Quien afirme que el procés ha terminado y que las relaciones entre Catalunya y España han entrado por la senda constitucional desconoce la realidad, que no se cambia solo con leyes ni con discursos.
Lo ocurrido en los últimos diez años ha sido una nueva manera de escenificar las desavenencias de fondo entre la visión del Estado que se tiene desde la Administración central y la que se percibe desde Catalunya. Desde la Setmana Tràgica de 1909 hasta los hechos de octubre del 2017, Catalunya no ha conseguido imponer sus reivindicaciones en España, pero sí la ha desequilibrado.
La Constitución de 1978 intenta resolver la cuestión territorial y la transición consigue el periodo más largo de progreso, libertades y paz social de nuestra historia.
La crisis se plantea de nuevo a partir de la sentencia del Constitucional sobre el Estatut del 2010 y sigue vigente como consecuencia del trasiego masivo de votos del nacionalismo pujolista al independentismo. Otra cosa es la fragmentación de los tres partidos independentistas, que no son capaces siquiera de aprobar unos presupuestos.
El procés no ha ido bien para Catalunya ni para España. Pedro Sánchez sostiene que la situación es mucho mejor ahora que hace cinco años. Es cierto que la tensión y las emociones independentistas se han amortiguado notablemente. Pero hay que esperar a lo que digan los catalanes en las urnas de mayo y también cómo interpretan el conjunto de los españoles el precio que se ha pagado para contentar a una parte significativa de catalanes que sentimentalmente ha roto con España.
Esta incógnita actual se resolverá en las urnas, pero la cuestión catalana seguirá presente hasta que se desactiven los relatos de confrontación con el Estado que se han hecho fuertes en una parte del independentismo y que no se modificarán por un cambio de leyes sino con un reconocimiento cultural y presupuestario, con hechos tangibles y no con discursos.
El apaciguamiento tiene sus riesgos si solo es un apaño a un problema que viene de muy lejos y no tiene una solución mágica. El drama es que Catalunya pierde peso y relevancia pensando que puede independizarse yendo en contra del Estado y sin contar con Europa. El nacionalismo vasco lo ha sabido hacer mejor sin cambiar el discurso.
Publicado en La Vanguardia el 13 de enero de 2023
El ser humnao, no será nunca independiente total.
Nacemos de mujer y depemdemos de ella, drurante varios años
Indepemdemcia para que ó, psra quien ?
Yo de mayor quiero ser vasco.
Por ser catalan no veo yo que vayamos por el mundo mundial con los gastos pagados ni res de tot plegat, mas bien al contrario.
En cualquier caso las urnas no solucionaran nada. Ja fa temps que ens aixecan la camisa uns i altres. Politicos que nos chulean ja fa massa temps y que son muy muy malos y que estan en el qui dia passa any empeny i embolica que fa fort.
I ja som una mica grandets per cullonades.
Bon cap de setmana
Es obvio que las urnas darán fe de parte de la situación en Cataluña, pero, la verdad es, que sin una participación muy mayoritaria y sobretodo votada con razonamiento y no con el sentimiento.
Creo que cuando una persona vota sin explicarse así mismo el porque de su voto y lo hace simplemente porque otros muchos así lo quieren, no será bueno para nadie y todo será engañoso, y Cataluña seguirá perdiendo.
Solo soy un visitante de muchos años por Barcelona, en la que siempre vi como una ciudad creciente, con una diversidad en todo su aspecto llena de vida, y ahora me cuesta creer como ha cambiado, y desde luego que solo los que en ella viven deben plantearse que es lo mas importante y mejor para seguir unidos y creciendo para situarla donde se merece.
Creerme, la decisión, no esta en las palabras de los políticos, esta en valorar el porque de vuestros votos, que os llevaran ha un mayor respeto por lo que lucháis.
No hay unión en un Pueblo si gobernantes y opositores solo miran por sus ideas y silencian las de sus vecinos.
Jo no crec que la qüestió es resolgui amb la disjuntiva monarquia o república: ja que l’independentisme tant és fixa en Escòcia o Canadà, hagués estat molt més subtil demanar la independència, tot i acceptar al rei d’Espanya com a cap d’estat: Canadà, Austràlia, Nova Zelanda i altres països són clarament independents, tot i reconèixer al Rei de Gran Bretanya com a sobirà. I, que jo sàpiga, Escòcia no ha dit mai que vulgui ser una república, només que vol la independència.
Una solució així seria molt més difícil de negar.
En Salvador de Lleida té raó, si Catalunya disposés de Concert Fiscal tot sería molt diferent. Podríem preguntar a Jordi Pujol perquè no el va voler i perquè va tenir una visió tant reduïda i egoïsta per despreciar una oferta què ens podía haver estalviat molts problemes durant aquests anys passats.
SantiV. Lamento comunicar-te que vas errat quan parles del concert econòmic que no defensà prou el president Pujol, que en aquell moment nomes era dirigent de CIU. Recorda quina era la relació de forces polítiques a Catalunya, derivada de les eleccions generals de 1979. En primer lloc, amb 17 diputats, el PSC, seguit dels Centristes- UCD, amb 12 diputats, i del PSUC-PCE, amb 8 diputats. El partit del president Pujol anava quart, al darrere daquests partits dobediència espanyola. Què es podia fer amb els 9 diputats nacionalistes(CIU més un d’ERC) enfront dels 37 sucursalistes. Potser, doncs, seria mes lògic i correcte que preguntessis als veritables responsables del fracàs econòmic de Catalunya. Quina oferta de concert econòmic van fer?
El fons de la cuestiò es si volem monarquia o republica i això u decidirà el poble català i no cap dirigent politic.
Sr. Foix, no estoy de acuerdo en que el nacionalismo vasco lo ha sabido hacer mejor sin cambiar el discurso.
Vascos i Navarros se han financiado con el Concierto Fiscal. Importantísima ventaja económica. Hay que reconocer que la situación general de Euskadi y Navarra no es para presumir de eficacia, mas bien de un hecho diferencial con todas las demás autonomías.
Me imagino Catalunya disfrutando de este Concierto Fiscal y hoy , en lugar de organizar un Referéndum de Autodeterminación, un Referéndum de Monarquía o República.
Sr.Foix, he llegit l’ article d’ avui a La Vanguardia. Estic d’ acord amb el que opina del President de la Generalitat com amfitrió de la cimera.
No estic d’ acord amb el que diu de la manifestació.
Aquesta manifestació m’ ha semblat: molt correcte, pacífica i necessària per un País (España) i una Unió Europea que volen ser demòcrates.
El poble català està a l’ alçada de les circumstàncies, no així els polítics: Sánchez i Aragonès.