La civilización ha sobrevivido a las guerras. Después de millones de muertos, de revoluciones, de cambios radicales en las costumbres y en los estilos de vida, los puntos calientes, cruciales, siguen siendo más o menos los mismos. Bismarck decía que la historia es geografía.
Bizancio, Constantinopla, los Dardanelos, El Bósforo, el Mar Negro y la Anatolia han visto pasar la historia de forma periódica y constante. Homero ya nos habla de la larga y épica guerra de Troya en la Ilíada. No sabemos exactamente dónde se encontraba Troya. Pero lo conocemos hasta el más pequeño detalle porque Homero lo dejó escrito.
La conquista de Constantinopla inclinó el futuro de Oriente Medio hasta formarse el gran imperio otomano. Navegando por las aguas del Bósforo cuesta pensar cómo pudo conquistarse aquella ciudad con un barco que atravesó una montaña. La caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos en 1453 fue un hecho histórico que marcó el fin de la Edad Media en Europa y el ocaso del imperio romano de Oriente.
El sultanato de Constantinopla fue el centro de un imperio que se prolongó hasta la Gran Guerra de 1914. La historia ha pasado con trama por aquellas aguas, estrechos y penínsulas. Fue desde la antigua Bizancio donde se construyó un imperio que llegó desde Grecia hasta Mesopotamia.
Los choques de civilizaciones y culturas suelen pasar por los Dardanelos y atraviesan la Anatolia. Es el respiradero marítimo de Rusia, la gran masa territorial que va desde el Pacífico hasta el Dnieper, el río que atraviesa Ucrania.
Rusia salía al mar desde el Mar Negro. Sus flotas atracaban en Crimea. Cuando Pedro el Grande fundó San Petersburgo a comienzos del siglo XVIII, uno de los objetivos de aquella monumental aventura urbanística era que la flota rusa tuviera una salida por el mar del Norte. Pero los hielos cubrían el mar los meses de invierno y era imposible hacerse a la mar.
Los Dardanelos eran una vía imprescindible para que la flota rusa se hiciera al mar desde el sur. Aquel estrecho presenció decenas de miles de muertos en Gallípoli. Los aliados perdieron barcos, soldados y prestigio. Winston Churchill era primer lord del Almirantazgo y cargó con las responsabilidades de aquella catástrofe.
Constantinopla fue codiciada por Hitler en la última guerra mundial. No lo consiguió. Stalin enviaba de vacaciones a las playas de Crimea a sus protegidos para, en muchos casos, purgarlos y eliminarlos en algún gulag siberiano.
No estaba previsto que Ucrania fuera independiente. Y mucho menos que Kruschev, ucraniano, regalara la península de Crimea a Ucrania. La flota rusa está atracada en la ciudad de Sebastopol. Crimea tiene una mayoría de población rusa que habla el ruso y se fía más de Moscú que de Kiev.
Lo que está ocurriendo en Ucrania no es sólo un conflicto interno. Se libra una batalla de fondo entre Rusia y Europa, entre Occidente y el mundo eslavo. Los movimientos políticos para influir sobre Ucrania son más importantes para el Kremlin que para Europa. Cualquier alteración de fronteras o de influencias puede convertirse en un conflicto de grandes dimensiones.
Publicado en este blog el 28 de febrero de 2014. Es totalmente vigente.
Pienso que todo aquel que gobierne, tiene que tener muy en cuenta, al verdadero poder invisible, del gran capital tambien invisible, pero efectivo, real y ejecutor.,,, Ejemplo : President Kennedy.
Mi respuesta es : Estoy de acuerdo en todo lo que dice Sr Lluis Foix, en el último parrafo, Porque es la realidad.