Una pregunta que podría hacerse Pedro Sánchez es la causa de la frialdad y el distanciamiento de Joe Biden, que no le llamó por teléfono en seis meses tras su toma de posesión como presidente. Cuando por fin se encontraron en la cumbre de la OTAN del 14 de junio, la entrevista personal se redujo a menos de un minuto en el trayecto que dista de un salón a otro en la sede atlántica de Bruselas.
Pedro Sánchez es el primer presidente de la democracia que habla un inglés fluido. Ya era hora. No es, por lo tanto, un problema lingüístico para mantener una conversación telefónica de unos minutos, sin intérpretes, entre dos presidentes que se van a sentar como socios en varios foros internacionales en los que Estados Unidos desempeña un papel principal como líder de Occidente.
Pedro Sánchez ha de saber el porqué de este enfriamiento de las relaciones entre España y Estados Unidos, que, por otra parte, siguen el curso normal después del singular y excéntrico repliegue del mandato de Donald Trump. No consta que sea algo personal ni tampoco que responda a discrepancias de fondo entre el Partido Demócrata y los socialistas españoles.
Una cosa son los presidentes que van pasando por la Casa Blanca y otra son las políticas permanentes que se han elaborado en el Departamento de Estado y en el de Defensa desde Eisenhower hasta hoy. Dos acontecimientos delatan la falta de contactos entre los dos presidentes. Se anunció en tiempos de Iván Redondo que Pedro Sánchez viajaría a Estados Unidos encabezando una delegación de empresarios españoles en cuyo itinerario no figuraba Wasghinton. En la cumbre de la OTAN se acordó que la reunión al máximo nivel de la Alianza Atlántica se celebrará en Madrid en la primavera del 2022. En menos de un año, por lo tanto, Joe Biden visitará la capital española.
La nueva Administración ha recuperado el liderazgo atlantista y el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, hizo profesión de fe en el pacto atlántico en su discurso de toma de posesión el pasado lunes.
Visto desde la distancia y sin saber lo que se supone que sabe Pedro Sánchez, el problema de la política exterior española no está en Bruselas ni en Rabat sino en la interlocución con Washington, que deberá abordarse en “el nuevo proyecto de país”.
Publicado en La Vanguardia el 16 de julio de 2021
El moment es delicat.Pensem que Espanya fa un any va proposar l’impost (Tobin) a Companyies, sobre les transaccions financeres que es facin al territori espanyol. EEUU, va pujar els arancels a 117 productes, tambe vi i oli.
Ara, Joe Biden ha posat els arancels a cero. Crec que fan falta mes converses.
Magistral el comentario de dogbert . Lo clava.
Gracias Rundeiro
Buen fin de semana!
Llamar conversacion al pasilleo del guaperas total al lado de Biden es una ironia mas de nuestro anfitrion.
La sentadilla de Zapatero al paso de la bandera americana no lo perdona el sheriff USA.
Tener a cinco ministros comunistas(?) en el gobierno del reino de españa tampoco lo ven claro.
A calzon bajado, eso si, montaremos la cumbre de la OTAN el proximo año.
OTAN de entrada… si o no?
Pues eso, un pais que duda, dudoso y poco fiable.
Probablemente lleves razón.
Pero que se puede hacer. La pleitesia y la subordinación tampoco es recomendable en las relaciones internacionales. Porque es un signo de debilidad.
En cuanto a lo de Washington Lluís, en mi opinión -si nos creemos la UE- España debe entenderse muy bien con Bruselas, porque forma parte, y a la larga -aunque se mantenga el vinculo OTAN entre los diferentes países europeos y EEUU- debe ser Bruselas la que se entienda con Washington.
El futuro de las relaciones internacionales deseables pasa por tener buen trato con China que por cierto no se mete con nadie y por si acaso muestra potente musculo disuasivo. para que le dejen montar y remontar la nueva ruta de la seda.
Los chinos se nos comeran.
Escucha esto, por el final, aunque todo vale la pena
https://www.youtube.com/watch?v=EweotbuLhAs
Interesante. Rafael poch siempre lo es.
Gracias Francesc.
Bon cap de setmana.