Sería interesante conocer quién sugirió o decidió la llegada en secreto del líder del Frente Polisario a un hospital de Logroño. Sabemos las consecuencias políticas y diplomáticas del tratamiento humanitario de Brahim Gali, el mayor enemigo de la monarquía autoritaria de Marruecos. España tiene toda la legitimidad para acoger y tratar a una persona gravemente enferma.
Pero no es aconsejable hacerlo secretamente pensando que los servicios de inteligencia marroquíes no sabrían de la presencia de Gali en un hospital riojano. En su ensayo El erizo y el zorro, Isaiah Berlin dice que el zorro sabe muchas cosas, pero el erizo solo sabe una, que puede ser la más importante. Las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas y los titulares de las carteras se comprometen al tomar posesión a no divulgar sus contenidos.
Pero este diario informaba ayer que el ministro Grande-Marlaska advirtió a su colega González Laya del “grave error” de acoger a Gali en España. El ministro del Interior se opuso a su colega de Exteriores resaltando que el gesto podría provocar una posible crisis diplomática. Lo que ocurrió fue una grave crisis política que obligó al presidente Sánchez a visitar Ceuta y Melilla para afirmar su españolidad y proclamar la integridad territorial española.
Los analistas han tratado de las consecuencias de un episodio en el que Marruecos envió a miles de muchachos a la aventura, de las imágenes humanitarias de la Cruz Roja, del papel de Europa y de la inclinación de Estados Unidos a consultar primero con Rabat que con Madrid. Ya no estamos en el 2002, cuando el ministro Trillo, con retórica cervantina, anunciaba la reconquista del islote de Perejil con aquello de “al alba y con tiempo duro de levante”. Detrás tenía a George W. Bush y José María Aznar remando en la misma dirección. En esta ocasión no consta el contacto entre Pedro Sánchez y Joe Biden.
La geografía y la historia han situado a España y Marruecos como “vecinos y amigos”, siguiendo el argot oficial. Vecinos, sí, pero amigos, según convenga a una monarquía que juega sus bazas en contra de España cuando desde Madrid se emiten señales de inseguridad. En unas semanas se va a cumplir el centenario del desastre de Annual.
¿Y cuál es el punto de ambigüedad que proyecta el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez? Sus socios de Podemos son abiertamente pro saharauis y el PSOE no quiere un enfrentamiento con Rabat por la cuestión del Polisario, al que defiende sin defenderlo, in occulto, para no despertar las iras del siempre desconfiado rey alauí.
Publicado en La Vanguardia el 21 de mayo de 2021
Buenas tardes,
Os dejo ente artículo para recordar este episodio:
La Marcha Verde: la invasión de Marruecos del Sahara Occidental – por Francesc Sánchez
https://www.elinconformistadigital.com/2021/05/22/la-marcha-verde-la-invasion-de-marruecos-del-sahara-occidental-por-francesc-sanchez/
Un saludo
Que bien documentado.
Historia de la buena.
Gracias.
Muchas gracias
Mucho lumbreras es lo que hay en el gobierno del reino de españa.
Pero bueno, no son primos o algo asi el preparao y el mohamed?
Pues nada, unas cachimbas y tot arreclat.
Lo triste de tot plegat son las imagenes de miseria y desespero.
Y aun tienen el morro desde Marruecos de decir que la cosa puede repetirse.
Carn de cano tots plegats.
Con la agravante de que España no se puede indisponer con Argelia, aliada del Polisario, porque depende del suministro de su gas.
Hubiera sido mucho más barato, económica y políticamente, enviar un equipo de médicos dondequiera que estuviera el tal Gali.
Por cierto, si las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas, no se entiende cómo es que se sabe lo que le dijo Marlaska a González Laya.