El Madrid se aleja y acaricia la Liga mientras el Barça lucha sin pasión y de mala gana para tener un espacio en Champions. No hay un solo responsable de la situación caótica que vive un equipo que se ha gastado 270 millones en 22 fichajes y tiene que recurrir a la genialidad de un adolescente canterano, Lamine Yamal, con capacidad para salvar un punto ante un Granada que solo había empatado una vez fuera de casa y se encuentra el penúltimo de la tabla.
Las protestas minoritarias contra Laporta motivaron que el presidente lanzara por los suelos una bandeja de canapés. El enfado del presidente arranca de los pobres resultados de enero y febrero. Xavi es el responsable directo de un equipo que está instalado en el cruyffismo sociológico y que no tiene modelo de juego. El entrenador no dispone de los jugadores que pidió, le han impuesto alineaciones como en Amberes, los veteranos caminan por el campo y la defensa ha sido un coladero en Montjuïc ante equipos como el Villarreal y el Granada.
No pasa nada si llega una temporada sin títulos cuando no hay presupuesto, no hay estadio propio y el entrenador ha anunciado que se va a final de temporada. Esta interinidad no debería ser demasiado larga. No hay protestas contra Xavi porque es un grande de la historia del club.
A Deco se le atribuyeron unas frases en una revista portuguesa en que decía que el “método está agotado y hay que romper con el pasado y avanzar hacia un nuevo paradigma”, algo luego desmentido por él mismo. Derrotar al Nápoles y pasar a cuartos de Champions tranquilizaría los ánimos. A la espera de construir el nuevo método con los valores de la cantera se puede entrar en un periodo decadente no exento de convulsiones internas.
Publicado en Mundo Deportivo el 13 de febrero de 2024
I dema el Sr. Foix escriu a la Tribuna del PuntAvui. No se ho perdin.
Ah! pero habia metodo!
Cau i neta i a fer la Cuaresma ben humils i tocan de peus a terra.
Va per llarg i en el interin el soci deixara de ser propietari, si es que ho era, del club, perque les palanques es tenen que tornar i aqui estan tota la colla de voltors sempre a punt per «ajudar».