Con qué frivolidad se usan palabras como genocidio, nazismo, apartheid o fascismo. George Orwell admitía hace casi un siglo que “debe reconocerse que el caos político actual está relacionado con la decadencia del lenguaje y que quizá sea posible efectuar alguna mejora empezando por el frente verbal”. Las palabras banales, sin sentido, y su uso extendido pueden destruir la convivencia.
Decía Orwell, uno de los más honestos periodistas y críticos del siglo pasado, que cuando hay mal ambiente en general, el lenguaje se resiente. No me extraña descubrir, apuntaba, que los idiomas alemán, ruso e italiano se han deteriorado en los últimos diez o quince años, por efecto de la dictadura. Esto lo escribía en los tiempos más tenebrosos para la libertad hace casi cien años, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Orwell vivió en directo la brutalidad de los “fets de maig de 1937” en los que estalinistas y trotskistas se mataban a centenares por las calles de Barcelona. Lo relata en su libro Homage to Catalonia.
Los regímenes autoritarios temen contrastar la realidad con la opinión pública y de ahí vienen los discursos y escritos políticos que se empeñan en defender lo indefendible, desde los horrores de la guerra hasta la continuación del dominio de un grupo político sobre otro.
Me cuesta aceptar la veracidad de un estudio que dice que dentro de una generación la mitad de las noticias de uso global serán auténticas mentiras. Pero cuando el anonimato y la simulación entran en la masa crítica de opiniones e informaciones, el caos y el desconcierto pueden ser totales. Las viejas tentaciones de tiempos convulsos también regresan para frenar cualquier intento de seguir reglas de juego más o menos limpias. Vuelve la agitación política que encuentra su marco más adecuado en las manifestaciones masivas, el flagrante desprecio a la verdad y el coqueteo con el extremismo más desatado.
Cuenta Mark Thompson que los nuevos prescriptores de la opinión pública hablan sin cesar de la retórica enferma de los políticos tradicionales pero su remedio particular para los males de nuestro lenguaje público parece consistir en la ira, el vituperio y poco más.
El comunicador no se atreve, a menudo, a plantarse ante una exageración o una mentira manifiesta. Esto que dice usted, no es verdad, o no es lo mismo que dijo hace quince días. Miente. Un debate público construido sobre mentiras conduce al caos y al desconcierto. No puede ser democrático moverse en el terreno movedizo de las “realidades alternativas” o las post verdades.
Cambiar el sentido de las palabras, dijo primero Montaigne y luego Lewis Carroll, es el primer paso para deformar la realidad. Hablar de genocidio en Gaza es adulterar su significado si se compara con el exterminio de seis millones de judíos de varias nacionalidades europeas que sufrieron torturas, asesinatos y viajes macabros a las cámaras de gas.
Es un genocidio lo que ocurrió en los campos de la muerte de Camboya, la hambruna provocada por Stalin en Ucrania, la matanza de armenios por parte de los turcos en 1915, la eliminación de una etnia en Ruanda en los años noventa del siglo pasado.
Hablar de apartheid o nazismo sobre lo que ha ocurrido en una escuela de Canet de Mar o en las confrontaciones políticas, a veces violentas, en la vida de cualquier sociedad democrática, me parece una exageración y un desprecio a los males irreparables que causaron las dictaduras de todos los tiempos, muy en especial las del siglo pasado, con millones de muertos que fueron sacrificados por fundamentalismos ideológicos.
LLENGUATGE DIABÒLIC EN POLÍTICA I PERIODISME
1.- Es podria començar per millorar el llenguatge, que diria George Orwell. Però polítics, periodistes, ciutadans es troben amb un llenguatge diabòlic en política, a les xarxes, en els clàssics diaris de paper. En un diàleg amb uns jueus, Jesús els hi diu: “El vostre pare és el diable, i vosaltres voleu complir els desigs del vostre pare. Des del principi era un assassí, i no es va mantenir en la veritat, perquè en ell no hi ha ni rastre de veritat. Quan menteix, parla amb propietat, perquè és mentider i pare de la mentida” (Joan 8, 44).
2.- Cal cercar la veritat dels fets i emprar el llenguatge adequat. El Congrés i el Senat d’Espanya es presenta com plurilingüe. A ambdues cambres s’imposa parlar exclusivament en espanyol i es prohibeix fer-ho en català. En canvi, al Parlament de Catalunya, amb majoria independentista, els diputats s’expressen lliurement en català i en espanyol. ¿Quina llengua te supremacia a les institucions estatals espanyoles? ¿El poderós i protegit espanyol? ¿O el català que viu a la intempèrie sense la protecció d’un estat propi? ¿Discriminació lingüística i cívica? ¿Quin és el llenguatge adequat per definir aquesta situació?
