No era una profecía, sino una cuestión matemática. Pedro Sánchez necesitaba pasar el rastrillo por todo el arco parlamentario para levantar el muro contra la derecha y la extrema derecha. Salió investido por una mayoría en la que acampaban fuerzas heterogéneas y contrapuestas. Se trataba de sumar como fuera, incluso contando con socios con los que se había comprometido a no pactar nunca. Ya ocurrió en el 2019 con el súbito e inesperado abrazo entre Sánchez y Pablo Iglesias.
Seguí el debate con mucho interés y me pareció un mercado persa, aquella obra de siete minutos del británico Albert William Ketèlbey, en la que desfilan los camelleros con el paso majestuoso de sus monturas, la llegada de la princesa, el canto de los mendigos y los malabarismos de los encantadores de serpientes.
Me perdí a media tarde en la desorganización atribuida a la metáfora del mercado persa en que se vende de todo, sin control alguno y con decisiones imprevistas y arbitrarias. Se vio claro lo que había advertido Urkullu antes de la investidura, que Sánchez necesitaría todos los votos, de todos los partidos, en todas las votaciones de la legislatura.
La paradoja más imprevista fue que Puigdemont facilitó la aprobación de los dos decretos a un precio muy alto, aun sin especificar con letra pequeña, y que los cinco troyanos de Podemos votaron en contra de la propuesta estrella de Yolanda Díaz. Lo resumí así en las redes sociales: Junts salva a Sánchez y Pablo Iglesias derrota a Yolanda Díaz. Los comunistas o pseudocomunistas no tienen piedad entre ellos cuando se pelean. Claudín y Semprún lo experimentaron en sus trayectorias.
Sánchez salió ileso pero con rasguños en el primer envite. Yolanda Díaz, tocada. Puigdemont movió los hilos a su conveniencia. Feijóo, instalado en la oposición. Junqueras y Aragonès, perdidos en combate. La legislatura será un mercadeo constante.
Publicado en La Vanguardia el 12 de enero de 2024
El analisis del Sr. Foix en el Mundo Deportivo sobre el ridi del Barça ayer en Arabia es lo que mas espero para asosegarme un poquito.
I el Girona mes!
Leo que Cuca Gamarra ha calificado de comunista al PNV. Apaga y vamonos.
Sr. Foix aixo no es un mercado persa, es can tipa.
Bona setmana!
La ozquierda española más auténtica, haciendo el ridículo uns vez más.
Hay quien no se lo cria que la complicada arquitectura de la coalición no se iba a romper por los de Puigdemont. Para que vayan diciendo después que se han vendido por siete votos. Lo seguiran diciendo pero ha quedado claro que han sido por 5 . Una pinza de cinco.