Hace poco más de cien años que Europa iba a una guerra que “tenía que acabar con todas las guerras” y fue el comienzo de un siglo de matanzas, genocidios, hambrunas, bombas atómicas, gulags, contiendas civiles, independencias violentas de las colonias y revoluciones que iban a poner fin a las injusticias y las desigualdades.
Fue el siglo de los mayores progresos científicos de la historia, el que más riqueza creó y el que más millones de personas alfabetizó. También fue el siglo en el que se estableció el mayor número de democracias socializando el conocimiento y la información como nunca antes se había conocido.
Pero las estimaciones más solventes hablan de que solo en Europa murieron más de cien millones de personas como consecuencia directa de las guerras. En Ucrania se calcula que fallecieron catorce millones a causa de la barbarie nazi, la hambruna de Stalin y las purgas políticas de unos y otros. Los ucranianos han sido dominados y oprimidos por los Habsburgo desde Viena, por el imperio de los zares, por los polacos, por el nazismo alemán y por los soviéticos.
La maldición de la guerra recorre la historia de forma metódica y cruel. De lo que ha ocurrido en Ucrania en las últimas cinco semanas sabemos solo la parte que nos envían las imágenes de destrucción de barrios enteros, los muertos abatidos en la retirada de las tropas rusas de la ciudad de Bucha, calles mostrando un amasijo de coches y material de guerra destruido. También vemos con asombro y admiración la valentía patriótica de Volodímir Zelenski apareciendo con uniforme militar en muchos parlamentos europeos, visitando las zonas destruidas por la guerra y expresando a los suyos el coraje para resistir un ataque injustificado y criminal.
El tiempo nos ofrecerá un cuadro más completo de la tragedia que vive Ucrania desde el 24 de febrero. Pero lo que no dirá la historia es que lo que estamos viendo en directo son fake news, propaganda de los nazis ucranianos que, casualmente, tienen un presidente de origen judío.
Los periodistas extranjeros han abandonado Rusia por la ley dictada por Putin que castiga con penas de cárcel a quienes mencionen solamente la palabra guerra. La oposición está en la cárcel y los disidentes no se atreven a salir a la luz pública porque serían silenciados y encarcelados.
La línea divisoria no es entre Rusia y Ucrania, sino entre la libertad soberana y la sumisión. La prensa internacional en Ucrania, por el contrario, se ha convertido en una infantería informativa que descubre y difunde las barbaridades de una lucha atroz que, por las horrorosas imágenes que vemos, se puede calificar como crímenes de guerra.
Más de uno me pregunta si Zelenski no haría bien en rendirse para evitar una carnicería humana tan espantosa. Esta reflexión va acompañada de una cierta comprensión por las razones históricas que han llevado a Putin a saltarse el derecho, cruzar fronteras y querer someter por la fuerza a un pueblo que habla en su mayoría ruso pero que se siente ucraniano y, sin ser antirruso, no acepta ser gobernado desde el Kremlin. Y mucho menos después de comprobar la carnicería humana provocada por las tropas rusas en su retirada, supongo que momentánea, de Kyiv.
Es legítimo ayudar a Zelenski a defenderse para obligar a Putin a irse. La línea divisoria no es entre Rusia y Ucrania, sino entre la libertad y la autocracia. Si Zelenski es derrotado, se hostigará a otros países por la romántica idea de que hablan ruso o que un día formaron parte de la Rusia eterna.
Publicado en La Vanguardia el 6 de abril de 2022
Yo pienso que enviar armas no arreglaría nada, solo más carnicería.. hay que trabajar por la paz. Aquí ni todo es blanco ni todo es negro, El bueno y el malo… habría que conocer bien las situaciones y nunca es todo tan claro ni evidente… la historia está siempre llena de matices que van del blanco al negro y aveces se habla como si se tuviese mucho conocimiento de situaciones que nos quedan lejanas por historia de la que no nos han llegado apenas datos. Ya había guerra en esa parte de Ucrania desde hacía tiempo dijo un ucraniano cuando le preguntaban si a su hijo esta situación le afectaba su respuesta fue que estaba acostumbrado, pero apenas se hablaba, yo no me atrevo a hacer juicios, algo pasaba y hemos llegado hasta aquí, lo mejor siempre es trabajar por la paz, si no se logra es que pueden haber intereses para que haya guerra? La venta de armas por lo visto es un gran negocio, pero pueden haber intereses políticos, económicos…? Yo si fuese el presidente de una nación quizás me rendiría, y Y SEGURO QUE TENDRÍA MUCHO INTERÉS EN TENER CONVERSACIONES PARA ALCANZAR LA PAZ.
Buen interrogante?
Pensaba lo mismo hace un par de meses, ahora no. Ahora creo que muchos ciudadanos ucranianos ante su posible asesinato por mercenarios, almenos se hubiesen podido defender, y mas de uno no moriria con la bicicleta a su lado
Pienso que en el siglo 20, vivimos la era de Hitler y de Cilos Hitlerianos, tambien la era de Stalin y de los Stalinianos. Con los cadaveres que generaron todos ellos.
Luego Europa estuvo en paz durante varios decenios.
Pero la evolución del ser humano, vuelve a la carga, con la nueva era de Putin & Cie. ( = con las nuevas generaciones humanas ).
Regresamos a ser INVEROSIMILES y a obrar nuevamente CONTRA NATURA,
Y me vuelvo a repetir, porque LA HISTORIA SE REPITE, segun dijo Lenin, creo.
La linea divisoria esta entre quien puede defenderse y quien tiene que dejarse matar. Es legitimo ayudar al indefenso. Hace unos dias se debatia si se debía enviar armas al pueblo rusos, muchos dudabamos, ahora creemos que si se deben enviar, al menos algun ciudadano hubiese tenido la posibilidad de defenerse. Matar a familias es una cto criminal, que debera ser penado por un tribunal internacional.