Donald Trump aprovecha las semanas que le quedan como presidente de Estados Unidos para mover las piezas del tablero internacional que cambiarán la geopolítica en Oriente Medio. Se puede decir que es el presidente que más ha favorecido los intereses del gobierno israelí encabezado por Netanyahu.
Trasladó la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén y reconoció como territorio israelí los Altos del Golán que pertenecen a Siria y fueron ocupados por las tropas israelíes en la guerra de los Seis Días de 1967. El primer y más asiduo presidente tuitero de la historia no practica la diplomacia clásica ni comunica sus decisiones después de darlas a conocer a su propio equipo. Gobierna a través de twitter.
En los últimos meses ha propiciado el establecimiento de relaciones con Israel de los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán. Hoy ha tuiteado que Estados Unidos reconocen la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental y al mismo tiempo ha anunciado que Rabat va establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel.
Todas estas decisiones no son fruto de negociaciones internacionales ni de resoluciones de las Naciones Unidas. El Sahara Occidental, ex colonia española, sigue siendo un país ahora colonizado por Marruecos sin que se celebre el referéndum aprobado por la ONU. La causa palestina ha perdido fuerza, pero no legitimidad, porque Israel ha establecido relaciones con varios países árabes, tiene unas relaciones especiales con Egipto y Jordania y en estos momentos la alianza con Trump le permite actuar impunemente respecto al trato con los cinco millones de palestinos que viven de hecho confinados en los territorios ocupados en Cisjordania y Gaza.
Trump va a decidir por vía twitter otras cuestiones de gran calado. Tiene facultades y las piensa ejercer. Otra cosa es si estas decisiones serán respetadas por Joe Biden en la próxima presidencia.
El hecho es que Trump ha conseguido que Israel sea reconocido por varios países enemigos declarados desde la misma existencia del estado en 1947. Es buena noticia el hecho de que la guerra sea alejada del escenario de Oriente Medio. Fue sintomático que la primera visita de Donald Trump al exterior fuera Arabia Saudí, un gesto que indica hasta qué punto las prioridades de su primer mandato tenían como objetivo facilitar las relaciones israelíes con sus vecinos árabes. Las relaciones de la familia de los Saud con la Casa Blanca han sido siempre fluidas pero con la administración Trump la confianza mutua ha aumentado y se ha fortalecido a pesar de las fechorías criminales como el asesinato del periodista Kasshogi en el consulado saudí en Estambul. .
El unilateralismo trumpiano ha estropeado el liderazgo de Estados Unidos en cuestiones internacionales como el cambio climático, la seguridad colectiva atlántica, la política con China y la nula preocupación o desprecio por América Latina.
Pero no ha entrado en ninguna guerra, ha empezado a retirar tropas en escenarios bélicos endémicos y ha abandonado la idea de ser el policía global en defensa de las libertades y los derechos humanos. La historia juzgará su política exterior. Pero las piezas que ha movido en Oriente Medio para beneficio de Israel pueden ser un paso importante para fomentar la convivencia entre árabes e israelíes.
Los palestinos y los saharauis serán los grandes perjudicados. Injustamente. España no se apartará de las necesarias buenas relaciones con Marruecos y con Estados Unidos. La Realpolitik practicada por Kissinger hace cuarenta años sigue vigente. La causa de los fuertes se impondrá.Pero la de los débiles nunca desaparecerá. Joe Biden tendrá otra visión del papel de Estados Unidos en el mundo tejiendo complicidades y reconstruyendo puentes con los aliados habituales.
Sr.Foix: la política de Twitter es lo que tiene…busca acción-reaccción…
Se olvida todas las ocasiones historicas, desde 1947, que los palestinos rechazaron un estado en paz con Israel. Ademas Gaza y la Autonomia de Cisjordania son gobernadas por ellos mismos. Israel abastece a Gaza hasta de electricidad, y tambien tienen frontera con Egipto. Muy simplista y cerrado su analisis, me decepciona.
Eduardo Zalovich
En 1918 los británicos y los franceses engañaron a los árabes. La historia es muy compleja, el pasado nos es desconocido en muchos detalles, y el mundo real es aleatorio. Lo que hoy parece sólido, mañana no lo será. Los poderosos de hoy serán los perdedores de mañana. Nada persiste en este mundo, ni personas ni países, ni ridículos poderes humanos que se creen eternos.
Sr.Foix : Mr. Trump es un factor humano, de miedo invisible pero real.