El rey emérito podía haber sido más discreto en sus cuatro días de visita a España procedente de Abu Dhabi. Sus once horas en su antigua residencia de la Zarzuela han dado de sí un escueto y hermético comunicado en el que no se reflejan las emociones y tensiones que deben existir en una familia dispersa, peleada y rota.
Juan Carlos I se ha ido pero volverá y el rey Felipe VI ha estado hoy en Vigo donde ha sido bien recibido y aclamado por las personas que acudieron a saludarle. La cobertura mediática de la visita emérita la encuentro sobredimensionada. Y las declaraciones de los políticos repetitivas y más orientadas a debatir el sistema constitucional que las andanzas impresentables del rey emérito.
Parte del gobierno Sánchez se ha refugiado en que es un asunto privado de la Casa Real y, a la vez, ha lanzado el mensaje de que Juan Carlos I debe una explicación a los españoles. Los socios morados del consejo de ministros van más allá y plantean la revisión de todo el sistema poniendo en cuestión la Monarquía y también el régimen de la Constitución de 1978.
Las duras críticas a la visita del rey emérito son azotes que van dirigidos a Felipe VI y al planteamiento del régimen que arbitró su padre durante cuarenta años. La actitud de Juan Carlos en los últimos tiempos de su mandato es escandalosa desde el punto de vista de la imagen pero, sobre todo, por haber utilizado sus influencias para conseguir dineros opacos, corruptos, por mucho que la Fiscalía haya determinado que no hay delito. Su antecesora, Isabel II, no la echaron en 1868 por su vida caprichosa y superficial sino por haber distraído fuertes sumas de dinero a favor propio y el de su señora madre, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Meter mano en la caja común para lucrarse levanta la furia de los gobernados.
El gobierno pide al rey emérito una explicación. Pero si no hace falta porque todos lo sabemos. Si Juan Carlos I comunica su arrepentimiento y asume la culpa, bienvenido sea. Otros lo han hecho. Supongamos que haga una declaración de culpabilidad o que se organiza una comisión de investigación en el Congreso. ¿Se va a abrir un proceso penal contra quien reinó durante cuarenta años con muchos aciertos y también equivocaciones?
Un problema no menor es la ambigüedad del gobierno que tiene que convivir con las críticas de sus propios ministros en decisiones adoptadas por el presidente. Un gobierno de coalición no es una balsa de aceite. Pero que sus socios se contradigan a diario sobre decisiones importantes lo hacen más frágil.
El tema de fondo es que los socios de gobierno y de investidura de Pedro Sánchez pretenden cambiar la constitución de 1978, enterrar el régimen de la transición y abrir un periodo de ruptura sin tener en cuenta la inestabilidad que comportaría en un país en el que las utopías han causado muchos disgustos.
En todo caso, la cobertura exhaustiva del rey emérito ha puesto en segundo lugar la fuerte crisis derivada de la guerra de Ucrania, de la deuda, de la inflación y de las tensiones sociales por el aumento gradual del coste de la vida.
República Española, ya.
Tot plegat ya es muy cansino, muy descarado, muy repelente. Tot plegat quiere decir: los interesados, los medios y mucho borrego que hay en el pais.
¿Como era aquello de que «…la causa de la causa es la causa del mal causado…»?Para un país en el que todos estaban en el trinque, que “il capo de tutti il capi” fuera un mangante era una garantía de que se podía seguir así. “Cosí fan tutte”.
(Más en: https://bit.ly/3MG2WxU).
Pero una persona buena conocedora de realidades, en relación al encuentro de los dos reyes en la Zarzuela de ayer me dice:
«Ha venido a firmar (!!!). Hay demasiados dineros por medio. Cosas de familia, cuando los mayores saben que les queda poco…»
Eso creo yo también: a ponerse de acuerdo como excluir de los sabuesos de Hacienda el pastón del viejo..
Lo demás son fuegos de artificio. ¿Vale?
…y recurdo lo que me decía un avispado abogado:
Cuando los parientes, cuando las familias se pelean, nunca es por el qué. Es por el cuánto
Lo más sencillo sería modificar la inviolabilidad de la corona en ciertos supuestos. España muestra una división creciente en la aceptación de la monarquia. La derecha usa a la monarquía como símbolo de una España, la izquierda al contrario. De nuevo caminamos hacia las dos e Españas, sabiendo que en Catalunya la monarquía tiene una baja estima, que si se anulan los indultos será aún mayor.
Otro tema que se olvidara, cuanto duran los temas en el candelero? una semana…Es dificil valorar al emerito, los ultimos 20 años han ensombrecido su gestión. Pero su hijo y mujer poca culpa tienen. Dejar las instituciones en manos de resentidos aun seria peor. …Seguramente el tema de la deuda no se olvidara, las proximas generaciones recordaran bien nuestros excesos y el poco tino de los gobernantes para controlar el deficit.