No hay partido bisagra

El problema es que Rivera no sabe dónde está y se mueve por un par de ideas fijas que no le permiten ser un partido bisagra, centrista y centrado

Albert Rivera es sometido a una fuerte presión desde todos los ángulos para que facilite la investidura de Pedro Sánchez. Se le pide visión de Estado para asegurar una legislatura que no dependa de los independentistas o de la ambición ministerial de Pablo Iglesias. Hay muchos políticos que no saben todavía que la carrera de ministro no existe. Más bien se tropieza uno con ella porque no se ha encontrado a nadie más idóneo.

No se habla sobre programas o políticas sino sobre cargos, trueques, sillas y combinaciones varias. El Partido Popular ha moderado el ímpetu de campaña de Pablo Casado y mantiene su postura para desgastar a un próximo gobierno que tendrá muchas grietas porque los socialistas tienen sólo 123 escaños y necesitarán la ayuda para gobernar el día a día.

Ciudadanos puede administrar como quiera su éxito electoral, que recogió muchos votos conservadores y se puso a sólo nueve escaños del PP en las elecciones del 28 de abril. Entiendo el sofocón de Rivera recibiendo noticias adversas cada día desde el momento en que Manuel Valls abandonó Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona por no haber roto con Vox y por ser antieuropeísta.

Un fundador de Ciudadanos, Francesc de Carreras, le imploraba en una carta abierta publicada en El País que si fue clave para enfrentarse al conflicto en Catalunya, ahora es también decisivo para dar estabilidad al gobierno de España. Manuel Valls resucitó en los medios a pesar del mediocre resultado en Barcelona. Pero incluso la prensa francesa que no se tomó en serio la aventura catalana del que fue primer ministro socialista alabó el gesto de Valls porque se había comportado con racionalidad.

Las malas noticias han seguido acorralando a Albert Rivera. Toni Roldán, portavoz económico del partido en el Congreso, dimitió el lunes de su cargo y también abandonó el escaño. No he cambiado yo, dijo, sino que lo que ha cambiado es Ciudadanos. El razonamiento de Roldán fue “¿cómo vamos a superar la dinámica de confrontación entre rojos y azules si nos convertimos en azules?, ¿cómo vamos a combatir al nacionalismo si no evitamos que estén en las instituciones?”.

El eurodiputado Javier Nart también abandonó la ejecutiva de Ciudadanos, ­aunque no el escaño en el Parlamento Europeo, por discrepancias con Rivera. Y en la tarde del lunes apareció el tranquilo José Luis Ábalos, que no las tiene todas consigo para la investidura, para pasarle por la cara estas defecciones internas y pidiéndole
a Rivera una abstención para que el so­cialista Pedro Sánchez pueda ser investido.

El problema es que Rivera no sabe dónde está y se mueve por un par de ideas fijas que no le permiten ser un partido bisagra, centrista y centrado, que de acuerdo con los intereses de Estado y también, naturalmente, los de su propio partido se inclinen hacia la derecha o hacia la izquierda.

Quizás sin haberlo pensado pretendía ser como los liberales alemanes que du­rante la guerra fría hacían y deshacían ­gobiernos a favor o en contra de la social­democracia y la democracia cristiana.

El conflicto catalán marcó el nacimiento de Ciudadanos y, en buena parte, su éxito en las elecciones generales de abril se debió a su compromiso incuestionable para evitar el secesionismo de Catalunya. Pero había algo más. Pablo Casado decía lo mismo, incluso con mayor énfasis, y tuvo una derrota estrepitosa, sin precedentes.

Albert Rivera no se ha entendido con los liberales europeos que le afean el haber pactado con Vox y no sintonizar con los grandes temas que preocupan en Europa, como son la inmigración como arma política para alimentar a los partidos de extrema derecha y el poner las instituciones por encima de las personas y de los partidos.

Ciudadanos nació para ir a la contra y ahí sigue. Pudiendo ser la solución, prefiere ser el problema. No habla de desigualdad ni de los problemas de las personas de la calle. Discursea sobre el poder.

Es una pena que el gran logro universal de los gobiernos neokeynesianos de la posguerra, que fue su extraordinario éxito para reducir la desigualdad en Europa, no sea uno de los ejes de la política del próximo gobierno. Un reparto más equitativo de la riqueza es el mejor antídoto contra la desesperación de los descartados, los miedos y la inseguridad que están en el fondo de los extremismos de derecha o de izquierda.

El ala más liberal de Ciudadanos, con Luis Garicano al frente de esta corriente, choca con la política de confrontación que sostiene el propio Rivera y que practica con total desenfado Inés Arrimadas, portavoz del partido en el Congreso. El conflicto catalán no se encauzará con más juicios o más fuerza sino con una mayor inteligencia política. En primer lugar, por parte de los independentistas, que llevaron al país, sabiéndolo, a un callejón sin salida. En segundo término, hará falta una política que tenga en cuenta que la unidad sólo se conseguirá desde la pluralidad y el respeto a las diferencias, en una España, en suma, en la que todos podamos sentirnos cómodos sin necesidad de ser iguales.

