A estas alturas de la temporada cobra importancia la teoría de Cholo Simeone que consiste en concentrarse en el partido siguiente olvidando los sueños de títulos dibujados en el imaginario de los fans, los jugadores, entrenadores y presidentes.
Xavi ha puesto fecha de caducidad a su paso por el banquillo del Barça y aspira a terminar esta etapa con la dignidad y el talante deportivo que le caracterizan. Quedan trece jornadas de Liga y mañana se medirá con el Nápoles para pasar a cuartos de Champions. El discurso de ganar títulos es más quimérico que real. Ya no sirve. Lo que cuenta ahora es ganar partidos, uno a uno, confiando más en los deslices de los adversarios que en los méritos propios.
Con los discursos se alimentan las teorías de tertulianos pero no se ganan trofeos. Laporta ya no hace promesas ni Xavi tampoco. Se van sumando puntos a trancas y barrancas como los tres que se consiguieron en una hora extrema y con penalti repetido en Balaídos. La veteranía de Lewandowski y la genialidad del adolescente Lamine Yamal hicieron posible mantener una vaga esperanza de atrapar al Girona y superar al Madrid.
Siendo realistas, este Barça ha de terminar de construir un equipo moderno olvidándose de estereotipos del pasado, encontrar un sucesor de Xavi y organizar con más transparencia la gestión de un club que es rehén de unas deudas muy superiores a las que encontró Laporta cuando accedió a la presidencia.
Diría que lo más importante ahora es frenar el distanciamiento de la masa crítica del barcelonismo con unas formas de opacidad y populismo que no comparte y le son ajenas. Mientras tanto, Xavi tiene la oportunidad de pasar a cuartos de Champions y aplicar la teoría de Cholo en lo que queda de Liga.
Publicado en Mundo Deportivo el 20 de febrero de 2024
LUIS,
Absolutamente de acuerdo en tus apreciaciones y tus comentarios, NADA MAS QUE DESIR, que diria el Joham.
No entiendo muy bien tu frase del ultimo parrafo:
«Diría que lo más importante ahora es frenar el distanciamiento de la masa crítica del barcelonismo con unas formas de opacidad y populismo que no comparte y le son ajenas»…, en cualquier caso, el distanciamento entre la institucion, los activistas del barcelonismo, los aficionados y los socios (criticos o no con la diretiva actual), es un problema grave que el Barça tiene que resolver.
Un gran abrazo
Brunet de Bellmunt