Más pronto que tarde sabremos si el comienzo de una legislatura con Gobierno de coalición progresista y de izquierdas abre una tendencia en la política española o se trata de una excepción puntual producida por la necesidad de salir cuanto antes de la interinidad de muchos meses de gobierno en funciones.
Las corrientes de fondo no arrancan de las acciones de un gobierno ni de los discursos de políticos elocuentes. Las sociedades no las cambian los regímenes políticos sino que evolucionan de manera errática e imprevista, a veces siguiendo recorridos impensables. Cuando se intenta construir un hombre nuevo o una nueva sociedad, se comprueba que todo es muy viejo.
El miedo al otro y la exclusión de los que piensan diferente son causa del autoritarismo
Se recuerda estos días que los comunistas han vuelto al Gobierno de España del que habían estado ausentes desde 1936. También que por primera vez hay cuatro vicepresidencias de las que cuelgan veintidós ministerios. Haciendo de la necesidad virtud, ha salido el primer Gobierno de coalición desde la restauración democrática.
La primera confrontación dialéctica con la oposición ha sido nombrar fiscal general del Estado a Dolores Delgado, que es diputada socialista y ministra de Justicia del gobierno saliente. Es legal, pero no parece ni ético ni estético.
Lo que importa es si estamos ante un Gobierno de coalición con apoyos insuficientes para abordar grandes reformas en el Estado o, simplemente, ante un Pedro Sánchez que se propone sobrevivir los próximos cuatro años. La aritmética es la que es, y las mayorías se obtendrán a base de dejar lastre programático e ideológico en cualquier iniciativa legislativa. Los cambios no vendrán de arriba sino del pacto explícito o implícito entre gobernantes y gobernados. Todo político tiene que pensar en su eventual e inexorable encuentro con las urnas.
Viendo la deriva autoritaria que se observa en los sistemas que anteponen la eficiencia o la identidad a los principios que garantizan una sociedad plural, libre y justa, es conveniente restaurar la fe pública en las instituciones democráticas que gestionan los intereses contrapuestos de los ciudadanos.
No a la política de bloques y mucho menos a la política de muros. Cuando cayó el de Berlín en 1989, sólo había dieciséis vallas fronterizas en todo el planeta, mientras que hoy se cuentan sesenta y cinco perímetros fortificados terminados o en vías de construcción. Es consecuencia del miedo al otro y la exclusión de los que piensan diferente. La seguridad, una vez más, se impone sobre la libertad.
Publicado en La Vanguardia el 16 de enero de 2020
Muros y alambradas a nivel terrenal. Pero la diferencia la marca el nivel espacial. Australia,Canada, Nueva Zelanda,Inglaterra se unen a la fuera espacial de Trump
«Como ganar tiempo ante la pujante China?……………….
http://www.infoespacial.com/latam/2020/01/06/noticia-australia-canada-bretana-nueva-zelanda-fuerza-espacial-trump.html
No cambio. No cambio el mundo que conoci y vivi con este actual que ya me pilla (afortunadamente) en la reserva.
Veo en el digital de LV un articulo de Joan Herrera… van cambiando, van probando, pero la cosa ya es otra cosa.
En un penultimo intento, parece que Jordi Juan llevara la direccion de LV…
No se… tot plegat ya me pilla… no se en que lado del muro, pero ya no me pilla.
Yo lo que tengo claro es que la natalidad en Europa es baja porque las parejas han decicido que por su capacidad económica y su vida académica y laboral no pueden tener hijos. Hay otra interpretación más cultural sobre los estilos de vida pero creo que lo fundamental es lo que apunto.
Saludos cordiales
Hay temas que unos los tienen mas claros que otros,la natalidad en Europa es baja y deberan entrar mas personas de otros paises. Para mi la regla de tres esta clara, a peores instituciones supranacionales mas fronteras, conflcito y tensión. La clave esta clara hay que reformar las actuales instituciones supranacionales, porque las actuales van muy cojas. Sobre la politica del pais, los actuales aguantaran si reforman el pais, si lo modernizan, si siguen con las batallitas internas, con el frentismo y el corto plazo, pues nada estaremos como estos ultimos 12 años.
Lluís no acabo de ver que tiene que ver la formación del nuevo gobierno con los muros y las alambradas. Ni en lo explicito, que el nuevo gobierno tenga o vaya a tener una política de inmigración dura o que vaya a ser un gobierno autoritario, ni en lo más sutil que vayan a ser los responsables de un muro interior que divida a la ciudadanía en bloques.
En lo primero precisamente todo apunta a la contrario. A las antípodas de lo que la política de inmigración que puede defender VOX. En Europa existen gobiernos, o han existido, con política dura en Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Italia e Reino Unido. Y en lo segundo hay o ha habido gobiernos de coalición en media Europa: en Francia con Mitterrand hubo también un gobierno de coalición con los comunistas.
En lo ideológico puede verse una división de bloques entre izquierda y derecha, ¿pero no la tuvimos antes entre los dos grandes partidos? Cuando gana Felipe las elecciones en 1982, aunque en los fundamental los partidos estaban de acuerdo (las reglas del juego), las diferencias entre izquierda y derecha eran mucho más acentuadas a las que hoy defienden.
Paradójicamente lo más parecido a este tipo de movimientos se ha dado en Cataluña donde los independentistas están a favor de la inmigración, pero en contra de la unión con España y automáticamente en contra de los españoles.
Sr. Foix : » Muros, bloques y fronteras » … de la sociedad del bienestar, para la sociedad del malestar, la desesperanza, la pobreza, el desamparo, del sin vivienda y de la huida de la muerte por las guerras, ect.
En cambio, a los millonarios y multimillonarios no se les pone ningún muro, bloque ó frontera, … ¡ Verdad !
No comment…Es la realidad.
También : » El poder corrompe » … incluso a los incorrompibles y vuelve insensible e inhumano, incluso a Abel, el tolerante, acercándolo y colaborando a actuar como Cain, el codicioso bombardeador.