Publicado en La Vanguardia el 26 de junio de 2019
 

  10 comentarios por “No hay partido bisagra

  1. Sr. Foix : He leido, releido y meditado sobre su talentudo, documentado y tambien meditado su artículo … » No hay partido bisagra »

    Me quedo con todo el artículo. Y en especial con los 3 últimos parrafos. Donde Vd. siempre nos obsequia con su visión sabia, talentuda y lógica de la realidad y de la puesta en práctica del sentido común auténtico.

    Pienso igual, imparcial, neutral, dialogante, positivo y realista por la lógica del sentido común que Vd. mismo y también digo lo mismo de todos los compañeros y compañeras de su foixblog.

    También pienso que las ideas pensadas, sin experiencia vivida, soluciones políticas que nos pretenden imponer las nuevas e inexpertas jovenes generacioes, no concuerdan con la realidad y si en cambio provocan que España entera, Cataluña incluida, entre de lleno en un TORVELLINO político, que podría ser muy destructivo para el Estado y por ende para todos los ciudadanos de todas las Españas.

  2. La participacion de Jose Maria Brunet de La Vanguardia en la edicion de ayer miercoles del programa 24 horas de TVE ha sido de vomito, de verguenza ajena, horrible.
    Su actitud, sus preguntas, sus comentarios y en general toda la bazofia que ha soltado me han parecido de un nivel de letrina.

  3. El nivel es muy mediocre. Rivera no es una excepcion. No hay partidos bisagra, hay partidos estorbo para el normal desarrollo de la sociedad.
    La partitocracia lo anega todo, copan los media con sus chulerias huecas y barriobajeras. En ningun momento hablan de programas, de la ciudadania a la que nominalmente se deben y deben servir.
    Dicho lo cual, seguramente tenemos lo que nos merecemos. Somos una sociedad en las ultimas fases de idiotizacion. No respondemos a las imagenes de la inmigracion. Nos aceleramos conque si vuelve Neymar o no vuelve y vamos por todas partes enganchados a mil pantallas.
    El panorama es muy lugubre.
    que calor xD!

    • ¿Hablar de política?

      Cuando hasta la más nimia discrepancia es vista como un ataque, cuando salirse del pensamiento único irrita, cuando las cosas, idénticas, son buenísimas o malísimas dependiendo de si lo hacen «los míos» o «los otros»… Es que ni como ejercicio dialéctico. (Patricia)

    • A mi personalmente lo que me hace perder el tiempo es hablar de politica, no le veo solución ante tanto exaltado, ante tanto extremista y ante tanto vendedor de humos, ante tanto frentismo, con populismos varios y temas unicos,con enfoque unico, dando siempre la lata con lo mismo….mientras otros paises que fomentan la colaboración, la unión, el pacto van avanzando y creo que nos estan dejando atras. El problema es que antes las discusiones de barrio,pasaba en las comunidades de vecinos, despues en los ayuntamientos, ahora en las comunidades autonomas, en el estado, y como no actuen rapido tambien en Europa

  4. Tengo cierto aprecio por Garicano, por seguir sus articulos hace años en nada es gratis, y tengo cierto aprecio a Javier Nart por serguir su trayectoria, si estas dos personas ademas de Carreras, Roldan, etcAhora con el discurso repetitivo y frentista de Rivera y Arrimanas, con objetivos muy enfocados, sin dar luz sobre otros temas mucho mas importantes, como la creacion de valor, la creacion de empresas, la cooperacion empresa-universidad, las nuevas tecnologias, el futuro del trabajo, estan desilusionando a muchos que creian que eran modelos para una nueva forma de hacer politica. ¿Estadistas? pues parece que no. Esperar la caida de Sanchez, mientras el pais pierde fuelle, no es de persona estadista.

  5. Sr. Foix : Albert Rivera mientras siga igual de empecinado y terco en sus decisiones políticas, seguirá condenado a desaparecer del mapa político de España. Pues de seguir así, ya no es útil a España. Ahora hace mas estorbo que útilidad.

    Comfirma mi teoría de que es vital la sabiduria, conseguida por los años vividos y la experiencia adquirida por la edad, ect. para ser un buen politico estadista, con sentido común y que solo mira para el bienestar de la generación actual y de la generación futura.

    Para el buen entendedor…

    • El problema es el tiempo que pierden y nos hacen perder…cuando las claves estan claras, se debe de impulsar la colaboración entre un grupo de empresas con lazos de confianza, para cooperar primero hay que tener un alto grado de compromiso que genere confianza, entre empresas de diferentes ciudades cercanas, como bien indicas motivado por la necesidad de crear el clima de cooperación interdepartamental, desde mi punto de vista es mucho mas importante que el tamaño, la financiación y otros aspectos citados. Para hacerlo la mejor opción es visualizar las buenas practicas de colaboración entre empresas.

    • P.D. Olvidaba decir que lo mismo que digo para Albert Rivera, también lo digo para Pablo Casado, para Quim Torra y para Carles Puigdemont.

      Y me duele tener que pensarlo de todos los citados, pero es que no les oigo decir nada a favor de nosotros los ciudadanos españoles, catalanes incluidos. También apoyo y secundo todo lo que nos dicen.

      Los citado0s no se ganan lo que cobran y que los ciudadanos cotizantes pagamos, para representarnos en el Parlamento de España y de cada Autonomía.

      Pues no hablan de nuestros problemas económicos ni de nuestros intereses de obtener un puesto de trabajo, la comida y la vivienda, ect.

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