Un concepto filosófico puede ayudar a comprender la abulia que se apodera del Barça fuera del Camp Nou en momentos que resultan letales para sus resultados. Es la falta de ‘élan vital’, de impulso vital, que el filósofo francés, Henri Bergson, describió en su obra La Evolución Creadora. En los fatales siete minutos en los que el Levante colocó tres goles a Ter Stegen se produjo una desconexión momentánea entrando en el limbo de la inoperancia.
Como la jugada en el gol de córner del Liverpool en Anfield Road. Despistes que delatan una falta de voluntad, sin iniciativa y sin espíritu combativo. Ernesto Valverde puede ser el fusible que salte para salvar a un vestuario que sale de excursión con avionetas privadas en cuanto hay dos días de descanso.
Olvidémonos de los cien puntos de Tito Vilanova en la temporada 2012/13. O de llegar a una final de Champions y ganarla. Incluso de conseguir otra Liga este año si no cambia la actitud de los jugadores a los que les falta impulso vital momentáneo. A Gerard Piqué se le entendió todo en la entrevista de El Larguero. El vestuario manda y sabe que manda.
Y hace lo que le viene en gana porque piensa que los títulos caerán porque el prestigio, solo el prestigio, hace ganar partidos. Error. Salvando a Messi y Ter Stegen, se detecta una mezcla de desgana y falta de concentración del sistema defensivo en momentos clave, decisivos, por una flagrante falta de atención. Percibo que la preparación física es insuficiente. Hoy, contra el Slavia de Praga, es siempre todavía, como diría Machado.
Publicado en Mundo Deportivo el 5 de noviembre de 2019
Sr. Foix : Penso que els jugadors del Barça, igual que els d’altres equips com el Madrid, ect, son uns privilegiats, que cobran massa, pel rediment que donan.
No comment. Doncs els hi sobren els mil-lions i els hi surten pels descosits.