La media de edad en África son 19 años; en Estados Unidos, 39, y en Europa, 44. La demografía marcará el rumbo político y social de nuestro siglo. De hecho, la línea que separa las dos visiones del mundo no es la geografía solamente, sino principalmente la distribución de la población de los humanos con una movilidad cada vez más accesible e incontrolable.
Las estimaciones de la ONU indican que en el 2050 África tendrá 2.500 millones de habitantes, EE.UU. subirá un poco hasta alcanzar los 390 millones y Europa bajará hasta los 450 millones. América Latina subirá hasta los 800 millones, China perderá más de cien millones y se quedará en 1.310, mientras la India se disparará hasta los 1.700 millones, convirtiéndose en el país más poblado de la Tierra.
Las migraciones no tienen por qué ser un problema que hay que resolver con tratados, leyes, muros y expulsiones, sino que son una realidad que se puede gestionar pensando en dos factores que Angela Merkel planteó en el 2015 cuando abrió la puerta a más de un millón de refugiados, que en su mayoría huían de la guerra en Siria. Dado el envejecimiento de la población alemana, la llegada masiva de gentes de otras latitudes equilibraría la demografía y sería un factor clave para aumentar la actividad económica.
Estas teorías no las han desmentido los hechos, sino un auge fuerte de los partidos de extrema derecha en toda Europa, que si en algo están de acuerdo, es en rechazar a los migrantes ya sea impidiéndoles que crucen el Mediterráneo, cerrando las fronteras o enviándolos a Ruanda, en el caso del Reino Unido, o a Albania, como propone el Gobierno Meloni en Italia.
Sería muy útil que en cada gobierno hubiera un demógrafo o alguien que entendiera de las consecuencias de una población irremisiblemente envejecida. Ese ministerio, no viene de uno, podría tener en cuenta que Europa necesitará 50 millones de migrantes en el próximo cuarto de siglo para mantener estable su población y para que los servicios más elementales como el trabajo en la agricultura, los cuidadores de personas mayores, los conductores de camiones, los carpinteros, albañiles… no se desplomaran.
¿Se imaginan, por ejemplo, que los más de millón y medio de migrantes que llegaron a Catalunya desde 1995 hasta hoy se fueran en unos meses? El país se vendría abajo. A la demógrafa Anna Cabré le escuché hace unos años que llegaría un día en que Europa iría a buscar migrantes donde fuera si quería mantener la competitividad económica y a la vez corregir el lento pero continuado declive demográfico.
La Unión Europea acaba de aprobar un plan de política de migración y asilo. Se pretende establecer una política migratoria eficaz, humanitaria y segura. Las intenciones son buenas, pero la música suena a las restricciones que la derecha extrema está imponiendo en el discurso político, como es el caso de Italia, Francia, Países Bajos, Hungría, Alemania, Finlandia y otros países europeos.
El tema de la emigración será clave en la campaña de las elecciones europeas del mes de junio. Si Europa pierde el atractivo de acogida para los que vienen de otros mundos en busca de trabajo, prosperidad y respeto humano, levantará unos muros que la harán posiblemente más segura pero también más vulnerable económica y socialmente. Será más vieja y, en cualquier caso, no podrá poner puertas al campo. Vendrán y se quedarán. El gran reto es la integración en los principios cívicos, culturales y democráticos.
Publicado en La Vanguardia el 27 de diciembre de 2023
La cuestión demográfica es fácil de identificar y calificar. Es la primera parte del artículo. El problema y al dificultad lo define en la última frase del artículo y lo define como tal «El gran reto es la integración en los principios cívicos, culturales y democráticos», pues sobre estos temas nos gustaría saber la opinión del Sr. Foix. Anímese.
El Sr. Foix es un optimista recalcitrante (per molts anys!) y habla de «nuestro siglo» com aquell que esta a la primera volada.
Hace bien nuestro anfitrion en hablar de esperanza y de posibilismo integrador en una sociedad, la nuestra, cada vez mas refractaria al otro.
Feliz 2024 para todos!