El Brexit se ha llevado por delante tres primeros ministros británicos en seis años. Boris Johnson no puede decir lo que su mentor, Winston Churchill, comentó al perder el poder tras ganar la guerra, que “la ingratitud es un deber de los grandes pueblos”. A Johnson le han echado sus extravagancias, sus errores y sus mentiras. Ha mentido al Parlamento, al Tribunal Supremo, a los norirlandeses, fue despedido como corresponsal de The Times por mentir y fueron mentiras los principales argumentos que se manejaron para ganar el Brexit. Es un primer ministro interino hasta que su partido elija al sucesor. El proceso es complejo, fratricida y puede ser rápido si perjudica al Partido Conservador.
David Cameron se precipitó al convocar una consulta que pensaba ganar, y Theresa May se estrelló al implementar sus resultados en un país dividido por causa de Europa.
La novedad de la dramática caída de Boris Johnson es que ha sido la avalancha de dimisiones de su Gobierno la que ha precipitado su decisión. Se da la circunstancia de que dos ministros nombrados un día antes le pedían un día después que se fuera por el bien del partido y del país.
Boris Johnson tuvo un resultado espectacular en las elecciones de diciembre del 2019. Catorce millones de votos y una mayoría absoluta de más de 80 escaños. Lo ha dilapidado con la frivolidad de un funambulista. La caída de un payaso, titula la portada de The Economist con un Johnson descendiendo en paracaídas envuelto en banderas británicas.
El Partido Conservador ha puesto en marcha la maquinaria de sucesión para convocar elecciones más pronto que tarde. Gran Bretaña tiene los retos que atribulan a toda Europa como consecuencia de la crisis energética, la guerra en Ucrania, la inflación y las tensiones sociales.
Pero sea cual fuere la salida de este crítico momento, Gran Bretaña tiene que pensar en qué quiere ser en esta era globalizada. Adlai Stevenson, excandidato a la presidencia de Estados Unidos, dijo en la ONU que “Inglaterra había perdido un imperio y no había encontrado su lugar en el mundo”. Escocia pide un nuevo referéndum, y los irlandeses del norte tienen la tentación de unirse a la República de Irlanda. En los dos casos, Europa es el telón de fondo o la coartada.
Publicado en La Vanguardia el 8 de julio de 2022
«Un pijo de Oxford» titulo Ramon Aymerich en LV para referirse al embustero de la foto.
Vaya vaya con el primer mundo! Vaya ejemplares que cultiva.
Aunque claro en un pais que se circula al reves… ya me diran Vds.
Buen fin de semana.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria —el organismo público independiente— estima que el Brexit ya ha reducido el PIB en un 1,4% desde el referéndum de 2016 y, a largo plazo, espera que sea un 4% inferior de lo que habría sido estando dentro del bloque.
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Gracias