La medida de la calidad de los productos es si resisten el paso del tiempo y siguen siendo una referencia al margen de sus protagonistas y de las circunstancias cambiantes de la vida de un pueblo. Match of the day es el programa de la BBC que cada sábado resume la jornada futbolística desde 1964. Es una institución como el cricket, la Cámara de los Comunes, el torneo de Wimbledon, la Royal Shakespeare Company o La ratonera de Agatha Christie.
Gary Lineker, exjugador azulgrana y de la selección nacional inglesa, en la que marcó 48 goles, dirigía el programa desde 1999 con un contrato que le asignaba más de un millón y medio de euros al año. Sus opiniones sobre el fútbol son transversalmente respetadas por su ecuanimidad y por su criterio propio. Es una celebridad que trasciende el deporte, creando corrientes de opinión favorables o contrarias al Gobierno de turno.
Se acepta como una verdad incuestionable que la BBC es el medio audiovisual más respetable porque no depende del Gobierno ni de la publicidad. Se financia de la licencia que sale de todos los británicos que poseen un aparato de televisión en casa. Pero sus relaciones con los gobiernos suelen ser tensas porque la tentación de intervenir en la programación de la cadena es irrefrenable y se ha producido en todos los tiempos desde su fundación en 1922.
La BBC presume de imparcialidad, pero sus estrellas pueden tener criterio propio. En el caso de Gary Lineker lo vehicula, además, a través de su cuenta de Twitter, que tiene 8,8 millones de seguidores.
Su despido como presentador de Match of the Day no fue por favorecer a un equipo o a un jugador sino por haber criticado duramente la política de solicitantes de asilo del Gobierno de Rishi Sunak y de su radical ministra del Interior, Suella Braverman, que presentó una ley para detener a las decenas de miles de solicitantes de asilo que cruzan en botes el canal de la Mancha y deportarlos inmediatamente a Ruanda, en el centro de África, en una deplorable operación.
Lineker se despachó con dos tuits contundentes. El primero era lacónico: “Cielos, esto es horrible”. Un seguidor le interpeló y le contestó enseguida diciendo que “es una política inmensamente cruel, que perjudica a los más vulnerables en un lenguaje que no es distinto al que se utilizó en Alemania en los años treinta”.
La prensa más nacionalista y varios diputados conservadores consideraron que comparaba al gobierno con los nazis y pidieron con toda la trompetería mediática a su alcance que se le echara de la BBC. Lineker calló y no borró los dos tuits. A los dos días, la corporación decidió que había roto las reglas de imparcialidad y se le apartó del programa.
En pocas horas se abría un debate nacional sobre la libertad de expresión y sobre el derecho de los periodistas a hablar libremente en los medios de comunicación alternativos de que disponen. La misma BBC encabezaba los informativos con el caso Lineker y se daba la paradoja de que muchos comentaristas deportivos de la institución no quisieron participar en el Match of the Day del último sábado, un programa que se convirtió en un esqueleto de vídeos sin comentar. Un bochorno y un desprecio a la audiencia fiel.
La prensa y los demás medios se sumaron a la causa y arremetieron contra este tipo de censura tan ruin. El lunes, la BBC anunció que Gary Lineker volvería a dirigir el programa el próximo sábado. Match point de un futbolista convertido en comentarista deportivo, que ha derrotado a la poderosa BBC por una causa humanitaria tan despreciada por los populismos que avanzan y entran o presiden gobiernos de algunas democracias liberales con toques autoritarios.
No es solo un debate deportivo o periodístico. Es el síntoma del ataque sin escrúpulos a lo que queda de libertad y ética en las sociedades democráticas occidentales, en las que los cantos de sirena de las autocracias llegan a las instituciones que, como la BBC, eran y confío que sigan siendo la garantía de una cierta imparcialidad y profesionalidad.
El tema de fondo son las barreras que Europa levanta para impedir la llegada de miles de inmigrantes que huyen de la guerra, la persecución, el hambre y la pobreza. El Mediterráneo no puede seguir siendo el cementerio de tantos desdichados y el mar de la vergüenza de nuestras comodidades y egoísmos supremacistas.
Publicado en La Vanguardia el 15 de marzo de 2023
Despues de leer el artículo, pienso que en España, aun falta, mejorar la Democracia, porque hablar el idioma catalán, para algunos les suena como separatismo.
Hablar en catalán, no es separatismo.
El idioma catalán, es la primera lengua latina, que se hablava en el imperio Romano. y en España es la madre del castellano-español. Que tambien contiene algún vocabulario del idioma eusquera.
En cambio el castellano, rellamado español, continen mas del 65 %, de vocabulario autentico del arabe.
Pues todos sabemos, que los arabes que vinieron a España y que provenían de Irak, permanecieron en España, unos 800 años.
Resultado el Español ´castellano actual, contiene el 65 % de palabras en vocabulario arabe autentico.
Entonces, porque tanta manía en perseguir, al catalan, primera lengua de la Roma Imperial.
Rishi Sunak y Macron, con una sonrisa de vampiros en la faz de ambos, firmaron una cosa para parar la inmigracion al reino Unido.
Estos niños bonitos millonarios pijos e insensibles son los que sustentan la democracia europea occidental?
Me desorino!