciones internacionales. Siempre pensó que el paraguas norteamericano era suficiente para proteger su seguridad y sus intereses participando en proporciones pequeñas en los presupuestos de defensa de la Alianza Atlántica.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha resquebrajado la amistad política con Europa. El presidente norteamericano exige una mayor contribución europea a los presupuestos de la OTAN. Pero el problema no es presupuestario sino político. Trump no cree en una Europa que actúa de forma tan distinta a la de Estados Unidos. Tampoco la Rusia de Putin es partidaria de una Europa fuerte.
El Brexit no es sólo un zarpazo provocado por unas elites conservadoras británicas sino un sacudida muy fuerte a la estabilidad y a la seguridad de Europa. Todo cuanto ocurre en la UE es preciso analizarse en el tablero de la geopolítica de Estados Unidos, Rusia y China que no aceptan una cuarta pata en el reparto de la influencia y el comercio mundiales. Desde la penetración de la extrema derecha en prácticamente todos los parlamentos europeos hasta el aumento de la xenofobia pasando por las crisis en Cataluña y la complicidad entre Matteo Salvini de Italia con la Rusia de Putin, hacen pensar que Europa necesita dotarse de una defensa propia si quiere sobrevivir como tal. Quizás ya es demasiado tarde pero vale la pena garantizar nuestra seguridad. Los que fueron nuestros aliados trasatlánticos se han alejado.
Publicado en la revista El Ciervo Mayo-Junio 2019
El emerito despidiendose del respetable en una plaza de toros, rodeado de caspa.
El preparado frunciendo el ceño porque los lacayos no izan bien la bandera.
Los carcamales ingleses haciendo el paripe al sheriff que lo primero que ha hecho al llegar ha sido insultar al alcalde de Londres.
Antes que una defensa propia Europa debe de tener un amor propio y barrer estas instituciones caducas, y no democraticas.
De lo altra ja en parlarem.
Rusia no tenia los medios para que su economia planificada fuera del mercado triunfara, ahora con el big data y otras herramientas lo tendria mas facil
La URSS no podia competir con EEUU en tecnologia espacial, fue pionera, pero rapidamente superada, gastar mas en estos asuntos es tener a mas poblacion en la pobreza…si su sistema hubise triunfado como el modelo dual chino actual, la Urss no se hubiese desmebrado, la alarma fue Chernobil, el control en los mantenimientos, porque no solo es construir despues se tiene que mantener…. y el coste de mantener se te puede llevar el edificio por delante como asi fue…viendose despues que union en la URRS poca, grandes tensiones territoriales,,,,,que podian acabar como La Linea en Esp, que plantea su independencia fuera de la comunidad de Andalucia…
Con todo el respeto, su análisis no considera hechos importantes. Resulta que la deficiente tecnología de la URSS creó la Soyuz que aún se usa para ir a la estación orbital, la primera estación orbital fue rusa o soviética. Lo que fue más decisivo fue la existencia de una burocracia central que controlaba todo y no permitía un mínimo de libertad y dinamismo social… Por otra parte cuando Gorbachev cambió se utilizaron sus cesiones para destruir la URSS y las reformas que podían haber mejorado la vida de los rusos y otros países. Un resultado colateral fue la guerra de los Balcanes, Chechenia, Georgia, Ucrania… Y aunque no parezca también la de Siria. Sigue la lucha por el poder entre los EEUU y Rusia, más China.
Durante más de medio siglo Europa occidental ha estado supeditada militarmente a los EEUU. Se justificaba por la Guerra Fría y un pasado reciente ominoso en el continente. Y por otro hecho: la ocupación.
Con la desaparición del Pacto de Varsovia y la propia Union Soviética casi todos los estados de Europa del Este llamaron a las puertas de Washington. Lo que sucedió desde entonces es más conocido.
Han estallado muchos conflictos en el mundo en los que Europa, o lo que es peor algunos de sus estados, han ido a remolque de los EEUU y han aparecido nuevas amenzas que nos han estallado en las narices.
Sin embargo, la supeditación de Europa con Washington se ha mantenido, y el enemigo se nos dice es el de siempre: el oso ruso que va dando zarpazos. Ingenuo de mi yo pensaba que el siglo XXI había empezado aquel 11 de septiembre en Nueva York con todas sus consecuencias.
Y digo yo: ¿Ha tenido que ser elegido Trump para cuestionar esta relación desigual transatlántica? ¿Hay algo de fondo? ¿Se está cuestionando algo de esta relación de más de medio siglo? ¿Es solo Trump?
¿Qué es lo que se propone? ¿Un ejército europeo? Bien, ¿y para qué?
Creo que mis preguntas son pertinentes.
