El viajante es un personaje muy reconocible en la literatura catalana. En sus correrías peninsulares, Josep Pla encuentra viajantes de lencería, de alpargatas o de telas de terciopelo. Eran los comerciales de los productos catalanes en tiempos del proteccionismo, unos profesionales que se ganaban la vida recabando pedidos y pernoctando en pensiones de mala muerte.
Nada que ver con la fugaz gira del comisionista Raiola y el padre de Haaland, el joven jugador noruego de 20 años, figura relumbrante del fútbol europeo, que han hecho escala en el Barça y en el Real Madrid. Se cuenta que la tarifa por hacer posible el fichaje de Haaland por la junta de Jan Laporta es de 20 millones de euros por cada uno de estos dos insignes viajantes. Luego, los 30 millones anuales de ficha para el jugador. Qué desproporción.
Pienso que no es el momento para fichar al genio noruego. El Barça tiene que gestionar lo que es asequible y salir de las estratosféricas cifras del mercado futbolístico y seguir el camino emprendido por Ronald Koeman de aprovechar al máximo los activos de que dispone. La austeridad será imprescindible, también en el glamour de los futbolistas de élite. Laporta tendrá que velar por la solvencia de las cuentas.
La continuidad de Messi y la remodelación del Camp Nou comportan gastos fabulosos. Haaland puede esperar. Mientras tanto, Koeman tiene oportunidad de ganar en la final de Copa contra el Athletic y el pinchazo de Simeone en Sevilla pone la Liga al alcance del Barça. En el Clásico del próximo sábado en Madrid, con el permiso del Atlético, parece que se va a decidir la Liga.
Publicado en Mundo Deportivo el 6 de acbril de 2021