Con los presupuestos aprobados, el Gobierno de Pedro Sánchez puede agotar la legislatura. Es notable su habilidad para superar sus propias contradicciones y sobrevivir en una coalición de gobierno en la que cada día que pasa se agrandan las grietas de sus discrepancias. La larga campaña electoral acentuará los choques en un matrimonio de conveniencia en el que conviven dos discursos antagónicos que se toleran porque se necesitan.
Pero el riesgo de que el Gobierno coaligado se convierta en el camarote de los hermanos Marx hasta las elecciones es muy elevado. Las coaliciones de gobierno en Alemania, Suecia y Holanda son más compactas. Pasaron meses hasta llegar a un pacto de gobierno y aquí se saldó con un farisaico abrazo a los dos días.
Es cierto que en la política como en la vida lo imprevisto nos acaba sorprendiendo, con lo que hacer predicciones sobre el futuro es tan arriesgado como inútil. Lo que sí se vislumbra es la bronca creciente en el Congreso, en los medios y en el ambiente de la crisis del coste de la vida.
El griterío y las trifulcas son habituales en todos los parlamentos democráticos. Cuanta más bulla, más confusión y más descrédito de los que la protagonizan. Si los ciudadanos más preparados renuncian a la política para no estar sometidos al escarnio público de las críticas y de la nueva metralla en las redes sociales, se abandona a la sociedad en manos de funcionarios mediocres y de muchos políticos que medran solo por el cobijo que les da el partido.
La ministra Irene Montero debe de pensar que cuanto más grite y más quiera cambiar nuestras vidas con sus leyes de ingeniería social, más razón tendrá. No ha convencido ni a sus propios socios en el Gobierno. Si Sánchez acude a las urnas con la tóxica mochila de Podemos, puede tener una sorpresa.
La posición del PP de Núñez Feijóo es igualmente frágil si se deja llevar por el discurso tóxico de Vox y del ala más extrema de su partido, que representa con más éxito que racionalidad Isabel Díaz Ayuso. El problema es que el país no puede ser gobernado desde los extremos tensando la centralidad de los dos grandes partidos que han perdido la hegemonía tanto en la derecha como en la izquierda, y para llegar y mantenerse en el poder necesitan apoyos tan heterogéneos como contradictorios.
Publicado en La Vanguardia el 2 de diciembre de 2022
«He notado que mucha gente utiliza la arrogancia para tratar de ocultar su ignorancia» Robert Kiyosaki, Padre rico, padre pobre.——-
La politica infantil, politica frentista, exabruptos diarios, al final ¿son metodos de distracción para evitar debatir sobre temas importantes, que parece que no saben su solución? asi que la ignorancia nos esta haciendo mucho daño———
«Estamos socializando a generaciones enteras de niños y jóvenes en la política de la demagogia consciente, la gesticulación ensayada, la ofensa útil, el despropósito deliberado y la simplificación como instrumento. Lo pagaremos muy caro » F.L.
Vos teniu rao.
Penso que els politics parlamentaris tant del gobern, com els idem de la oposició, haurien de actualitaza els sous a el funcionaris del estat i tambe a tothom que trevalla. Tots plegats. Es a dir per terra, mar i aire i de totes les especialitats, ect.
En cambi els paralamentaris, per no aumentar-nos els impostos, ells haurien de abaixarse molt els sous millonaris en euros ect
Es la unica solució o perderán les próximes eleccions,tots plegats.
La masa de gent del poble espanyol hom reclama en justicia.
He escrit amb algùn error ortogràfic, en soc conscient, pero crec que el missatge s’enten.