Joe Biden recurre a la retórica para atacar a Putin y poner en evidencia las barbaridades cometidas por el ejército ruso en Ucrania.
Las palabras de un presidente americano no son metáforas. Joe Biden ha pasado por Europa para proclamar que Estados Unidos ha vuelto. Y lo ha hecho participando en tres cumbres en Bruselas, la OTAN, el Consejo Europeo y el G-7. Washington vuelve a ser el referente occidental. Putin pretendía dividir y descuartizar las democracias occidentales y, por ahora, ha conseguido todo lo contrario.
El mensaje que ha repetido estos días en Bruselas y en Polonia es que la lucha es entre las autocracias y las democracias. China es una autocracia y Rusia también. En tiempos de la guerra fría las solíamos llamar dictaduras, pero el lenguaje evoluciona.
Joe Biden tendría que medir sus palabras porque tienen una repercusión global. Antes de llegar a Europa dijo que Putin era un criminal de guerra. Y hoy ha dicho en Varsovia que “por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder”. Es una expresión insólita que no se utilizó ni en tiempos de la guerra fríamás encarnizada entre Breznev y Nixon o entre Reagan y Gorbachov.
Las palabras de Biden han sido matizadas al poco rato por la Casa Blanca diciendo que el presidente no se refería a un cambio de régimen en Rusia. Hay que suponer, por lo tanto, que pedía una separación del poder de Putin. Luego ha añadido que la guerra será dura y larga y que si Rusia pone un pie en un país de la OTAN tendrá que atenerse a las consecuencias.
Las imágenes que nos llegan de Ucrania son tenebrosas. La destrucción de muchos barrios de ciudades es indiscriminada. Nadie se atreve a ofrecer cifras aproximadas de muertos pero tienen que ser muchos. El presidente Zelenski resiste y anima a sus conciudadanos a luchar para conseguir la libertad de Ucrania. Su valentía y su desafío a una fuerza desproporcionada se recogerá en los libros de historia.
Es imposible predecir un desenlace del mayor conflicto bélico en Europa desde la II Guerra Mundial. Pero sí que se puede deducir que en este último mes se ha producido un cambio de rasante en la geopolítica europea y mundial.
En este contexto encuentro una cierta frivolidad en el lenguaje de Joe Biden. La política no es la retórica sino los hechos. Muchos europeos pueden pensar lo mismo que el presidente americano pero tenemos ya mucha experiencia de las fallidas intentonas, desde Napoleón a Hitler, de controlar Rusia. A Putin no se le va a derrotar con palabras sino más bien como lo hacen los ucranianos que es plantando cara, jugándose la vida, para repeler una invasión que no tiene ninguna justificación.
Se dice que Rusia es Europa. No lo cuestiono porque San Petersburgo y Moscú han condicionado la política europea desde que Chaikovski compuso la pieza en forma de marcha, 1812, para conmemorar la victoria de la Rusia zarista sobre Napoleón. Pero Rusia es muchas cosas: eslava, oriental y occidental. Hay un hecho incuestionable. Los rusos no han conocido nunca la libertad y los europeos y norteamericanos han gozado de ella casi siempre y la han recuperado cuando la han perdido, muchas veces después de haber incubado guerras y soportado dictaduras.
Lo que es inasumible es el bombardeo constante e indiscriminado de viviendas, edificios y refugios ucranianos con artillería pesada o con misiles de medio alcance. Coincido con Biden en que Putin ha puesto en marcha una estrategia que será un fracaso para Rusia. Pero Putin no caerá por las palabras de Biden sino por lo que puedan decidir sus más próximos colaboradores, los oligarcas y, en definitiva, el pueblo ruso si ve que esta guerra causa estragos en su vida ordinaria, en los precios, en las libertades, en el aislamiento internacional y en la impotencia, si es que se da, para ocupar y controlar un país como Ucrania.
