El peor momento de un gobierno es cuando su discurso no se corresponde con la realidad de los hechos y cuando la retórica avanza al margen de las preocupaciones más perentorias de los ciudadanos. Negar las evidencias es un riesgo absurdo.
No hace falta pedir disculpas, sino saber rectificar admitiendo los errores. Uno de los problemas que tiene el quinto primer ministro del Reino Unido en seis años, Rishi Sunak, es la resistencia a aceptar que el Brexit es una causa principal del caos de la economía nacional. Una encuesta de ayer indica que el 56 por ciento de los británicos considera que abandonar la Unión Europea fue una decisión equivocada, contra el 32 por ciento que la considera un acierto. Ni los políticos ni los medios, con la excepción de The Economist y el Financial Times, entran en considerar el fracaso del Brexit.
No es solo una cuestión de admitir un error, sino de corregir el rumbo de una política equivocada. Los políticos y los medios corren el riesgo de convertirse en productores de emociones en vez de promover debates y análisis basados en los hechos y en la racionalidad.
El problema surge cuando los discursos han sido tan contundentes que la marcha atrás, la corrección o la aceptación del error no se quieren admitir. Ahí tenemos a Putin bombardeando Ucrania, dejándola a oscuras y tiritando al entrar el invierno.
La ministra Irene Montero sigue con su retórica de construir un Estado feminista con leyes jurídicamente mal estructuradas. Si el derecho es relegado, vienen las desigualdades y las injusticias.
No hace falta que el independentismo acepte que se ha equivocado en la forma en que se plantearon los hechos de octubre del 2017. Si se admitiera que aquella aventura unilateral no ha ido bien para nadie, sería una forma de recoser los rotos y volver a una cierta normalidad política y social en Catalunya y en España.
Saber rectificar tras valorar los efectos de decisiones equivocadas es la clave de la buena política. En democracia, además, empeñarse en un error que perjudica a colectivos estratégicos es abrirse camino hacia la oposición. Díaz Ayuso tiene que tener mucho cuidado y no confundir las quejas de la sanidad pública madrileña con fantasmas de contubernios imaginados.
Publicado en La Vanguardia el 18 de noviembre de 2022
Mes pensaments :
La guerra mundial, que un solo hombre puede provocar, con sus palabras y discursos con la colaboración , tolerancia incondicional de sus creyentes de la masa humana, que OYEN Y CREEN, lo que ya quieren oir y ponen en práctica y ejecutan sus ordenes del que consideran su lider ó FURER.
Ahora ser FURER le toca a .PUT..
Podria dir-me ¿Que es una certa normalitat política i social a Catalunya i Espanya?
Em passa pel cap, el pensament de que, escolto per la Tele, que molts comentaristes diuen bastant sovint : » La guerra de Rusia »
I crec que sería mes llògic, doncs dir : «La guerra de Putin »
Doncs aquest nou Furer, fa la guerra, servintse de rusos contra rusos tambe. Doncs tots son rusos.
El poble rus, no vol la guerra i menys aquesta.
Tinguem en compte de que a la 2º Guerra mondial, varen morir uns 28 mil.lions de rusos. de tota la URSS de la época.
Conec un home, de 64 anys, de Uzbekistan ( Antiua URSS) que hem va dir el fet dels 28 Millions de morts.
Estic d’acord en tot el que vos dieu. Lluis,
Vos sou intel-ligent, equilibrat mentalment en les vostres opinions amb bon criteri i com que teniu experiencia d’anys i per tant podem dir que sou un sabi en la transmisió de ideas i fets ( periodisticament parland )
Totalmente de acuerdo. No querer aceptar que nos hemos equivocado es seguir cometiendo errores. O dar toda la culpa a otros.