El estrafalario y grotesco estilo Milei de hacer política está rompiendo todos los estereotipos del populismo y del nacionalismo. Ver a un presidente argentino presentar su libro a ritmo de rock ante miles de entusiastas en el Luna Park de Buenos Aires va mucho más allá de aquel eslogan propagandístico de “Perón, Perón, qué grande sos”, que lo oía todavía en las manifestaciones multitudinarias en la plaza de Mayo para reivindicar las Malvinas hace ahora 42 años.
La racionalidad está cediendo paso al esperpento y a la grosería. “Hola a todos, yo soy el león, rugió la bestia en medio de la avenida”, vociferaba Milei ante un público que coreaba insultos contra Sánchez, rematados con un “viva la libertad, carajo” y actuando como una estrella de rock presidencial. Un mínimo de buen gusto no debería estar reñido con la política.
Las corrientes populistas están muy arraigadas en prácticamente todo el continente americano. Pero también la tenemos en Europa, que en dos semanas va a a elegir el nuevo Parlamento de la UE.
Cada uno de los 27 estados va a hacer una campaña en clave nacional. Es lógico. Pero lo que ocurra en Francia puede ser la prueba de fuego de si la centralidad de la política europea puede resistir la avalancha de los populismos que avanzan ruidosamente en muchos países.
Las encuestas dan la victoria a Jordan Bardella, de 28 años, cabeza de lista del partido de Marine le Pen, a más de diez puntos sobre el partido de Macron, al que le pisaría los talones un resurgido Partido Socialista, que quedaría en tercer lugar. La novedad no sería que la extrema derecha francesa ganara las elecciones europeas sino que lo hiciera con tanta contundencia que marcaría el camino de Marine Le Pen para suceder a Macron en las presidenciales del 2027.
Cuando Francia está resfriada, toda Europa estornuda es una frase atribuida a Metternich en el Congreso de Viena de 1815, que puso fin a las guerras napoleónicas.
La extrema derecha se propone romper el equilibrio con que socialdemócratas y democristianos han conseguido hacer de Europa un espacio de paz, libertades y prosperidad. Francia puede ser el laboratorio experimental para un cambio de rumbo en las políticas europeas. En unos días lo sabremos.
Publicado en La Vanguardia el 24 de mayo de 2024
La vieja Europa decae, desnuda de sus principios, sus figuras la han dejado caer, por falta de valentía, para hacer prevalecer ideas de entendimiento y justicia social, que arrullaron la llegada de la unión, tras el desastre de la II Guerra Mundial.