Las corrientes de fondo no se debaten en caras a caras televisivos ni en tertulias radiofónicas. Ni siquiera en la gran industria mediático global de las redes sociales y sus confluencias tecnológicas. Fluyen en la superficie o bajo tierra con una fuerza impetuosa sin necesitar de soportes periodísticos ni de empresas de marketing.
La historia está compuesta de situaciones imprevistas que rompen los guiones de gobiernos confiados en que las sociedades muestran un comportamiento fijo. La política, en buena parte, es el arte de descubrir el cambio que se produce en las necesidades y en las mentalidades de los humanos. Un primer ministro británico, Harold Macmillan, sostenía que la esencia de la política es el ”timing”, el hacer las cosas a su tiempo, ni antes ni después, cuando hacen falta.
Una de los interrogantes que se plantearon cuando Pedro Sánchez convocó anticipadamente las elecciones para el 23 de julio, es si era prudente llamar a las urnas dos meses después de haber sufrido una derrota severa en las elecciones municipales y autonómicas.
¿Se podía corregir en dos meses una corriente de fondo que se había manifestado en los municipios y comunidades autónomas? Se puede analizar la campaña, los debates, las entrevistas, las medidas adoptadas por el gobierno, la promesa de ventajas económicas y dibujar el mejor de los mundos para los electores.
No servirá de nada si la percepción ciudadana es que ha llegado la hora de un nuevo rumbo. Es paradójico que en estos momentos se de por vencedor a Núñez Feijóo cuando la política económica del gobierno es competitiva con el resto de la Unión Europea, la inflación es más baja que en ninguna parte y no se registren tensiones sociales en el país, como está ocurriendo en Francia, Reino Unido, Portugal y otros países. La política exterior de Pedro Sánchez está alineada con los socios occidentales, tiene buenas relaciones con Joe Biden y ha visitado recientemente al presidente Xi Jinping en China.
El giro copernicano en las relaciones con Marruecos sacrificando los compromisos adquiridos históricamente con el Sahara no han sido explicados en el Congreso y no se sabe exactamente qué ha ocurrido. La explicación divulgada extraoficialmente es que ha sido un acuerdo con Estados Unidos y con Israel. Pero el hecho es que Argelia, el gran socio energético desde tiempos de Durán Farell, tiene unas relaciones maltrechas con España desde la apuesta marroquí de Sánchez.
¿Cómo tabulan todos estos ingredientes a la hora de votar? Las encuestas señalan un punto de inflexión el día 23 de julio. Pero los imponderables cuentan también en política y hacer predicciones sobre el futuro es tan arriesgado como inútil.
La credibilidad perdida no augura nada bueno.
No se trataron temas que preocupan tales como la situación internacional.
Estuvimos neutrales en la I y la II guerra mundial. Ahora somos beligerantes contra una nación que solo ha querido aplicar la misma política que forzaron los EEUU en la crisis de los misiles.
No quieren estar rodeados de súbditos de los EEUU y nosotros sin pinchar ni cortar.
Para que ir a votar si se hace lo que otras naciones quieren?
Eleccions a Espanya. Bah!
Los que dicen entender, dicen que un debate del tipo del de ayer puede hacer variar la intencion de voto entre un uno y un tres por ciento.
Pudiere ser que crearan abstencion porque el nivel fue muy malo y los moderadores no actuaron.
Promediando las distintas encuestas, parece que se da como ganador al candidato del PP.
Parece que la cosa esta como cantada y viene un tsunami de derecha derechona.
Si el guaperas de la moncloa que esta muy alterado se presenta al debate con la Cuca del PP reserva de Feijoo y con Abascal, lo veo fatal.
Ojala la votacion fuera el 12 de julio que supongo que por eror aparece a pir de foto de este articulo del Sr. Foix.
Major seria el 12 y ahorrar agonias hasta el 23.