Crimea ha sido el escenario de grandes episodios de la historia rusa y de Europa. Fue en un viaje a Crimea de Catalina II en 1787 cuando su amante, Grigori Potiomkin, construyó una falsa aldea de cartón para impresionar a la zarina en su visita oficial a la península.
La metáfora la utilizó Kissinger en su libro Diplomacia, cuando dijo que la Unión Soviética se había convertido en una gigantesca aldea Potiomkin, una inmensa fachada de papel que se derrumbó en 1991 como un castillo de naipes.
Fue también a propósito de la derrota rusa en la guerra de Crimea (1853-1856) que un ministro zarista afirmó, tras la derrota frente a la coalición otomana y francobritánica, más el reino de Cerdeña, que la “frontera de Rusia estará segura tan solo cuando a ambos lados haya soldados rusos”.
Fue una premonición, porque desde el congreso de Viena de 1815, tras la derrota de Napoleón en Waterloo, el imperio ruso y luego el soviético han desplazado a fuerzas militares en tierras extranjeras con más frecuencia que las otras potencias.
Fue en Yalta, Crimea, donde Stalin, Churchill y Roosevelt se reunieron en 1945 para repartirse las zonas de influencia en Europa al terminar la guerra. Rusia consiguió el control político y militar de los países que formarían el Pacto de Varsovia. Son los estados que ahora acogen con los brazos abiertos a cientos de miles de refugiados ucranianos porque temen que a Putin podría pasarle por la cabeza recuperar la sumisión al Kremlin de varios estados que hoy están en la UE y en la OTAN.
También en Crimea, en agosto de 1991, se perpetró un golpe de Estado contra Gorbachov, que pasaba unos días de vacaciones en la península del mar Negro. El entonces corresponsal en Rusia, Rafael Poch, vivió en directo esos episodios al viajar en el avión en que Gorbachov regresó a Moscú para neutralizar el golpe.
Crimea ha sido el balneario de las élites rusas y soviéticas durante generaciones. La anexión que perpetró Putin en el 2014 forma parte de la inseguridad territorial de un inmenso país, con once franjas horarias, que tiene un problema permanente con las fronteras. Pedro el Grande dejó escrito en su testamento que los rusos no podrían dormir tranquilos hasta que se bañaran plácidamente en las aguas del golfo Pérsico.
Publicado en La Vanguardia el 11 de marzo de 2022
Ucrania cedera en casi todo en breve, a cambio de un acercamiento a Europa, y una ayuda mundial para su reconstrucciòn. Es la conclusión que llego hoy despues de dos meses de lecturas.
Interesante intervención https://articulosclaves.blogspot.com/2022/03/emilio-ontiveros-intrvencion.html
Interesante recordar discurso de Putin
Article by Vladimir Putin ”On the Historical Unity of Russians and Ukrainians“ http://en.kremlin.ru/events/president/news/66181?fbclid=IwAR0gmmI5IZIXizNbaGHj_HDNtfhu0dXV3o5De4vqzloyM0XN-SPEX-Tl1c8