Gerard Piqué, con más de 22 millones de seguidores en Twitter, es un gran «influencer».
La teoría de la fuerza de Twitter la formuló Donald Trump siendo presidente de Estados Unidos. Hasta que le cortaron la cuenta el 6 de enero de 2021 tenía más de 82 millones de seguidores. Decía Trump que no necesitaba al New York Times, la CNN, el Washington Post y todos los periodistas que le podían discutir sus políticas y sus palabras. Se vanagloriaba de que llegaba a más público que todos sus críticos.
Era el gran “influencer” global, independientemente de la causa que defendiera. Los “influencers” se miden por el número de seguidores, de clics y de “likes”. No importa el qué se diga sino a cuántos puede llegar un tuit, verdadero o falso, cercano o lejano. El fútbol es terreno abonado para que la mensajería horizontal circule masiva y pasionalmente.
Gerard Piqué tiene en el momento de escribir esta columna 20.219.432 seguidores con los que interactúa cómo y cuándo quiere. Entra en discusiones con un periodista como Lluís Canut o con el entrenador del Villarreal, Unai Emery, al que le afea que no haya digerido todavía el haber perdido como entrenador del PSG la eliminatoria contra el Barça después haber ganado en París por 4-0 en 2017. Luis Enrique era el entrenador.
Son los nuevos tiempos de la comunicación y la importancia de los “influencers” y los “spin doctors”. No hace falta decir mentiras o alterar la realidad. Simplemente, a través de las redes sociales con millones de seguidores, se puede hablar de otra cosa que no tenga que ver, por ejemplo, con los discretos resultados que el Barça cosecha en la Liga, descabalgado de la Champions y con dificultades para ganar al Linares en la Copa.
Un “influencer” potente, y Piqué lo es, puede sobrevivir a las críticas de los medios o de los socios. También del presidente Laporta. Un personaje que mira con seguridad desde la altura de los 22 millones de seguidores y que se cree imbatible.
Publicado en el Mundo Deportivo el 11 de enero de 2022
El otro dia en un calenton con una «vaca sagrada» del peoriodismo el shakiro aireo su nomina.
Una indecencia.
Si personajes asi van de influencers estem ben apanyats