La percepción de que el Barça había descendido al reino de la mediocridad era precipitada. La rotunda victoria en el Bernabéu no es un incidente aislado sino la confirmación de que la construcción del equipo de Xavi Hernández está consolidándose. Queda mucho para recuperar la euforia de los años en los que Messi manejaba la batuta de la excelencia del fútbol mundial. Pero endosarle cuatro goles a un Madrid que iba sobrado y que acaricia la Liga si no sufre un descalabro, es volver a los momentos en los que una victoria abultada en el Bernabéu ha significado un punto de inflexión para el Barça.
El 0-5 de 1974 marcó la era Cruyff como jugador. Se puede soñar en atrapar a los de Ancelotti pero es más prudente ser realista y aspirar a una segunda plaza en la Liga y ganar la Europa League. Se salvaría la temporada con dignidad.
Xavi Hernández cuenta con el talento de la juventud que juega bien y marca goles. Piqué actúa como patriarca de la tribu pero el que mejor está combinando lo viejo con lo nuevo es Busquets desde el amplio rellano del centro. Pedri muestra su genialidad sin darse cuenta y Aubameyang se ha convertido en el hombre gol en los tiempos oportunos. Dembélé habría que retenerlo y olvidarse del capricho de Alves. Ferran está a la altura al igual que Araujo, Eric Garcia y Gavi. La victoria en el feudo del Madrid de Florentino fue la satisfacción íntima más reconfortante de la temporada.
Publicado en Mundo Deportivo el 22 de marzo de 2022
Gràcies Xavi. Gràcies Laporta. Visca el Barça, visca Catalunya.