La temporada pinta muy bien para el Barça. Xavi Hernández no tiene el equipo que había pedido, pero casi. La madurez y la juventud se combinan en el ámbito de lo que se adivina la paz del vestuario. Lewandowski guiña un ojo cada vez que marca un gol y aplaude a Dembélé cuando no le sirve un balón que él lo habría metido dentro.
Hay ilusión y buen ambiente, como siempre que se gana. La delantera es fresca, imaginativa y eficaz. Las maravillas de Messi ya no están pero el sello de distinción lo aportan de otra manera el triplete titular ofensivo. Ter Stegen salva puntos y la quinta de los adolescentes como Ansu Fati, Gavi y Pedri lubrican perfectamente su talento con los más veteranos. La defensa es joven y fuerte. Me gusta Araujo. Laporta ha activado varias palancas y si viene el éxito habrá tenido un alto precio.
Pero, cuidado, porque mañana empieza la batalla europea en el grupo más fuerte de la Champions. En menos de un mes, Xavi se habrá medido en casa con el Viktoria Plzen y habrá visitado al Bayern en Munich y al Inter en Milán. La ronda terminará el primero de noviembre en la ciudad checa. Pasar a octavos de final en Europa es el reto de este equipo que ilusiona. Todo está bien si termina bien, es el título de una obra de William Shakespeare, autor de romances, dramas y tragedias.
Mientras tanto, a disfrutar y a competir para ganarlo todo. Los mimbres están pero el cesto todavía no. Los llenazos en el Camp Nou muestran el entusiasmo del barcelonismo en este equipo.
Publicado en Mundo Deportivo el 6 de septiembre de 2022
Per Tots Sants ja farem balanç Sr. Foix, pero de moment aixo va apalancat pèro be. Visca!