Dos de los motores del Barça que la semana pasada pasó por encima del Bayern y del Madrid no tienen carnet de conducir ni tampoco pueden votar. Son menores de edad, según establece el código civil que otorga la mayoría al cumplir los 18 años. Lamine Yamal y Pau Cubarsí tienen 17 y su currículo escolar les sitúa en segundo de bachillerato. Estos dos chavales comparten juventud con los veinteañeros Fermín, Casadó, Gavi y Pedri, que están sorprendiendo a la Liga y a Europa por sus habilidades frente a adversarios gigantescos.
El trato humano y profesional de Hansi Flick tiene que ver con el rendimiento espectacular de la muchachada que ha establecido todas las complicidades en el campo con los Lewandowski, Raphinha, De Jong y los más curtidos por la edad. Flick ha impuesto una disciplina con guante de seda y puño de hierro.
Un hábito como la puntualidad es imprescindible para el técnico alemán. Igual que la preparación física que hace que aún con cuatro goles y los partidos resueltos frente al Bayern y el Madrid, correteen desesperados para conseguir el quinto. Disciplina e ilusión. Si solo hay dos días de descanso, pues eso, a entrenar mañana miércoles. La exigencia de que nadie proteste por nada es un valor seguro. Ni siquiera cuando unos energúmenos del público profieren exabruptos racistas y xenófobos. Vinicius podría tomar nota de esta actitud.
El aire jovial es uno de los sorprendentes distintivos de un Barça que acaba de superar con nota muy alta la primera semana grande de la temporada. Queda mucho trecho hasta junio. Pero el camino está trazado y consiste en ir puliendo los diamantes de La Masia que arranca con Núñez y continuada por Rosell, Bartomeu y Laporta. Es un semillero que se demuestra inagotable.
Publicado en Mundo Deportivo el 29 de octubre de 2024