Pocas ciudades en el mundo pueden aportar una historia tan dramática como la de la Barcelona de los dos últimos siglos. Una ciudad en la que convivieron Durruti y Gaudí, una capital que debe de ser líder mundial en quema de iglesias y conventos y, a su vez, está culminando la basílica de la Sagrada Família, que dentro de pocos años se convertirá en el templo más emblemático de la arquitectura religiosa moderna.
Andreu Farràs acaba de publicar Roses de Foc de Barcelona, un recorrido por las grandes explosiones de ira en la capital catalana desde 1835 hasta 1937, con un epílogo de los altercados a raíz de la sentencia de los hechos del primero de octubre de 1917. Es una crónica trepidante y muy documentada de los grandes choques sociales que ha vivido Barcelona en un periodo de revueltas, de intensa actividad anarquista, de bombas, de represiones y bombardeos, de guerra civil dentro de la Guerra Civil como fueron los hechos de mayo de 1937, de grandes manifestaciones populares por causas bien diversas.
Chaves Nogales resaltaba la tendencia de los catalanes a salir masivamente a la calle en sus crónicas en el diario Ahora sobre el regreso de Lluís Companys de la cárcel del Puerto de Santa María, en marzo de 1936, donde cumplía condena por los hechos de octubre de 1934.
Esta Barcelona que los anarquistas internacionales denominaban la Rosa de Fuego ha convivido con otra Barcelona industrial, burguesa, próspera, creativa, culturalmente abierta al mundo y cosmopolita.
Las exposiciones universales de 1888 y 1929 fueron rematadas por los Juegos Olímpicos de 1992, que colocaron definitivamente a Barcelona en el mapa global. Se aceptó el reto de un gran proyecto que se culminó con la participación de todos, pero también con el liderazgo de Pasqual Maragall, Juan Antonio Samaranch, Josep Miquel Abad…
Es oportuno recordar la conferencia del alcalde Maragall en el Ateneu Barcelonès antes de la designación de los Juegos. Abogaba por una ciudad moderna con proyección en toda España, capital de una Catalunya próspera e integrada en un espacio económico europeo, líder de las ciudades mediterráneas y capital europea que sirva de puente con América Latina. Un gran proyecto que no veo ahora en ninguno de los candidatos a la alcaldía de Barcelona.
Publicado en La Vanguardia el 26 de mayo de 2023
Los catalanes igual que los castellanos nos creemos que somos el no va mas y en realidad SOMOS EL NO VA MENOS.
Cuando vivimos en democracia, … todos queremos opinar y estamos y vivimos desunidos.
En cambio, cuando vivimos en DICTADURA estamos todos unidos, incluidos todos los españoles. sin excepción.
Somos INVEROSIMILES… NO COMMENT.
Pues si que estem ben arreclats!
Te tota la rao Sr. Foix.
El diumenge «la gran festa de la democracia», quin sarcasme, quina pena, quin nivell!
Dicho lo cual, cuatre anys mes amb la bisexual ocasional que no volia pas accedir a un tercer mandat i de aquella ciutat que era un orgull, no en quedaria res de res.
Amb el nas tapat, pero a votar!