Los EEUU es el estado que más dinero dedica al gasto militar, a una gran distancia están China, Rusia, Arabia Saudí, Francia… El poder militar sigue ejerciendo un efecto disuasorio y es una fuente de ingresos para los países que producen armas, como es el caso de los EEUU.
La ética de esta carrera de armamentos es inaceptable si la consideramos como un concepto abstracto e idealista. En la realidad no existe confianza entre las distintas naciones, estados y pueblos del mundo; los países más poderosos tienen un dominio económico sobre la mayor parte del mundo, y un elemento que les asegura ese control es la fuerza militar que disuade a otros países tambiñen muy poderoso; excepto que se trate de casos como Siria, Libia, Afganistán, Irak, Yemen… conflictros en los que se dirimen con la piel de otros (victimas de las estrategias de poder a las que no es ajena la UE) las diferencias entre los «grandes».
Creo que la pregunta, para complicarlo más, podrías ser ¿Sabe lo que quiere Europa? ¿Saben los ciudadanos europeos que fuerza aéreas de la OTAN protejen el espacio aéreo de Lituania, Letonia y Estonia? ¿Nos hemos olvidado de que en España hay dos bases americanas muy importantes? ¿Cómo la UE que fue incapaz de aprobar una constitución y de confederarse va a formar un ejercito y además ahora sin el Reino Unido? ¿Es la UE una asociación de burócratas bien intencionados o algo más?
Yo también, con tu permiso, lo voy a complicar un poco más: ¿Qué mundo queremos? y ¿Qué papel puede tener Europa en ese mundo? ¿Un papel de comparsa de los Estados Unidos? ¿Un papel equilibrador de fuerzas? ¿Un papel activo en defensa de sus intereses?
Hace 40 años la izquierda de este país se declaraba neutralista. No quería depender de la política de bloques. Pero mientras el PCE se oponía a la incorporación a la OTAN y exigía el desmantelamiento de las bases americanas, el PSOE lo matizaba más: no quería la adhesión, pero daba por el hecho la existencia de la OTAN por la existencia del Pacto de Varsovia, sin cuestionar abiertamente las bases. Ambas formaciones exigían un referéndum, pero el gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, después del 23F nos metió en la OTAN en un periquete.
Lo que quiero decirte es que el mundo que tenemos, por eso mismo que tú dices, tanto las fricciones entre potencias, el uso de la herramienta militar con fines económicos no es como nos gustaría si no como es. Cuestión distinta es que tipo de mundo queremos y actuar en consecuencia. La CEE, para quien quiera informarse, descubrirá que fue positiva para este país, y lo sigue siendo, pero en el caso español su integración fue asociada a otra, la de la OTAN. Ambas organizaciones están fundidas en la Transición y en estos 40 años de Democracia. Ese era el mundo que teníamos.
La OTAN hoy garantiza la seguridad colectiva de los europeos. Cualquier ataque a un país miembro es un ataque a toda la organización. Pero si esto cambia, los europeos deberán confeccionar su propia seguridad colectiva, sin depender de los Estados Unidos. Independientemente de esto los europeos también deberían sopesar que mundo quieren y que papel quieren que tenga Europa en este mundo. De ahí que la construcción europea tarde o temprano deberá incorporar el tener una sola voz en el escenario internacional.
Si esto se hace sin quebrantos con los Estados Unidos, siendo ambas realidades aliadas, pero no subordinadas, dependerá de los elementos políticos y de qué tipo de mundo se desea, porque lo que quiera Estados Unidos puede divergir, como hemos visto en ocasiones de lo que quieren los europeos.
En cualquier caso, la pretensión de crear una OTAN europea o incluso unas FF.AA. europeas en este momento de crisis europea solo puedo verlo como una huida hacía adelante. Un intento de seguir la construcción europea que puede salir bien, pero puede ser también, visto lo visto, un nuevo elemento disgregador: porque los intereses y temores de Francia o España no son los mismos que los de lo Polonia o los Países Bálticos.
Queda luego la cuestión ética. El vender todo esto a una población que por lo común no tiene pretensiones militaristas y se declara pacifista. De ahí que en mi opinión el papel de Europa debería de ser el de equilibrador en el mundo, pero sabiendo que este mundo por mucho que queramos que sea de una manera lo es de otra.
Un saludo, gracias por su comentario con el que coincido en gran medida. Yo desearía otro mundo mejor, pero no sé, o ya no creo, si es posible.
Es ingenuo pensar que Rusia acepte un peligro militar directo en su frontera? Lo haría EEUU si Mejico y Canadá fueran aliados de Rusia? Quién controla América Central? EEUU si quiere el convenio de defensa con Europa pero sí compramos su armamento y así las empresas americanas reciben pedidos de armas que además Europa no posee. Europa ha vivido muy bien gracias al apoyo de los EEUU, pero ahora todo es distinto.
No cunda el panico!
A buenas horas, mangas verdes.