3.- Un altre fet te per protagonista a Juan Carlos I que va ser imposat com a rei pel dictador Francisco Franco. El pare de Felipe VI està a l’ull de l’huracà d’afers financers i de faldilles. La prova és que va marxar a Abu Dhabi. ¿Es criticable el comportament del rei emèrit? ¿Digne d’elogi? ¿Quin és el llenguatge adequat per definir aquesta situació?
4.- El sistema judicial espanyol grinyola. Les seves decisions xoquen amb les de la justícia de diversos estats europeus en casos, per exemple, com el del president Carles Puigdemont i altres exiliats polítics catalans que viuen en llibertat a la Unió Europea. ¿Es raonable o no pensar que la cúpula judicial d’Espanya te adn franquista? ¿Quin és el llenguatge adequat per definir aquesta situació?
5.- Salvador Espriu te raó quan escriu: “Hem viscut per salvar-vos els mots,/ per retornar-vos el nom de cada cosa,/ perquè seguíssiu el recte camí/ d’accés al ple domini de la terra”. L’accés a la convivència, la democràcia, el respecte als drets i les llibertats de totes les persones i de tots els pobles.
Francamente hoy, con el aprecio y respeto a sus opiniones, no sé como expresarle mi preocupación por el buenísmo que refleja su opinión.
Derivar las variaciones del lenguaje al problema latente en nuestra querida Catalunya me preocupa.
Como Vd. conoce, Hitler provocó un golpe de estado en Alemania que tras su fracaso, fue condenado a cinco años de cárcel de los que cumplió solo uno.
Alcanzó el poder porque pensaron que sería fácil de manipular un pobre cabo austríaco. Así les fue.
Los que pensaban de forma independiente, o se fueron del país o terminaron en campos de concentración, Todo esto sin mencionar a alemanes de ascendencia judía, parte de cuyos bienes financiaron su ejército.
No todos los alemanes eran nazis pero debían parecerlo si no querían llamar la atención.
Al genocidio judío y todos los que menciona Vd. me parece de les falta el que se produjo con la persecución de religiosos en España. No está tan lejos el tema.
Aquí llevamos diez años de nacionalismo excluyente, seguido con buena fe por una parte importante de residentes en nuestro país que se creen de buena fe las promesas de un Itaca independiente.
Gente que tendría que tener una buena formación, contribuyen inconscientemente a llevarnos contra las rocas utilizando la formación de nuestros menores en que una Catalunya independiente sería la Dinamarca del Mediterráneo, sin ver que:
No es un país para arriesgar en inversiones (dejemos aparte las que se producen si el Estado Central las financia).
No podríamos ingresar en la UE sin la aprobación del estado español.
Perder la dignidad machacando a niños hace perder la fe en quienes dicen que se preocupan por la calidad de vida de este país, cuando nos llevan a ser un país de turismo hasta que se pierda la imagen,
Visto como gestionan un tema tan sencillo como el tráfico. Dios nos coja confesados.
Achacar a ataques informáticos los fallos de previsión y de gestión con gestores incompetentes pero con carnet de partido, da que pensar.
Ver como malgastan los fondos públicos y lo corrigen con impuestos extorsionadores, sigue dando que pensar.
Por último, a título personal, decirle que he trabajado en la industria de la construcción, de alimentación, de grandes almacenes, química y de comunicación. Puedo decir con conocimiento de causa, que esta última es la mas corrupta que he conocido y usted con mas experiencia en la misma, podría corroborar mi opinión.
Fin del rollo, pero quedo descansado.
BONA NIT
Si, tiene Vd. razón Sr. Perogrullo, no podríamos ingresar en la U.E. si la aceptación de España. Pero primero Catalunya tendría que ser expulsada de Europa y esto no pasará.
Cómo lo sabe?
Le contestaré a la Gallega. Y Ud. porque sabe que el día que Catalunya se independizara de España seremos expulsados de la U.E. ?
Lo que usted quiera, pero sus descendientes emigrarán o trabajaran en la hostelería.
No se trata de lo que yo quiera. Entérese de los intereses económicos e inversiones de los países europeos y del resto del mundo en Catalunya. Hay estudios que contemplan que estos tomen cartas en el asunto si continua el maltrato financiero y de inversiones en Catalunya pues salen perjudicados. El Aeropuerto, el Puerto Marítimo, el Eje Mediterráneo…. Lea y entérese. Luego de su opinión.