RUSIA/UCRANIA PARECE QUE CEDEN AHORA CUANDO PODÍAN HABER CEDIDO ANTES Y EVITAR LA GUERRA
Rusia estaría dispuesta a abandonar su objetivo de «desnazificación» de Ucrania y a permitir que el país ingrese en la Unión Europea (UE) si Kyiv se mantiene no alineada militarmente, según informó este martes el Financial Times (29-3-2022) ¿Exige controlar el Donbás y Crimea? En el 16 de Marzo: El borrrador de las condiciones de Rusia incluye un alto el fuego y la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano si Kiev se declara neutral.
Entrevista a Volodimir Zelenski: «La victoria es poder salvar tantas vidas como sea posible, el resto es sólo territorio».
¿Y para esto hacía falta hacer una guerra, asumir los muertos por ambos lados, además de los desplazados y los refugiados?
https://articulosclaves.blogspot.com/2022/03/rusiaucrania-parece-que-ceden-ahora.html
Hablamos mucho de Putin y sus actos, sobre las poblaciones humanas ucranianas.
Pero olvidamos citar a los millones de ciudadanos rusos y mundiales, que le apoyan y le secundan fervorosamente y ciegamente.
Tal y como le ocurrio exactamente igualmente a Hitler.
Esos seres malignos se crecen, porque se siente apoyados, tolerados y secundados de palabra, de obra y de parte ejecutoria.
Pensemos que Putin sin la tolerancia y permisividad de millones y millones de personas, que le creen y le secundand en todo y por todo, porque les dice, aquello que quieren oir,
Sin ellos, Putin no sería nadie, por si solo.
Pienso que hemos de hablar y opinar mas sobre el comportamiento de las masas humanas,
Vease el comportamiento de la sociedad humana, cuando el comercio y trafico de esclavos negros y de algunos blancos , durante casi 3 siglos ycon lña bendicion Urbi et Orbi de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana,
Igualmente le ocurre a la Rusia actual, con Putin y la Iglesia Rusa,
¡ That’s the question !
ELOGI ALS UCRANIANS QUE ES JUGUEN LA VIDA I CLARA PONSATI
1.- “A Putin no se’l derrotarà amb paraules sinó més aviat com ho fan els ucraïnesos que és plantant cara, jugant-se la vida, per repel·lir una invasió que no té cap justificació”. Aquest elogi als ucraïnesos fet a l’article “Biden i la retòrica de la guerra” recorda unes paraules de l’exiliada Clara Ponsati (eurodiputada i ex consellera d’Ensenyament) que han estat manipulades per l’espanyolisme i, fins i tot, per dirigents d’ER.
2.- L’autora de “Molts i ningú” (La Campana), llibre molt interessant, afirma: “En totes les grans causes hi ha hagut sacrificis molt importants. Que me n’ensenyin un on no hi hagi hagut grans sacrificis”. I cita un cas d’actualitat estricta com la resistència del poble ucraïnès davant la invasió russa.
3.- Clara Ponsatí deixa clar que “no soc partidària de la violència sota cap concepte” i que “el que plantejo és que els catalans hem d’estar disposats al sacrifici, i que cadascú ha de saber quin cost personal està disposat a pagar”. Quant a l’altra part del conflicte, l’estat espanyol, Ponsati deixa constància d’un fet obvi: «El mateix Primer d’Octubre vam tenir sort que no hi hagués ningú que morís, però amb el nivell de violència que hi va haver podria haver passat».
4.- En el seu llibre, Clara Ponsati escriu: “Tothom pensava que les coses raonables, com un referèndum d’autodeterminació si ets una nació, ben demanades, en una democràcia, te les han de donar. La batalla que va lliurar Espanya, des del primer moment, va consistir a advertir-nos dels costos que hauríem de pagar. I el Primer d’Octubre van estomacar-nos perquè ens volien enviar el missatge que els costos serien alts”.
Yes, Sir,
Sí, Biden ha de mesurar les paraules; als dictadors no se’ls derrota fàcilment només amb expressions desafortunades.
Un excel.lent anàlisi de la situació a Ucraïna i Rússia.