El momento espectacular que vive el Barça tiene múltiples derivadas. Valverde valorará más el haber entrenado a Leo Messi que todos los títulos que pueda conseguir. El genio argentino ya es patrimonio de la humanidad, del futbol mundial, un icono deportivo del siglo XXI. Messi es del Barça pero es universal.
Coincido con Lluís Canut en levantarle una estatua mientras siga jugando, antes de que entre por razones biológicas en su etapa crepuscular. Si el equipo no pierde este ritmo trepidante y gana la Liga, no digamos ya la Champions, las elecciones a la presidencia de 2021 premiarán al candidato que mejor se identifique con el momentum.
Ya va siendo hora que Bartomeu designe a un candidato que se mida con Víctor Font y con todos los que se presenten. La opinión de Sandro Rosell, 22 meses en la cárcel para acabar siendo declarado inocente, tendrá su peso en el barcelonismo. Un Messi pletórico dirigiendo la orquesta de figuras consagradas como Luis Suárez, Griezmann, Ter Stegen, Piqué, Busquets… y de valores jóvenes como De Jong, Ansu, Sergi Roberto y las incorporaciones canteranas al primer equipo influirán también en que se agilice el proyecto de remodelación del Camp Nou y el Espai Barça.
Las victorias unen y a la vez tapan todas las miserias que conviven en toda institución humana. Esta noche Valverde tiene la ocasión de enseñar las cartas de la excelencia ante un Inter que necesita ganar para seguir en la Champions. El sábado en Donosti y el miércoles 18 el Clásico pendiente. Todo puede ocurrir.
Publicado en Mundo Deportivo el 10 de diciembre de 2019